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Integración de Portugal

Integración de Portugal

Una experiencia pionera

Bankinter afrontó en 2016 el proceso de integración en sus estructuras de la actividad minorista de Barclays en Portugal, un negocio con 84 oficinas, 930 empleados y 173.000 clientes. Era la primera vez en la historia que el banco abordaba una operación de estas características. El proyecto, que ha de completarse en el ejercicio 2017, constituye por tanto una experiencia pionera con múltiples ramificaciones personales, logísticas, tecnológicas y culturales que han puesto a prueba la capacidad de la organización para gestionar escenarios de cambio complejos.

El plan de integración se ordenó en torno a una fecha de apertura de la sucursal: el 1 de abril de 2016. El cierre formal de la operación de compra se produjo el 31 de marzo, y hasta ese momento la entidad se dedicó a identificar y segregar las operaciones de Barclays Portugal para preparar el proceso definitivo de fusión. El plan de segregación incluyó aspectos como la puesta en marcha de una web transitoria, la creación de un sistema independiente de gestión de nóminas y la tramitación de las autorizaciones legales necesarias, así como un entorno provisional de formación para cumplir con las exigencias legales. También hubo que hacer un gran despliegue para que el 1 de abril todas las oficinas de Portugal, así como el resto de los canales de relación con los clientes (webs, aplicaciones móviles), e incluso la papelería, exhibieran la imagen corporativa del banco.

Si ese proceso fue arduo y complejo, a partir del 1 de abril la entidad asumió el objetivo principal y más difícil: que todo funcione. Con ese propósito se dio el soporte necesario para que pudieran seguir trabajando áreas como tesorería, contabilidad o actividad internacional, que hasta entonces lo habían recibido desde Barclays, y se emprendió el progresivo traslado desde Reino Unido a España del ordenador central, los servidores informáticos y otras infraestructuras de comunicación.

Por lo que se refiere a la operativa, hubo una revisión a fondo de los distintos procedimientos (desde el alta de clientes hasta la tramitación de hipotecas), con el fin de equipararlos a los de España, recortar plazos e impulsar el negocio.

La transformación tecnológica y operativa se completó en 2016 con un plan para la integración de los empleados, con dos ejes complementarios:

  • Un programa único de gestión del cambio que se concretó en la realización de 37 sesiones presenciales en ocho ubicaciones distintas en las que se explicó qué y cómo es Bankinter, su espíritu y sus valores.
  • Un programa permanente denominado ‘Somos Bankinter’, que expresa la necesidad de desarrollar un plan a largo plazo para transmitir la cultura corporativa. Incluye aspectos como la implicación comercial, la inmersión cultural y el conocimiento de la plantilla. Desde el punto de vista comercial y de asimilación de la cultura de Bankinter, 77 directores de oficina de Portugal se desplazaron en 2016 a Madrid para impregnarse de la forma de trabajar de la entidad. Además, se realizaron entrevistas con 188 directivos portugueses, con el fin de conocer de forma exhaustiva sus inquietudes, identificar el talento y empezar a configurar un modelo de competencias.

Asimismo, en 2016 se adaptó la política retributiva del negocio de Portugal, incluyendo los sistemas de bonus comerciales y otros incentivos variables.

Mucho por hacer

Para 2017 queda también mucho por hacer. Es necesario extender los programas de conocimiento de la forma de trabajar de Bankinter a los especialistas de productos de inversión y de centros de empresas, así como a los equipos de riesgos y operaciones. Para el actual ejercicio queda también la implantación de un nuevo modelo de liderazgo y de un programa de implicación para identificar y trabajar en aspectos intangibles de integración.

La renovación del parque de ordenadores, que en las oficinas de la red se culminó al cierre del ejercicio de 2016, ha de llegar asimismo a los servicios centrales, y también hay que completar la unificación de los entornos web. Otro de los objetivos es reformar la política de proveedores, en línea con la revisión realizada en España para mejorar las prestaciones y facilitar el ahorro económico. 

Además, para cumplir el proceso de integración, a lo largo de 2017 está previsto que se realice el cambio de sede en Lisboa, aunque una parte de las oficinas (las que no tienen contacto con los clientes) permanecerán en su actual ubicación. Es algo más que un cambio de localización espacial o geográfica; se trata de adaptar el área de trabajo a una nueva cultura corporativa, más abierta y horizontal. El mensaje es claro: Bankinter ha llegado para quedarse y construir un modelo de éxito. 

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