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Carta-Entrevista de la Consejera Delegada

Entrevista de la Consejera Delegada

¿Cómo fue el ejercicio de 2016 para Bankinter? 

Creo que fue un ejercicio muy positivo y satisfactorio.  Los datos hablan por sí mismos. La cuenta de resultados se saldó con un beneficio neto de 490,1 millones de euros, lo que representa un aumento del 30,4% respecto a 2015. El beneficio antes de impuestos  se elevó a 676,7 millones de euros, es decir, un 30,1% más que en el ejercicio anterior. Naturalmente, en estos incrementos tan elevados influye la incorporación de la actividad del negocio de Portugal, cuya adquisición completamos el pasado 1 de abril. Pero incluso sin contar ese efecto extraordinario, el beneficio neto y el beneficio antes de impuestos evolucionaron muy favorablemente, con crecimientos del 13,4% y del 13,2%, respectivamente.

En términos de calidad de activos, solvencia, rentabilidad y eficiencia, el balance del ejercicio fue también muy favorable. La tasa de morosidad bajó hasta el 4,01%, 12 puntos básicos menos que en 2015, y ello a pesar de que la asunción de la mora del negocio en Portugal tiró al alza de este indicador. Si depuramos ese efecto, la tasa bajó hasta el 3,56%. Por otra parte, Bankinter mantuvo una ratio de capital CET1 (“fully loaded”, con los criterios de Basilea que estarán en vigor en 2019) del 11,2%, considerablemente superior a los requerimientos regulatorios.  Asimismo, nuestro índice de rentabilidad, medido en términos de ROE, sin tener en cuenta Portugal, se situó en el 10,9%, el nivel más alto del sector en España. 

La cotización de nuestra acción a lo largo de 2016 reflejó la confianza del mercado en nuestros positivos resultados y en su sostenibilidad en próximos años. Bankinter subió en bolsa un 12,5%, lo que contrasta con las pérdidas, en algunos casos muy notables, que experimentaron la gran mayoría de los principales bancos españoles y europeos durante el ejercicio.

En resumen, hemos cerrado un año excelente, completando cuatro años consecutivos con altas tasas de crecimiento, que prolongan una trayectoria de éxitos que inicialmente nos permitió superar pronto la crisis económica y financiera, para permitirnos luego alcanzar los mejores resultados de nuestra historia.  

La cuenta de resultados del Grupo ha mejorado, en efecto, de forma significativa en los últimos años a pesar de que el entorno del sector es desfavorable. ¿Son unos resultados sostenibles?

Sin duda. En cuatro años hemos multiplicado por cuatro el beneficio neto, lo cual es un incremento muy notable, pero estoy segura de que esos resultados son sostenibles en el tiempo, por distintas razones. Por un lado, porque la mayor parte de ese crecimiento está apoyado en los beneficios recurrentes del negocio, lo cual garantiza la continuidad en la generación de ganancias futuras. Por otra parte, porque tanto las líneas de negocio que podemos considerar maduras como las que todavía no lo son y tienen un mayor recorrido están teniendo una comportamiento excelente. Además, en los últimos años hemos ido sembrando para el futuro con inversiones en líneas estratégicas que estamos seguros van a rendir beneficios en el corto y medio plazo. Y, además, contamos  con la incorporación del negocio de Portugal, en el que tenemos depositadas muchas esperanzas. Por todo eso creo que nuestros resultados son sostenibles en el tiempo.

La apuesta por Portugal es uno de los rasgos más característicos del ejercicio. Casi un año después de la adquisición del negocio de Barclays, ¿se están cumpliendo las expectativas?

En efecto, tras nueve meses de operación, Bankinter Portugal está cumpliendo nuestras expectativas. El proceso de integración está completado en su mayor parte, hemos creado una nueva estructura organizativa y contamos con un equipo de gestores muy competente. Los problemas de la banca en Portugal no solo no nos desaniman sino que nos abren la puerta a nuevas oportunidades de negocio, como pasó en España en plena crisis económica y financiera. Los frutos los veremos en 2017 y años sucesivos.

Ahora, Portugal nos aporta el 8% de  nuestro balance y pretendemos aumentar ese porcentaje hasta el 15% en un periodo de tiempo razonable. Tenemos objetivos ambiciosos para crecer en hipotecas y en Banca Personal. También apostamos con fuerza por la Banca de Empresas, incluyendo el negocio de la financiación internacional, y pretendemos trasplantar allí nuestra estrategia de éxito en el mercado español. Creemos, en definitiva, que Portugal tiene un gran potencial.

¿Además de Portugal, cuáles fueron las áreas de negocio más destacadas en 2016?

La gran mayoría de las líneas de negocio respondieron muy bien, ya que continuó el crecimiento de los negocios estratégicos y se mantuvo su contribución a los ingresos recurrentes. El margen bruto de financiación al consumo, que es una actividad que hemos relanzado a través de Bankinter Consumer Finance para aprovechar el cambio de tendencia en el consumo interno, aumentó un 40,7%. Tenemos muchas esperanzas en esta área y para reforzarla hemos elaborado un ambicioso plan de negocio y de desarrollo, que incluye procesos 100% online y un uso intensivo de las técnicas de asociación de datos aparentemente no relacionados entre sí, eso que se conoce como “Big Data” y que tan importante es en el mundo de los mercados de grandes masas. También hemos hecho un gran esfuerzo en Banca Personal, y los resultados están ahí, con un aumento del patrimonio gestionado del 7,4%. 

‘Bankinter Portugal está cumpliendo nuestras expectativas.’

En otros negocios tradicionales, o que podemos considerar más maduros, la evolución también fue muy satisfactoria. En Banca Privada, que ha sido durante años uno de nuestros puntos fuertes, el patrimonio gestionado aumentó un 11,4%. Si nos fijamos en nuestra actividad de Empresas, también el ejercicio fue positivo, ya que la inversión crediticia, incluso sin tener en cuenta el negocio luso, se incrementó un 6,7%, y conseguimos una cuota de mercado del 5,5% en las nuevas operaciones. En este aspecto he de destacar la expansión del negocio internacional, cuyo margen bruto creció el año pasado un 27% y que ya representa el 20,4% de la Banca de Empresas. 

En el área de Seguros, tanto las pólizas como las primas de Línea Directa se incrementaron un 8,4% y un 8,7%, respectivamente, con crecimientos especialmente significativos en el segmento de hogar, y se mantuvo la elevada rentabilidad del negocio, que mantiene un excepcional ROE del 33,2% y los mejores márgenes del mercado. No me cansaré de destacar que la contribución de Línea Directa a los ingresos y los beneficios del Grupo es, año tras año, extraordinaria, y nos proporciona solidez y confianza en el futuro.

Si hablamos de futuro, ¿cuáles son las perspectivas para 2017?

El ejercicio está marcado, un año más, por la incertidumbre, que es uno de los signos característicos de nuestro tiempo. El Brexit, el nuevo presidente de Estados Unidos, las próximas y críticas elecciones en varios países de la Unión Europea, y la formación en España de un Gobierno con un apoyo parlamentario limitado son elementos que hacen más inseguro al escenario nacional e internacional. También la situación del sector bancario es compleja, con un entorno de tipos de interés muy bajos, aunque hay ya señales de que la situación se puede empezar a revertir, y con una fuerte presión regulatoria para que las entidades refuercen sus niveles de solvencia y mejoren su gestión de riesgos. Ese es el marco de restricciones en el que nos ha tocado trabajar, y lo que tenemos que hacer es crear unas bases sólidas de negocio y estar preparados para lo que ocurra. Yo creo que los cimientos del Grupo son firmes y, por tanto, confío en que a lo largo de 2017 podamos mantener nuestra línea de crecimiento, tanto en número de clientes como en volúmenes de inversión, recursos e ingresos. Especialmente relevante me parece que hayamos sido capaces de aumentar un año más nuestro volumen de créditos a clientes, porque creo que esa es la manera de ayudar a impulsar la recuperación de la economía.

En este contexto de dificultad y de incertidumbre, ¿cuáles son los retos inmediatos que tiene ante sí la entidad? 

Una de nuestras prioridades fundamentales es proteger la rentabilidad del negocio, porque los bajos tipos de interés representan un gran reto para nuestros márgenes. Es cierto que en Bankinter dependemos menos de los tipos que la mayoría de las entidades españolas y europeas, pero aun así la aportación del margen de intereses a nuestro margen bruto es de un 55%. Y para compensar la tendencia negativa en el margen de intereses estamos obligados a encontrar nuevas fuentes de ingresos, a mantener los diferenciales y a promover líneas de negocio que no sean excesivamente dependientes de los tipos de interés. En ese sentido, aumentar los ingresos por comisiones es una opción. Sin embargo, creo que no se pueden establecer o subir las comisiones bancarias sin justificación. Las comisiones provocan una gran irritación si el cliente no percibe que se le ofrece un valor añadido, Por eso cualquier intento para elevar los ingresos por esa vía tiene que estar muy bien fundamentado y justificado por la utilidad del servicio que se presta. 

‘La subida de nuestra cotización en bolsa contrasta con las pérdidas de la mayoría de las principales entidades españolas y europeas.’

Otro de nuestros retos inmediatos es mejorar el nivel de eficiencia. No se trata en nuestro caso de ajustar plantilla y reducir el número de oficinas, porque la entidad está bien dimensionada, sino de encontrar fórmulas para mejorar nuestros procesos y ser más productivos. Por otra parte, es necesario mantener la vigilancia sobre la tasa de morosidad. En este aspecto, seguimos siendo con gran diferencia la entidad española con la cartera de activos de mayor calidad, pero no por eso hay que bajar la guardia y debemos extremar la prudencia en nuestra política de riesgos para evitar intercambiar crecimiento por morosos. Nuestro crecimiento ha de ser sano y sostenible en el tiempo. Los compromisos derivados de la Unión Bancaria, que promueve la mejora de la gestión de riesgos en toda la estructura de la organización, nos pueden ayudar en ese sentido. 

¿Qué papel juega la revolución tecnológica en estos desafíos?

Es absolutamente clave. La revolución tecnológica es parte del problema y de la solución. Forma parte de nuestros problemas, porque la tecnología está cambiando las reglas de juego de la industria financiera y los hábitos de los clientes. Los datos están ahí: solo el 9% de nuestros clientes son puramente físicos; el 31% son digitales, y el 60% son mixtos.  Pero la tecnología es ante todo, parte de la solución. La tecnología nos permite gestionar más volúmenes con menos recursos, y nos abre enormes posibilidades, tanto para dotar de mayor eficiencia a los procesos bancarios como para mejorar la relación con nuestros clientes. 

Sin embargo, hay que seleccionar muy bien los proyectos por los que apostamos. Por historia y por convicción, en Bankinter estamos bien entrenados para abordar el cambio tecnológico, y sabemos que las posibilidades son infinitas. Por eso debemos utilizar criterios muy rigurosos a la hora de elegir nuestras inversiones y asegurarnos de que proporcionan resultados medibles en el más corto espacio de tiempo posible. Además, tenemos que adaptar los perfiles de nuestros profesionales a la nueva realidad. Con la introducción de nuevas tecnologías necesitamos menos profesionales en funciones puramente administrativas y más dedicados al asesoramiento y a crear una oferta de servicios de valor para el cliente. 

Por otra parte, debemos renovar nuestras plataformas tecnológicas y perfeccionar la estructura de nuestros procesos operativos, pero sin descuidarnos ni perder el foco en las necesidades del negocio porque el mercado es cada vez más competitivo y no admite distracciones. Para afrontar todos estos retos, en 2016 hemos reforzado significativamente nuestra filial de servicios de tecnología y operaciones, Bankinter Global Services, aunando tanto los esfuerzos de transformación como la atención a los servicios del día a día. La innovación es una de nuestras señas de identidad, y lo queremos demostrar una vez más con el conjunto de proyectos de transformación en marcha, que van a constituir las bases del Bankinter en el futuro. 

¿Cuál es la posición de la entidad ante las nuevas exigencias internacionales de regulación y supervisión?

Considero que estamos en una buena situación. Nuestros niveles de capital, como ya he mencionado, son claramente superiores a las exigencias del supervisor. También creo que estamos en condiciones de asumir nuestras obligaciones futuras para cubrir las normas europeas para afrontar los procesos de resolución. Pero con ser importante cumplir esas ratios y esos requerimientos, más importante todavía es que se detenga la espiral inflacionista de las exigencias de capital y que sepamos a ciencia cierta cuál es el marco regulatorio en el que nos movemos las entidades. La estabilidad normativa es fundamental para poder dedicar toda nuestra energía a la gestión de los múltiples desafíos que tiene la industria financiera. Por otra parte, creo que hay que abrir un debate a nivel internacional sobre la conveniencia de extender la nueva regulación a las compañías financieras tecnológicas, las denominadas fintech, que hoy en día compiten en algunos segmentos del mercado en condiciones de ventaja respecto a las entidades de crédito tradicionales, ya que no tienen que cumplir con las obligaciones de capital, de control de riesgos y de gobierno corporativo que sí se nos exigen a los bancos. 

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