El riesgo reputacional (el que se genera cuando las expectativas de los grupos de interés no son satisfechas) tiene la singularidad de que depende de una valoración externa. Por ello, tiene su origen en una gran variedad de fuentes, puede derivar de otros riesgos (incluso del entorno social, económico o sectorial), y puede terminar afectando negativamente a las relaciones de negocio actuales o de futuro.
En este sensible marco de referencia, durante 2022 se llevaron a cabo diversas acciones dirigidas a la mejora continua de los procesos de gestión y control. Entre ellas, cabe destacar la elaboración de un manual de gestión de este riesgo para documentar las medidas de identificación, medición, vigilancia y control. Además, se han revisado los criterios de jerarquización del mapa de riesgos.
El modelo de gestión de los riesgos reputacionales se basa en su prevención, identificación y control proactivos para reducir la probabilidad de que ocurran y mitigar su impacto. La entidad dispone de diferentes herramientas para conseguir ese objetivo:
Utilizamos cookies propias y de terceros para fines analíticos, estadísticos y para mostrarte publicidad personalizada en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación (por ejemplo, páginas visitadas). Si deseas más información puedes obtenerla haciendo clic en nuestra Política de Cookies. Puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar” o personalizar tu elección haciendo clic en CONFIGURAR O RECHAZAR SU USO.