La consecución de los objetivos empresariales ha de ser compatible no solo con el cumplimiento normativo, sino también con el desarrollo de las mejores prácticas y estándares nacionales e internacionales. Por ello, el cumplimiento constituye para Bankinter, además de una obligación legal, un compromiso ético con el conjunto de la sociedad.
Ese compromiso sirve, además, de reflexión para la transformación de Bankinter en una entidad de vanguardia adaptada a la nueva realidad de la industria financiera, en la que se impone la necesidad de cambiar las relaciones con el cliente y de ajustar el modelo de negocio del banco a los nuevos hábitos de consumo financiero y a las múltiples exigencias de información.
La creciente importancia de la función de cumplimiento normativo se ha visto refrendada con la entrada en vigor, a raíz de la crisis económica y financiera, de diversas regulaciones de gran complejidad y la puesta en marcha de la nueva arquitectura de supervisión, obligando a la entidad a reforzar los recursos a su disposición.
La finalidad de la función de cumplimiento es asesorar y proporcionar directrices a las líneas de negocio que ayuden a definir la estrategia, asegurando en todo momento el cumplimiento de la normativa aplicable. Con ese propósito, en todas las áreas de la función de cumplimiento se realiza un notable refuerzo de las actividades de formación de su personal comercial.
La función de Cumplimiento Normativo se integra en Bankinter por medio de un marco institucional interno que gira en torno a la Dirección de Control y Cumplimiento Corporativo, en la que se integran las áreas encargadas de cuatro unidades que operan como segundas líneas de control:
Esta configuración organizativa permite la homogeneización de los sistemas de información de las áreas de control de segundo nivel y las dota de la independencia necesaria para el ejercicio de sus funciones, en línea con las mejores prácticas en este ámbito. En 2022 se culminó el trabajo iniciado en 2021 para la implementación de la nueva metodología de medición del riesgo en materia de cumplimiento normativo y prevención de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo y la implementación de esta en la herramienta común a todas las áreas que conforman la Dirección.
La cultura de control de riesgos, profundamente enraizada en la organización, impulsada por la fuerte implicación del Consejo y la Alta Dirección, se transmite a las unidades de negocio con agilidad y eficacia a través de esta estructura corporativa para asegurar el cumplimiento de las normas e impedir comportamientos no deseados.
Con este marco institucional y regulatorio, la entidad desarrolló en 2022 las áreas básicas de la función de cumplimiento, que se organiza en las siguientes unidades:
La Dirección de Control y Cumplimiento Corporativo tiene responsabilidades de alcance global y de apoyo a los órganos de gobierno del Grupo. Su responsable actúa bajo la tutela del director de Riesgos, si bien depende jerárquicamente de la Comisión de Riesgos y Cumplimiento del Consejo de Administración de Bankinter.
Esta estructura organizativa permite gestionar adecuadamente el riesgo de incumplimiento normativo, que lleva aparejado un relevante riesgo reputacional, con un potencial impacto negativo en la relación con los clientes, los mercados, los empleados y las autoridades. El incumplimiento normativo puede dar lugar a sanciones, daños o anulación de contratos, con el consiguiente perjuicio para la imagen de la entidad.
En particular, la Dirección de Control y Cumplimiento Corporativo participa en los siguientes órganos del Grupo:
Asimismo, como apoyo a la función de supervisión del Consejo, se han constituido otros comités especializados compuestos por la Alta Dirección, en los que la Dirección de Control y Cumplimiento Corporativo participa para asegurar la eficaz y homogénea gestión del riesgo, como el Comité de Prevención Penal y Ética Profesional. Participa también en el Comité de Seguimiento del Mapa de Riesgos Corporativos, el de Modelos de Riesgo de Crédito, el Operativo de Gestión de Datos, el de Coordinación de Riesgos Tecnológicos, el de Seguridad de la Información y Continuidad de Negocio, y el del Comité de Externalización.
El Grupo Bankinter ha atribuido las competencias propias de la identificación y comunicación de los cambios normativos al área de Regulación, adscrita a la Secretaría General. Regulación facilita por tanto la detección temprana de los posibles impactos de los cambios normativos y reduce con ello sus riesgos. En este sentido elabora anualmente un mapa regulatorio a tres años que sirve de base para la definición de la estrategia regulatoria.
La gestión del cambio regulatorio se llevó a cabo en 2022 de un modo transversal, con atención especial a los diversos proyectos regulatorios que requirieron la adaptación de las actividades o procesos del Grupo. Entre ellos figuran la normativa derivada del paquete legislativo sobre Finanzas Sostenibles de la Unión Europea; la nueva regulación sobre bonos garantizados derivada del Real Decreto–ley 24/2021, y las obligaciones informativas derivadas de la Circular 4/2021 del Banco de España sobre modelos de estados reservados en materia de conducta de mercado, transparencia y protección de la clientela, y sobre el registro de reclamaciones.
Otra prioridad fueron las implicaciones del cese definitivo o pérdida de representatividad de determinados plazos y divisas del LIBOR. El área de Regulación asesoró en los trabajos de adaptación y en el análisis y decisiones a adoptar a fin de mitigar su impacto y llevar a cabo una transición ordenada.
La entrada en vigor de la normativa de protección del consumidor como la operada mediante la Ley 4/2022 de protección de los consumidores y usuarios frente a situaciones de vulnerabilidad social y económica requirió determinadas adaptaciones que benefician la protección de los clientes..
Cambios regulatorios de calado fueron también el Reglamento de Depositario Centrales de Valores, en concreto sobre el régimen de disciplina de liquidación de valores, y la modificación del Reglamento de los Productos de Inversión Minorista Empaquetados (PRIIPs, en inglés).
En 2023 se espera el desarrollo de numerosas normativas, a nivel europeo y nacional, que requieren especial atención y seguimiento:
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