El año 2022 comenzó por la senda positiva de recuperación con la que se cerró 2021, ya superados los últimos coletazos de la crisis generada por la pandemia y con el viento a favor de los fondos europeos, que aunque con retrasos en su aplicación, empezaron a llegar a nuestro país, otorgando un potencial a la recuperación que iba en línea con ese ambicioso proyecto de transformación de nuestra economía.
Esa esperanza iba a verse truncada por la invasión rusa de Ucrania, que provocó unas tensiones geopolíticas y económicas de suficiente calibre como para alterar los mercados energéticos y de materias primas, con el consiguiente impacto en la inflación y, como respuesta a ello, unos tipos de interés al alza; factores ambos que, por su efecto combinado, suponen un freno para la recuperación.
El sector financiero se preparaba para afrontar el nuevo escenario desde una perspectiva ambivalente. Y es que si bien la subida de tipos anticipaba mayores ingresos por la vía del margen de intereses, podía a su vez producir –de forma combinada con la inflación– crecimientos en la mora, con el consiguiente impacto que ello acaba teniendo en los resultados bancarios por las mayores provisiones.
En ese entorno de incertidumbre, Bankinter ha mantenido una estrategia comercial basada en consolidar las líneas de negocio más maduras, impulsar las de más reciente creación y abrir nuevos nichos de actividad en sectores con potencial que redunden en una mayor diversificación de los ingresos bancarios. Todo ello, como ya es tradicional en la entidad, desde un concepto de banco de relación, y no de producto, con mucho foco en la tutela de clientes y en la búsqueda permanente de asesoramiento y calidad de servicio. Y apoyado en un fuerte posicionamiento en el ámbito de la digitalización y la innovación.
Así, en la línea de Banca Comercial, o de personas físicas, Bankinter ha extraído importantes ventajas de la nueva estructuración del negocio en las dos grandes áreas bajo las que cuelgan los diferentes segmentos y redes de clientes, como son Banca Retail y Banca Patrimonial.
La primera de ellas ha impulsado la captación y vinculación de nuevos clientes mediante algunos de sus productos estrella, como la cuenta nómina o las hipotecas, donde Bankinter ha seguido ampliando cuota de mercado con un crecimiento por encima de la media del sector.
En Banca Patrimonial, el banco ha conjugado a favor de los clientes su amplio portfolio comercial y su capacidad de asesoramiento en un entorno de mercado que no ha sido precisamente favorable. La actividad del banco en el negocio de la inversión alternativa ha gozado en el año de un impulso especial, con el lanzamiento de nuevos vehículos de inversión en sectores de la economía real con alto potencial, que ofrecen un interesante binomio rentabilidad/riesgo en descorrelación con los mercados. Con el fin de ampliar a un mayor número de clientes esta propuesta, hasta ahora reservada a los altos patrimonios, el banco lanzó a finales de año una gestora de inversión alternativa, que permitirá el acceso a este tipo de activos para inversiones a partir de 10.000 euros.
Por otra parte, Bankinter ha consolidado su posición en todas las geografías en las que opera, al margen de España. Este es el caso de Bankinter Portugal, donde la entidad incrementa año tras año su cuota de mercado y explora crecer en algunos negocios, como el de las tarjetas, con nuevas alianzas. O Avant Money en Irlanda, donde la entidad experimenta crecimientos exponenciales en su negocio hipotecario, convirtiéndose en uno de los operadores más competitivos de ese mercado.
También ha sido un año positivo para el Consumo, negocio que se opera desde la filial Bankinter Consumer Finance, alcanzando resultados récord en la cartera de préstamos personales.
Asimismo, Bankinter sigue explorando nuevos nichos de negocio, como es el caso de los Seguros, con la firma de una importante alianza con Liberty Seguros que permitirá a ambas compañías desarrollar esta actividad mediante la nueva joint venture “Bankinter Liberty Hogar y Auto”, especializada en estas dos ramas del negocio asegurador.
Por lo que se refiere al negocio de Empresas, Bankinter ha extraído el máximo potencial de algunos de sus productos y servicios estrella, pensados para acompañar a estos clientes tanto en las necesidades de su día como en sus proyectos de transformación y expansión. La estrategia de apoyo a las compañías en todo el proceso de solicitud, gestión y tramitación de las ayudas europeas ha alcanzado dinámicas muy eficientes, siendo ya más de 2.150 las empresas que han recibido el asesoramiento proporcionado por Bankinter en esta materia.
De igual manera, el banco ha potenciado las capacidades de su negocio internacional con nuevos productos y equipos, pensando en dar soporte, financiación y acompañamiento comercial a las empresas españolas en su salida al exterior. Esta actividad se está convirtiendo en una de las principales generadoras de ingresos para la entidad, convirtiéndose Bankinter en un operador principal en este negocio en el mercado español. Paralelamente, la entidad ha implementado sustanciales mejoras en la operativa digital a disposición de los clientes empresas, lo que se ha traducido en notables incrementos del negocio transaccional, como consecuencia de una mayor vinculación de estos clientes con el banco y una mayor satisfacción por el servicio recibido.
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