Gestión del RiesgoRiesgo de Liquidez

fotografiaEquilibrio entre inversión y recursos

El banco realiza un seguimiento activo de la liquidez y su proyección, así como de las actuaciones a realizar en situaciones normales o excepcionales, originadas por causas internas o por los comportamientos de los mercados. El riesgo de liquidez estructural se asocia a la capacidad de la entidad para atender las obligaciones de pago adquiridas y financiar su actividad inversora.

Para el control del riesgo de liquidez se utilizan tanto el seguimiento de la evolución del gap o plano de liquidez, como información y análisis específicos de los saldos resultantes de las operaciones comerciales, de los vencimientos mayoristas, de los activos y pasivos interbancarios y de otras fuentes de financiación. Estos análisis se realizan en condiciones normales de mercado y simulando diferentes escenarios de necesidades de liquidez que podrían derivarse de distintas condiciones de negocio o variaciones en los mercados.

En 2019 el gap comercial (diferencia entre inversión y recursos de clientes) se redujo en 2.451 millones de euros. La integración de EVO Banco desde principios del mes de junio contribuyó a esta disminución en 1.784 millones. Por su parte, el negocio bancario de España cerró el gap comercial en 1.100 millones, provocado por un fuerte incremento de recursos de clientes que ha cubierto sobradamente las necesidades de liquidez generadas por el crecimiento de la inversión crediticia. En sentido contrario, el negocio bancario de Portugal tuvo un impacto positivo sobre el gap comercial, ya que la inversión creció más que los recursos en 434 millones. De esta forma, el porcentaje de inversión crediticia que está financiada por recursos de clientes se situó al cierre del ejercicio en el 98,3%, frente al 93,8% registrado el año anterior. 

En relación con la financiación mayorista se reemplazaron los vencimientos con nuevas emisiones, manteniendo de esta forma la dependencia de los mercados mayoristas en los mismos niveles que el ejercicio anterior.

La mejora en la posición de liquidez provocó un crecimiento significativo del buffer (reserva) de liquidez, lo que permitió mantener unos niveles del índice de liquidez LCR (Liquidity Coverage Ratio) holgadamente superiores tanto a los límites internos como a los regulatorios. Al cierre de 2019, el ratio LCR se situó en el 153.7%, frente al 144.2% registrado en 2018.


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