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Quiero cambiarme de casa ¿comprar?, ¿vender?...
¿Qué tipo de vivienda necesito: casa, piso, chalet?
Cambiarse de casa es algo muy habitual hoy en día, ya que son muchas las razones para hacerlo, como, por ejemplo, haber vivido un confinamiento, el teletrabajo, la familia crece, independizarse, etc.
Hay quienes buscan algo más grande y con más estancias, y hay quien necesita más zonas verdes, una terracita o quizás algo más pequeño; todo depende de nuestro momento actual.
Vender nuestra casa para comprar otra, hacerlo con una agencia o por nuestra cuenta, elegir hipoteca… ¿y cuál hipoteca…? muchas preguntas por delante.
Aquí, encontrarás todo lo que tienes que saber sobre el cambio de vivienda y todo lo que ello implica. ¡Toma asiento!
¿Qué pasos debemos tener en cuenta a la hora de vender una casa?
Lo habitual es que antes de que comprar una nueva casa, un piso o cualquier tipo de vivienda tengamos que vender la actual en el caso de tener una ya en propiedad. Podremos llevar a cabo este proceso nosotros mismos a nivel particular, o contando con una agencia inmobiliaria.
Entre particulares, tendremos que…
- Tasar la vivienda. Podremos fijarnos en inmuebles de similares características en la zona, contratar una agencia de tasación o, como ocurre comúnmente, el banco envía una tasadora que ha pactado inicialmente con el comprador. También podrás utilizar una herramienta online para tasar. Será bueno contar con más de una opinión.
- Preparar los documentos para la venta: nota simple, certificados energéticos, planos, cédula de habitabilidad, recibos del IBI, ITE, escrituras de compraventa, últimas facturas de suministros, certificado de deuda cero con la comunidad de vecinos…
- Promocionar la venta de la casa: en portales inmobiliarios, en redes sociales, en carteles, etc.
- Enseñar la casa a las visitas. Será útil organizarnos bien para no perder mucho tiempo.
- Negociar las condiciones con el comprador. Es fundamental escuchar el presupuesto del comprador, valorar sus expectativas, necesidades y dejar en buenas manos lo que fue tu hogar.
- Arras: realizar el contrato de arras como reserva y garantía de la compra.
- Firmar: firmar la escritura en una notaría, elegida por el comprador. Será muy recomendable contar con la ayuda de un profesional (gestor o abogado) para facilitarnos ciertos trámites.
A través de una agencia, tendremos que…
- Valorar por nuestra cuenta la vivienda. Podremos fijarnos en inmuebles de similares características en la zona, o contratar una agencia de tasación.
- Elegir la agencia y tener en cuenta sus comisiones: comparar los servicios de varias agencias y ver qué nos ofrecen antes de decidirnos por una. Las hay tradicionales y las hay virtuales (proptech). Podemos consultar en foros, preguntar a quienes ya hayan vendido su piso antes…
- Negociar las condiciones y servicios (negociar la exclusividad, analizar si queremos el pack de servicios básicos, o el premium…), y después firmar la hoja de encargo, documento que registrará el tipo de servicio, condiciones y precio que prestará la agencia.
- Acordar la gestión de los documentos con la agencia: nota simple, certificados energéticos, planos, cédula de habitabilidad, recibos del IBI, ITE, escrituras de compraventa, últimas facturas de suministros, certificado de deuda cero con la comunidad de vecinos…
- Escoger la oferta de compra que más nos convenza.
- Firmar la compraventa en la notaría. Podrá acompañarnos nuestro agente inmobiliario.
- Pagar la comisión o cuota a la inmobiliaria (entre un 3 y un 7% del precio del piso en caso de agencia tradicional; entre los 1.000 y los 5.000€ en caso de una inmobiliaria online).
¿Qué puede motivarnos a comprar una segunda vivienda?
- Necesitar más o menos espacio: Nuestra vivienda de solteros se queda pequeña ante la perspectiva de tener hijos... O, todo lo contrario: si estos ya no viven con nosotros y queremos algo más pequeño.
- Las prestaciones de las viviendas. Especialmente tras la pandemia, quizá busquemos un inmueble con más instalaciones comunitarias, jardín, piscina, garaje, espacio para teletrabajar…
- Nuestra situación laboral. Ante una jubilación, quizá nos planteemos una segunda vivienda en la playa. O quizá hayamos encontrado un trabajo mejor en otra ciudad y queramos mudarnos
- Nuestra edad. Si ya no somos lo que éramos y vivimos en un piso sin ascensor, quizá necesitemos una casa más accesible y confortable.
- Nuestros gustos. Quizá queramos construir nuestra propia vivienda unifamiliar y a nuestro gusto.
¿Y si hablamos de la hipoteca?
Hay múltiples razones para cambiar de casa y, también varios tipos de hipoteca. Así, la hipoteca a tipo fijo es ideal para quienes busquen la tranquilidad de pagar siempre la misma mensualidad. Si preferimos un tipo de hipoteca que se revise en función de la evolución del mercado, entonces nos decantaremos por un préstamo hipotecario variable. Y si queremos una combinación de las dos anteriores (primeros años a interés fijo y después variable), entonces una hipoteca mixta.
Hipoteca variable
- Cómo funciona: varía y se revisa en función del mercado
- Tipo de interés: euribor + diferencial
- Cuota mensual: variable
- Revisión de cuotas: cada 12 meses
Hipoteca fija
- Cómo funciona: pagas una cuota fija toda la vida del préstamo
- Tipo de interés: fijo
- Cuota mensual: fija
- Sin revisión de cuotas
Hipoteca mixta
- Cómo funciona: los primeros años es fija y luego variable
- Tipo de interés: fijo al principio y variable después
- Cuota mensual: fija y variable
- Revisión de cuotas: en la parte variable cada 12 meses