¿Qué es una preaprobación hipotecaria?

Hipoteca preconcebida y preaprobación

Pongámonos en la situación de que después de mucho pensarlo, por fin hemos dado el paso: hemos solicitado una hipoteca a nuestra entidad bancaria. Ahora, como todo trámite que se respete, estamos esperando su respuesta... ¿Hay alguna manera de acortar la espera?

Antes de ir al banco, sería un buen principio echar nuestros propios números con el simulador de hipotecas para saber si, en función del valor de la vivienda, el importe que necesitamos pedir al banco, la ciudad y los años que se quiere financiar el préstamo; podamos conocer todos los gastos asociados a la hipoteca y la compraventa, el tipo de hipoteca que mejor conviene y lo que vas a pagar mes a mes por la hipoteca. 

Si introduciendo datos sobre el precio de la vivienda, el valor de la cuota, el total de ingresos y el valor en efectivo las cifras pintan mal, seguramente nos ahorraríamos un trámite posterior. En el caso de tener dudas siempre podrás pedir una oferta personalizada de hipoteca para que los expertos te puedan asesorar y guiar en todo el proceso sin ningún tipo de vinculación o compromiso sobre la hipoteca.

Si ya hemos pasado por ahí y hemos llegado al siguiente nivel, efectivamente, tendremos una manera de saber con más celeridad si estamos más o menos cerca de obtener el crédito: la preaprobación, una respuesta provisional que nos da la entidad después de que su departamento de riesgos analice unos datos financieros básicos, relativos a nuestra identidad y nuestra situación económica. Básicamente, nos pedirán estar entre los 25 y los 55 años, el DNI, los resúmenes de nuestras tarjetas de crédito y los saldos de otros posibles créditos, y, en caso de ser autónomos, la presentación de los impuestos y un recibo de servicio de pago.

Este trámite suele realizarse online y, tras él, el banco nos entregará un documento que nos será útil en varios aspectos: por un lado, podrá orientarnos un poco más acerca de nuestras posibilidades y de la cuota que tendremos que abonar. Y por otro lado servirá como aval frente al vendedor de la vivienda.

Es importante destacar que esta preaprobación no es vinculante, pero, en cualquier caso, si la obtenemos, estaríamos más cerca de nuestro préstamo. Y si no la obtenemos, seguramente tendríamos que revisar los datos que hemos introducido, y comprobar también los criterios de riesgo para hacernos una idea del porqué del rechazo. Así de primeras, recordemos que debemos disponer del 30% del precio del inmueble, y de unos ingresos mensuales por lo menos tres veces mayores que la mensualidad a pagar. Además, nuestra edad o nuestra situación laboral también serán determinantes.

¿Preaprobación o precalificación?

Tanto la preaprobación como la precalificación son dos aproximaciones que llevará a cabo el banco a la hora de valorar si nos concede la hipoteca.

Hay que señalar que cada entidad evalúa en función de su propio criterio. Además, en ambos casos no se trata mas que de una aproximación, y en ningún caso es vinculante; hay que darse cuenta de que solo evalúan datos básicos, y ni siquiera tienen una tasación de la vivienda.

En cualquier caso, profundicemos en la precalificación hipotecaria. Para realizar la preaprobación, el banco nos solicita algunos documentos, después realiza un puntaje crediticio en función de los requisitos que cumplamos, y finalmente elabora un informe. En cambio, la precalificación se realiza de manera verbal, y solo tiene en cuenta la información que presentamos nosotros, por lo que resulta menos fiable. Cuando realizamos una precalificación igualmente obtenemos un documento: una carta de calificación previa, que igualmente podremos mostrar al vendedor del inmueble. Así podrá comprobar que estamos realmente interesados en la compra, ya que nos hemos molestado en realizar la consulta, para lo que hemos contado con un profesional.

Pero en último término, este documento no tiene tanta validez ni resulta tan sólido como la preaprobación, por lo que el paso siguiente será que el propio vendedor nos la pida.