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¿Qué diferencias hay entre una hipoteca fija, variable y mixta?
La diferencia más importante entre una hipoteca fija, una hipoteca variable y una hipoteca mixta es, principalmente, es la forma en que pagamos la hipoteca. Esta diferencia también implica condiciones financieras diferentes. Si dudamos entre ellas, tendremos que centrarnos en tres aspectos: el tipo de interés, el plazo y la cuota.
En una hipoteca fija, el tipo de interés se mantiene constante durante toda la vida del préstamo hipotecario. Esto nos resultará cómodo, porque siempre conoceremos nuestra cuota y no habrá sorpresas cuando suba el índice de referencia (normalmente, el euríbor). Además, el plazo de devolución de los préstamos hipotecarios fijos suele ser menor, y por tanto, las cuotas suelen ser más elevadas.
En cambio, en la hipoteca variable el tipo de interés viene determinado por ese índice de referencia y además un diferencial fijo. Esto significa que la cuota podrá ser mayor o menor en función del índice de referencia; lo normal es actualizar el tipo de interés cada seis meses. Por el contrario, el plazo de devolución de los préstamos hipotecarios variables suele ser mayor, lo que permite pagar cuotas más reducidas.
Por último, la hipoteca mixta combina una cuota mensual a tipo fijo durante los primeros años, y el resto a tipo variable. Hay que apuntar que durante el primer año aproximadamente, la hipoteca variable también tiene un interés fijo de salida, y tras este tiempo ya pasa a combinar el índice de referencia más el diferencial.
Dicho esto, a la hora de decidirnos por una hipoteca tendremos que tener en cuenta nuestra capacidad de ahorro, nuestras circunstancias personales y sobre todo, si preferimos la seguridad de pagar siempre lo mismo y en menos tiempo, o pagar menos cuota, aunque sujeta a las fluctuaciones del euríbor. De todas formas, es interesante analizar los pros y contras de cada una en un simulador de hipotecas (los hay de hipotecas fijas y de hipotecas variables), y leer bien la letra pequeña.
¿Se puede reducir el interés de nuestra hipoteca?
Sí. Una vez que hayamos contratado nuestro préstamo hipotecario, tendremos algunas maneras de reducir el interés, como por ejemplo contratar productos de venta combinada junto con la hipoteca (nuestra nómina, una tarjeta de crédito, los seguros de hogar y de vida…). También influirá el porcentaje del valor de la tasación de nuestra vivienda (cuanto más alto, mayor será el diferencial), independientemente de que hayamos elegido una hipoteca fija, variable o mixta. Lo mismo sucede con nuestra nómina, en los tres casos: cuanto más alta, menos pagaremos.
Los plazos de devolución
Normalmente, las hipotecas variables tienen un plazo de devolución más largo que las fijas. Hablamos de unos 40 años de la primera, frente a los 30 de la segunda.
La amortización anticipada
Ir amortizando nuestra hipoteca y devolver parte de ella antes de lo previsto es muy recomendable, ¡pero ojo! El banco podría cobrarnos comisiones por amortización anticipada: la comisión por desistimiento durante los cinco primeros años, en caso de las hipotecas variables; y además la compensación por riesgo de tipo de interés, en caso de las fijas.
¿Cambio de planes?
Hay que recordar que si ya hemos contratado un préstamo hipotecario y queremos cambiar de una a otra modalidad, nuestro banco o entidad financiera nos permitirá hacerlo.