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Diccionario económico - Planes de jubilación

Planes de jubilación

Los planes de jubilación son un tipo de seguro de vida gestionado por una compañía aseguradora, y orientado fundamentalmente al ahorro. 

Quien lo contrata adquiere el derecho a recibir una determinada cantidad de dinero en el momento de su jubilación (es decir, al vencimiento del plan), o bien si antes de esta se produce su invalidez o su fallecimiento. Los planes de jubilación son gestionados por las compañías aseguradoras.

Estos planes de jubilacion se alimentan por medio de aportaciones que el titular realiza de manera puntual o periódica.

Vienen a ser como los pagos de las primas. Así, el capital total que aporte el asegurado determinará la cantidad que este vaya a cobrar en el momento en el que se produzca cualquiera de las contingencias contempladas en las coberturas de la póliza.

A la hora de cobrar el plan y recibir el capital, el titular cobrará la prestación asegurada junto con los intereses generados; y podrá hacerlo de varias maneras: en forma de un pago único, de renta vitalicia, o bien de renta temporal, que se percibirá durante un cierto periodo de tiempo.   

Planes de jubilación y planes de pensiones

Aunque suele hablarse de ambos como si fuesen sinónimos y ciertamente responden a un objetivo común (ahorrar para complementar la jubilación pública), tienen algunas diferencias:

El tipo de producto. Un plan de jubilación es una modalidad de seguro, mientras que un plan de pensiones es un producto de inversión. 

La gestión. Los primeros son gestionados por compañías aseguradoras mientras que los segundos se gestionan a través de entidades financieras.  

El rescate del capital aportado. Un plan de jubilación puede ser rescatado en cualquier momento, siempre en función de las condiciones que hayan sido acordadas en el contrato. Y de incumplirse algunas de estas condiciones, la compañía aseguradora podría aplicar penalizaciones. 

En cambio, el plan de pensiones puede ser rescatado únicamente cuando se cumplan determinadas contingencias: jubilación, incapacidad profesional, desempleo o enfermedad grave. Cualquiera de estas situaciones debe ser acreditada para poder hacer efectivo el rescate.  

La fiscalidad. El primero no cuenta con aportaciones incentivadas, exige un tributo por los intereses generados y además tiene una fiscalidad muy favorable en el momento del rescate. En cambio, el plan de pensiones sí cuenta con una deducción en la declaración de la renta, siempre en función de la cantidad aportada.  

El perfil del inversor y la rentabilidad. 

El plan de jubilación es un producto más conservador que ofrece rentabilidades inferiores, que además son conocidas de antemano y están aseguradas. En cambio, el plan de pensiones implica un riesgo mayor, y por tanto una rentabilidad potencial más elevada. Además, estos invierten en mercados financieros de mayor o menor riesgo, en función del tipo de plan.

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