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Diccionario económico - Perfil de riesgo

Perfil de riesgo

A la hora de solicitar una hipoteca, nuestro perfil de riesgo será el factor que determine nuestro nivel de solvencia para devolverla. Es decir, cuando pedimos un préstamo hipotecario al banco, este realizará un estudio que valore nuestra capacidad para hacer frente a las cuotas durante toda la vida del préstamo y saldar la deuda contraída con él a lo largo de los años. El resultado de este análisis (también conocido como scoring bancario) será decisivo para que el banco nos la conceda, y dependerá de algunos aspectos como nuestro nivel e ingresos, nuestros gastos y otros préstamos que hayamos contraído en el momento de la solicitud.

Más concretamente, la entidad de crédito necesitará conocer los siguientes datos:

  • Nuestra edad, y nuestra situación familiar y personal. Los bancos estiman que al finalizar el pago de la hipoteca el titular no debería sobrepasar los 75 años.
  • Nuestra situación laboral. Los bancos podrán requerir nuestra vida laboral (donde se muestre la antigüedad en la empresa, la vida laboral continuada y los periodos de paro; nuestro tipo de contrato (indefinido, temporal, funcionario, interino, autónomo…), etc.
  • Los ingresos que percibimos. La mensualidad de la hipoteca no deberá superar el 30% de nuestros ingresos netos. Los bancos podrán pedirnos nuestra declaración del IRPF más reciente, además de recibos de otros préstamos, nómina, justificantes de ingresos adicionales, en caso de que percibamos otros ingresos, como alquileres, rentas o pensiones.
  • Nuestros activos en propiedad, o fincabilidad. Es decir, los bienes muebles o inmuebles (viviendas, locales, garajes, etc.) que tengamos. La entidad podrá conocer este dato consultando el Registro de la Propiedad.
  • Nuestras posibles deudas y morosidad, para lo que consultan la Central de Información de Riesgos del Banco de España (CIRBE), una base de datos que permite conocer nuestro historial como solicitantes.
  • Nuestro nivel de endeudamiento, que se obtiene al computar y sumar los ingresos de nuestra unidad familiar y estableciendo una cuota de la hipoteca no superior al 40% de la suma.

Este perfil de riesgo ha cobrado mucha importancia con la entrada en vigor de la nueva Ley Hipotecaria, que obliga a las entidades crediticias a valorar a los clientes de una manera más exhaustiva.

Realizar una pre-tasación del inmueble también resulta una opción muy recomendable porque nos ayudará a hacernos una idea de nuestras posibilidades. Como los bancos suelen conceder el 80% del valor de tasación, tendremos que ver si seremos capaces de asumir el 20% restante. En caso negativo, podremos saber de antemano que no nos concederán la hipoteca, y nos ahorraremos muchos trámites.

Realizar una pre-tasación del inmueble también resulta una opción muy recomendable porque nos ayudará a hacernos una idea de nuestras posibilidades. Como los bancos suelen conceder el 80% del valor de tasación, tendremos que ver si seremos capaces de asumir el 20% restante. En caso negativo, podremos saber de antemano que no nos concederán la hipoteca, y nos ahorraremos muchos trámites.

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