El ejercicio se caracterizó por un repunte de la inflación y por la actuación de los bancos centrales, que mantuvieron como el año anterior sus políticas de suministro de abundante liquidez e intervención en los mercados financieros de deuda. En algunos mercados, las compras sistemáticas de deuda pública por parte de los bancos centrales siguieron provocando una disminución de su profundidad.
Riesgo estructural de tipo de interés. Se define como la exposición de la entidad a variaciones en los tipos de interés de mercado, derivada de la diferente estructura temporal de vencimientos y repreciaciones de las partidas del balance global. Bankinter gestiona de forma activa este riesgo con el objetivo de proteger el margen financiero y preservar el valor económico del banco.
A través de medidas dinámicas de simulación se analiza mensualmente la exposición del margen financiero ante distintos escenarios de variación de los tipos de interés. Igualmente, y con una visión de más largo plazo, se analiza la sensibilidad que los movimientos de los tipos de interés tendrían en el valor económico de la entidad.
La exposición al riesgo de tipo de interés del margen financiero ante variaciones de +/- 100 puntos básicos paralelos en los tipos de interés de mercado es +9,3%/-2,5% para un horizonte de 12 meses.
La sensibilidad del valor económico ante un movimiento paralelo de +/- 100 puntos básicos se situaba al cierre de 2020 en +11,1%/-5,8% de sus recursos propios.
Para el cálculo de ambas mediciones se utilizan hipótesis de gestión en las que se consideran tipos negativos, a excepción de aquellas partidas con suelo (floor) en el euríbor.
Este riesgo se asocia a la capacidad de la entidad para atender las obligaciones de pago adquiridas y financiar su actividad inversora. El banco realiza un seguimiento activo de la liquidez y su proyección, así como de las actuaciones a realizar en situaciones normales o excepcionales, originadas por causas internas o por los comportamientos de los mercados.
Para el control del riesgo de liquidez se utilizan tanto el seguimiento de la evolución del gap o plano de liquidez, como información y análisis específicos de los saldos resultantes de las operaciones comerciales, de los vencimientos mayoristas, de los activos y pasivos interbancarios y de otras fuentes de financiación. Estos análisis se realizan en condiciones normales y simulando diferentes escenarios de necesidades de liquidez que podrían derivarse de distintas condiciones de negocio o variaciones en los mercados. Bankinter incorpora dentro de su gestión de liquidez el seguimiento de los índices regulatorios, tanto de corto plazo (ratio de cobertura de liquidez, o LCR, por sus siglas en inglés), como de largo plazo (ratio de financiación estable neto, o NSFR, en inglés).
Durante 2021, la posición de liquidez de la entidad mejoró significativamente debido a la positiva evolución del gap comercial (la diferencia entre inversión y recursos de clientes). La cifra de recursos se encuentra por encima de la inversión crediticia. Los fondos de clientes experimentaron un fuerte crecimiento, cubriendo sobradamente las necesidades de liquidez generadas por el crecimiento de la inversión crediticia.
Esta mejora provocó un incremento significativo de los activos líquidos disponibles, lo que permitió mantener unos niveles de LCR holgadamente superiores tanto al umbral regulatorio como a los límites internos fijados en el Marco de Apetito a Riesgo de la entidad. A finales de 2021, la ratio de LCR se situó en el 228.6%, frente al 198.1% registrado a cierre de 2020.
La ratio de liquidez NSFR, que mide la proporción de activos a largo plazo que están cubiertos con financiación estable, cerró el ejercicio en el 151,0%, por encima del 133,0% registrado un año antes. La estructura de financiación de la entidad, con un peso significativo y creciente de los depósitos de la clientela, y una financiación mayorista centrada en el medio/largo plazo, facilitó una mejora constante de este indicador.
En relación con la financiación mayorista se reemplazaron los vencimientos con nuevas emisiones. De esta forma, la dependencia de los mercados mayoristas continuó en los mismos niveles que en el ejercicio anterior.
Es la posibilidad de sufrir pérdidas derivadas de las variaciones de los precios de mercado en posiciones de dentro y fuera de balance de la cartera de negociación. Para medirlo, Bankinter usa la metodología de Valor en Riesgo (VaR) histórica sobre datos de un año y con un intervalo de confianza del 95%.
El VaR de una cartera de activos es la pérdida potencial máxima que se estima que puede producirse en la misma en un horizonte de tiempo determinado, con un nivel de confianza estadística. En Bankinter, dada la inestabilidad vivida en años recientes, se mantuvieron los límites del año anterior.
En el cuadro adjunto se informa de los valores de VaR de las posiciones de trading al cierre de 2021.
Por otro lado, mensualmente se realiza un seguimiento del Valor en Riesgo de las posiciones en cartera de la filial Bankinter Luxemburgo, a través de metodología de simulación histórica. El VaR de esta cartera a cierre del ejercicio era de 0,06 millones de euros.
VaR 2020 trading | |
---|---|
millones de euros | Último |
VaR tipo de interés | 0.46 |
VaR renta variable | 0.40 |
VaR tipo de cambio | 0.06 |
VaR tipo de volatilidad | 0.40 |
Total VaR | 0.71 |
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