¿Fondo de inversión de renta fija, de renta variable o de renta mixta?

No nos cansaremos de repetir que no existe un fondo mejor que otro, sino el que se ajusta a nuestras necesidades, a nuestra idea de plazo para la inversión y, sobre todo, a nuestra expectativa de rentabilidad y exposición al riesgo. Teniendo claro cuáles son nuestras necesidades y nuestro perfil inversor, estaremos seguros de que nuestra elección es la correcta.

A la hora de definir qué tipo de inversor debemos tener claro cuanto estaríamos dispuestos a arriesgar para conseguir rentabilidad. En el caso de que queramos obtener una mayor rentabilidad, deberemos asumir más riesgo. Si por el contrario no estamos dispuestos a asumir ese riesgo tendremos que conformarnos con rentabilidades menores.

Una vez definido el perfil del inversor (más conservador, o más arriesgado) podemos ofrecerte estas recomendaciones:

Fondos de renta fija

Recomendados para inversores con un horizonte de plazo para sus inversiones entre seis meses y tres años, que buscan la mayor estabilidad para sus inversiones en detrimento de la rentabilidad.

Cuando una persona compra un título de renta fija sabe que cada cierto tiempo recibirá unos intereses y llegada la fecha de vencimiento se le devolverá el capital.

El concepto renta fija va ligado precisamente a que en el momento de la compra del activo sabemos qué cantidad recibiremos y cuándo.

Fondos de renta variable

Recomendados para inversores con un horizonte de plazo para sus inversiones superior a los cinco años, que permita compensar la volatilidad puntual de los mercados con el objetivo de alcanzar con éxito las altas expectativas de rentabilidad de este tipo de activos.

Cuando hablamos de renta variable nos referimos a la inversión en acciones de empresas. La renta variable implica un riesgo mayor que la renta fija y la posibilidad de obtener mayores rentabilidades.

Fondos de renta mixta

Recomendados para inversores con un horizonte de plazo para sus inversiones entre tres y cinco años, que prioricen la posibilidad de obtener una mayor rentabilidad, diversificando parte de su inversión en mercados con un potencial de riesgo mayor.