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Diccionario económico - Refinanciación hipoteca
Refinanciación hipoteca
Una refinanciación de un préstamo hipotecario consiste en modificar las condiciones de nuestra hipoteca y adaptarlas a unas que sean más convenientes para nosotros.
Esto se consigue mediante tres procedimientos:
Novación
En primer lugar, podemos renegociarlo con nuestro banco actual. Este caso se llama novación, y consiste en refinanciar nuestra hipoteca y llegar a un acuerdo con nuestra propia entidad bancaria. Así lograremos modificar casi cualquier cláusula, siempre que nuestro banco esté de acuerdo con nuestras propuestas. Si elegimos esta opción es posible que tengamos que pagar una comisión que va entre el 0,1 y el 1% del capital pendiente, si nuestra entidad así lo estipula en las condiciones que hayamos firmado con ella.
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Subrogación
O podremos subrogarlo, es decir: contratar un nuevo préstamo hipotecario con otra entidad para obtener unas mejores condiciones. Así, podremos cambiar las comisiones, la vinculación, el tipo de interés o los plazos, aunque no nos permitirá ampliar el capital o cambiar a los titulares, por ejemplo. Para llevar a cabo este proceso necesitaremos un buen perfil financiero para que nos acepten, y una buena solvencia, para hacer frente a ciertos costes que se producirán con el cambio; quizá una posible comisión por subrogación o desistimiento, en función de las condiciones del préstamo que hayamos contratado.
Nuevo préstamo hipotecario
Por último, podremos firmar un nuevo préstamo hipotecario con unas condiciones más ventajosas. En este caso también tendremos que hacer frente a los gastos de liquidación de una, y a los de apertura de la otra. Sin duda, es la opción más cara ya que cancelar la hipoteca implicará un gasto. Antes de decidirnos por esta opción sería aconsejable intentar renegociar nuestra actual hipoteca (es decir, novarla) o subrogarla en otro banco. Si queremos realizar un nuevo préstamo hipotecario tendremos que revisar además, las condiciones de nuestro actual préstamo y sus posibles penalizaciones.
En definitiva, tendremos que escoger la opción que más encaje con nuestra situación teniendo en cuenta que refinanciar siempre tiene un coste, ya que tendremos que formalizar cada cambio ante notario y escriturar en el Registro de la propiedad. Con esto incurriremos en gastos de notaría, gestoría y registro, además de tener que pagar la tasación en el caso de ampliar la hipoteca o irnos a otro banco. A la hora de hacerlo, siempre deberemos realizar una estimación de nuestros ingresos para asegurarnos de poder hacer frente a los cambios.
¿Qué condiciones podremos cambiar al refinanciar nuestra hipoteca?
Podremos aumentar el capital (por ejemplo, para conseguir financiación extra para otro proyecto: hacer una reforma en casa, comprar un coche…), o para saldar otras deudas de tarjetas u otros créditos; podremos ampliar o reducir el periodo de amortización, bien aumentándolo y reduciendo las cuotas; o bien disminuyéndolo y pagar menos cada vez. Este caso es aconsejable si queremos ahorrar o tenemos dificultades a la hora de cumplir con los pagos, pero tendremos que tener cuidado, ya que acabaremos pagando más dinero al final, debido a los intereses generados; o modificar el tipo de interés, por ejemplo reduciéndolo, o pasando de fijo a variable y viceversa. Este caso podría favorecernos si contratamos un préstamo a tipo fijo hace tiempo y queremos actualizarlo al precio del mercado; o reunificar deudas, aunándolas bajo una misma cuota para obtener un interés más favorable.