Saltar a zona de contenidos

Diccionario económico - Derivados

Derivados

Los derivados financieros o futuros consisten en un acuerdo por el que dos inversores se comprometen a la compraventa de un valor (un activo subyacente) en una fecha futura (fecha de vencimiento). Concretamente, en esta negociación, ambos pactan tanto el precio de la operación como la fecha de vencimiento y el resto de las condiciones en el momento presente. Así, el comprador tendrá la obligación de comprar el activo subyacente pagando el precio pactado en la fecha acordada. Y por su parte, el vendedor tendrá que vender dicho activo recibiendo esa cantidad, en esa fecha.

Características de los derivados financieros

En el momento de la negociación no es necesario pagar el valor del activo subyacente, y bastará con aportar unas garantías (habitualmente entre el 10 al 20% del precio de lo que negocien). Esto es lo que se conoce por “apalancamiento”: incrementar la cantidad que invertimos por encima de la cantidad de que disponemos. Por lo tanto, debemos decir que estos productos tienen un alto riesgo, y por tanto deben conocerlos bien antes de invertir en ellos.

Aquellos a los que tenemos acceso los inversores minoristas son contratos regulados, estandarizados, y negociados en mercados oficiales. Existe gran variedad de contratos regulados, siendo los más comunes aquellos sobre índices (IBEX, NASDAQ, etc.), bonos (Bund alemán o T-Note americano, ...), materias primas (trigo, soja, café, etc.), energía (petróleo Brent, gas natural, etc.), metales (oro, plata, cobre…) o acciones.

Sin embargo, en la realidad existen infinidad de contratos derivados a través de los cuales se puede negociar prácticamente cualquier activo subyacente. De hecho, al ser una negociación bilateral (comprador-vendedor), se puede realizar un contrato de derivado “sobre cualquier cosa”, siempre que haya una contrapartida dispuesta a tomar la posición contraria. Esto es lo que se denomina “contrato OTC” u “over the counter”, que significa que las dos partes se ponen de acuerdo en lo que están negociando y en los términos de la negociación. Este es el tipo de posiciones que toman los inversores institucionales, y por citar algún ejemplo, existen contratos sobre la lluvia u horas de sol (imaginemos una explotación agrícola que quiere asegurarse lo que recibirá por su cosecha).

Usos y funciones de los derivados financieros

Pueden usarse para dar cobertura, al protegernos de la posible fluctuación del precio del activo subyacente.

O como medio de especulación, ya que se pueden comprar y vender para aprovechar las diferencias del precio del subyacente.

Por último, pueden servir como arbitraje, si realizamos tanto una compra con una venta de dos derivados correlacionados que en un momento determinado hayan perdido su correlación, y esperamos que vuelva a recuperarla.

¿Cómo se negocia?

Al contratar un producto de este tipo, el inversor puede o bien abrir una posición larga o comprada, y obtendrá beneficio cuando estos suban; o una posición corta o vendida, de manera que obtendría plusvalías si el mercado cae. Además, los Futuros están estandarizados, y podemos cerrar nuestra posición sin necesidad de esperar al vencimiento. Para ello, simplemente tendremos que realizar la operación contraria, es decir: vender si se tiene una posición larga, y comprar si se tiene una corta.

Además, si el cerramos nuestra posición antes de la fecha de vencimiento, lo haremos al precio de cotización de dicho futuro en el momento de la operación, en lugar de al precio pactado al inicio.

Por último, si contratamos derivados negociados en mercados regulados, estos liquidarán pérdidas y ganancias de manera diaria. Esto significa que no tendremos que esperar al vencimiento de nuestra posición o al cierre de la misma para materializar la plusvalía o minusvalía, sino que cada día nos calcularán ese resultado, que será cargado o abonado en nuestra cuenta. (Ver ejemplo Futuros IBEX 35).

Por lo tanto, cuando negociamos un contrato de futuro, nos aseguramos el precio al que queremos tenerlo en el futuro, y el resultado (beneficio o pérdida), será el precio de liquidación o cierre de la posición contra el precio al que abrimos la posición inicialmente.

Por último cabe destacar que cuando llega la fecha de vencimiento, podemos “extender” nuestra posición al siguiente vencimiento, lo que se conoce en el mercado como “rolar” la posición. Esta operación consiste en cerrar la posición en el vencimiento actual, y abrir la misma posición en el siguiente vencimiento, lo que nos mantendrá expuestos al mercado, manteniendo abierta nuestra posición inicial por más tiempo.

Además

Derivados

Te ofrecemos una amplia oferta de contratos de Derivados con cotizaciones en streaming, profundidad de mercado y órdenes Stop.
Saber más sobre derivados

Actualidad de análisis

¿Quieres conocer las mejores oportunidades de inversión? Nuestro equipo de Análisis de Bankinter te ayuda.
Ir a actualidad de análisis