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Diccionario económico - Condiciones de la hipoteca
Condiciones de la hipoteca
Las condiciones de la hipoteca son aquellos requisitos y cláusulas que establece el banco a la hora de concedernos el préstamo. Si en general las condiciones de todas estas entidades de crédito serán bastante parecidas, lo cierto es que a veces difieren en algunos detalles y en cláusulas específicas.
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En primer lugar, nos encontraremos con las condiciones de partida, que tendrán en cuenta nuestro perfil de ahorro, y que determinarán los ingresos mínimos de los que deberemos disponer para hacer frente a la deuda. No olvidemos que un préstamo hipotecario es una deuda que contraeremos por muchos años, por lo que la entidad de crédito deberá asegurarse de que por lo menos partamos con una base financiera solvente y saneada.
En este punto será básico tener un nivel de ingresos aceptable; un sueldo estable y mejor cuanto más alto. Si hacemos caso a las recomendaciones del Banco de España, este aconseja no destinar más del 35% de nuestros ingresos a pagar nuestro préstamo hipotecario. En todo caso, ayudará el hecho de compartir la titularidad de la hipoteca por ejemplo, con la persona con quien vayamos a compartir nuestra nueva vivienda.
Muy unido al nivel de ingresos se encuentra la estabilidad laboral. Así, un empleo estable será un buen índice, y en cambio penalizará que no tengamos un trabajo indefinido, ni mucha antigüedad en nuestra empresa. Por el contrario, las personas jubiladas o funcionarias que perciban un ingreso periódico y fijo serán siempre contarán con un plus en este aspecto.
En segundo lugar, un buen historial crediticio, sin impagos, préstamos vigentes u otras posibles deudas que hayamos contraído con terceros. De hecho, la concesión de una hipoteca suele estar sujeta a la ausencia de otras obligaciones por parte del solicitante.
En tercer lugar, el límite de financiación. Normalmente, las entidades de crédito no suelen financiar más allá de un 80% del valor de tasación del inmueble, e incluso de un 70% si no se trata de primera vivienda. En cualquier caso, será necesario que dispongamos de un 30% aproximado del valor de nuestra casa para hacer frente a ese porcentaje que no cubre la hipoteca, y además a los gastos de compraventa, escrituración y de otros costes asociados al propio préstamo.
Por último, el periodo de amortización, que es aquel en el que estaremos devolviendo nuestra deuda al banco. Normalmente los plazos irán de 20 a 30 años, aunque puede darse el caso de ampliar hasta 40.
Además de estas condiciones de partida, las condiciones de la hipoteca incluirán otros contenidos como el tipo de hipoteca, el tipo de interés, el reparto de gastos que genera la probación de un préstamo hipotecario o las diferentes comisiones que el banco puede cobrarnos. En cualquier caso, siempre deberán estar muy claras y perfectamente entendidas antes de firmar. Por otro lado, el hecho de comparar hipotecas y la libertad para elegir una u otra nos dará cierto margen de maniobra para negociar algunas de estas condiciones con nuestro banco.