¿Cuándo abrir y cómo utilizar las cuentas infantiles?

¿En qué momento abrir y cómo utilizar cuentas para niños?

Las cuentas infantiles o cuentas para niños son una buena manera de inculcar a los más pequeños las ventajas de ahorrar, iniciarles en la educación financiera e incluso procurarles ciertas opciones de rentabilidad de cara al futuro. Además, así les estaremos enseñando a administrar su dinero, a planificar y a verlo como un recurso limitado que conviene distribuir bien.

Estos productos suelen ofrecer algunas ventajas, como no llevar comisiones de administración o de mantenimiento asociadas, ni tampoco por traspasar dinero desde la cuenta de los responsables legales del menor, e incluso pueden ofrecer cierta remuneración, al generar un interés TIN por el hecho de tener un dinero depositado en la cuenta.

La apertura de una cuenta para niños es una costumbre bastante usual que, con motivo de nacimientos, bautizos, comuniones y otros hitos en la vida de un niño, los familiares les hacen como regalo a los pequeños. Aún así, existen ciertos procedimientos de trámite y uso que conviene conocer.

Aunque todo depende de cada niño, de cada padre y de cada circunstancia, es cierto que cualquier momento es bueno para abrir una cuenta a un menor. Por ejemplo, si lo hacemos desde su mismo nacimiento estaremos contribuyendo a invertir en su futuro desde el primer momento, y a ir haciendo una hucha para que puedan disponer de ella el día de mañana, y dedicarla a sus estudios o a viajar, entre otras cosas. Y si en cambio la abrimos cuando sean un poco mayores, podremos mostrarles la importancia del ahorro fomentar ese hábito.

¿Qué requisitos son necesarios para abrir una cuenta para niños o infantíl?

En primer lugar, vamos a darte tres claves importantes para elegir la más adecuada. En primer lugar, deberemos estudiar y comparar todas las opciones antes de decidirnos. Hay que analizar la opción más conveniente para el niño, en función de su edad, uso y posible interés de rentabilidad en el futuro. En segundo lugar, nos tendremos que plantear si queremos asociar una tarjeta de débito. Tendremos que valorar su edad y su nivel de autonomía y responsabilidad, y hacerlo en el momento adecuado, siempre que el menor haya adquirido estas capacidades. Por último, como en cualquier producto, deberemos informarnos bien sobre las condiciones y cláusulas para no llevarnos sustos. Ojo también a las cláusulas de las tarjetas.

Y cuando ya te decidas por una, te recomendamos lo siguiente: si el titular es menor de edad deberá contar con un representante legal o tutor, que normalmente será su padre o su madre. Habrá que acreditar este dato aportando el libro de familia, y si es otra persona quien ostenta la tutela. Legal del menor, la sentencia judicial o documento que lo acredite. Además, será necesario que el menos aporte su DNI y, en caso de no tenerlo, un NIF provisional que deberá proporcionar la Agencia Tributaria.

Uso y mantenimiento de una cuenta infantil

A la hora de gestionar una cuenta para niños, habrá que tener en cuenta aspectos como los que siguen:

En primer lugar, no deberemos utilizar la cuenta para los asuntos propios del representante legal. Aunque esto pueda parecer una obviedad, este uso incorrecto podrá acarrear una penalización judicial.

Otro de los errores frecuentes será que solo el menor sea el titular, independientemente de quiénes sean sus representantes legales. El hecho de que los padres actúen como titulares podrá conllevar malentendidos fiscales y hereditarios. En tercer lugar, deberemos analizar si queremos o no asociar una tarjeta, que en cualquier caso será de débito o de prepago, y con una operativa limitada. Esto dependerá de cada circunstancia, pero en caso de asociarla, como representantes legales deberemos autorizar y confirmar cada operación para que pueda ser aceptada. El hecho de tener una tarjeta podrá enseñarles a administrarse y a desarrollar su autonomía y su responsabilidad.

En definitiva, las cuentas infantiles pueden ser de gran utilidad sabiendo manejarlas bien.