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Expertos y conocimiento

La industria naval ya tiene su PERTE: la gran oportunidad.

El Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de la Industria Naval contará con 310 millones de euros de aportación pública que se espera que movilicen otros 1.150 millones de inversión privada.
PERTE Naval
Categoría
Expertos y conocimiento
Tipo de contenido
Actualidad
Escrito por
Redacción
Tiempo de lectura
10 minutos
Publicado
20 May 2022
Parques eólicos marinos, buques cero emisiones y un sistema de producción más sostenible. Son tres de los grandes retos a los que se enfrentan los astilleros españoles y a los que trata de responder el PERTE de la Industria Naval, cuyas bases reguladoras saldrán en las próximas semanas. Estas son sus líneas maestras.

Los fondos europeos Next Generation son una oportunidad para una industria que ha sufrido mucho durante la pandemia y que vio paralizada la actividad durante meses. El Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de la Industria Naval fue aprobado en Consejo de Ministros el 15 de marzo de 2022. Son 310 millones de euros de aportación pública que se espera que movilicen otros 1.150 millones de inversión privada.

El gran objetivo es incrementar la competitividad del sector industrial naval español en un 15% y conseguir una tasa de crecimiento anual del sector del 9%, contribuyendo a la creación de 3.100 nuevos puestos de trabajo. Se prevé, según la memoria descriptiva, que tenga un impacto de 5.300 millones de euros en el Producto Interior Bruto (PIB).

De momento conocemos la memoria descriptiva del PERTE, pero las bases que abrirán las distintas convocatorias, seguramente muy parecidas al del PERTE del Vehículo Eléctrico y Conectado, se esperan para finales de mayo. Las convocatorias probablemente salgan en junio y se disponga del mes de julio para presentar los proyectos. Con un plazo de ejecución de 30 meses como máximo desde la fecha de la resolución.

Por eso es tan importante ir formando los consorcios y asesorarse con expertos como la consultora FI Group, especializada en fondos europeos, con la que trabaja Bankinter para asesorar y tramitar las solicitudes de las empresas españolas.

Líneas maestras PERTE Naval

¿Cuáles son los objetivos del PERTE Naval?

  • Autonomía industrial: reforzar la industria nacional para hacerla más competitiva con un nuevo modelo de colaboración a lo largo de toda la cadena de valor.
  • Diversificar la industria naval hacia la eólica marina y los buques de bajas emisiones.
  • Digitalización de la industria en toda la cadena de valor.
  • Sostenibilidad: una industria naval más descarbonizada y circular que potencia la reutilización, el reciclaje y el tratamiento adecuado de los residuos.
  • Capacitación: una mejor formación de los trabajadores, que también redunde en una mayor igualdad y cohesión territorial.

El PERTE se articula en dos grandes actuaciones: proyectos transformadores de la cadena de valor (dotados con 230 millones de fondos públicos y 830 millones de inversión privada) y medidas facilitadoras.

Las medidas facilitadoras (80 millones de euros en fondos públicos a lo largo de 4 años, de 2022 a 2025, a los que se sumarán 320 millones de aportación privada) contemplan el marco ya existente de ayudas y normas que favorecen los objetivos del PERTE, en particular el Real Decreto 1071/2021, de 7 de diciembre, por el que se regula la concesión de ayudas al sector de construcción naval en materia de investigación y desarrollo e innovación.

A todas estas medidas hay que sumar otros PERTE con los que el Naval tiene sinergias, como el de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (ERHA).

Nos vamos a detener en los proyectos transformadores, la partida más interesante para los grandes proyectos de largo plazo para el sector.

Proyectos transformadores: en consorcio y en concurrencia competitiva

Son los grandes proyectos transformadores y plurianuales donde participarán consorcios industriales. Parten de un proyecto tractor, dotado con un mínimo de 20 millones de euros, de los que parten luego los distintos planes primarios.

  • Están dotados con 200 millones de inversión pública y se prevé movilizar 800 millones de inversión privada.
  • Gestionada por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo (MITECO).
  • Incluirá ayudas a fondo perdido (procedentes de los fondos europeos) y préstamos financiados por el MITECO.
  • Se convocará en concurrencia competitiva y las propuestas se elegirán por un orden de puntuación y en función del presupuesto.
  • Cada proyecto tractor debe partir de un presupuesto mínimo de 20 millones de euros.
Proyectos transformadores: en consorcio y en concurrencia competitiva

¿Qué debe incluir cada proyecto?

  • Al menos una actuación o proyecto primario por cada uno de los bloques obligatorios de esta línea de ayudas: diversificación (innovación en la cadena de valor), digitalización (transformación digital de la cadena) y sostenibilidad (economía circular, eficiencia energética y mejora medioambiental).
  • Un plan transversal de formación y reciclaje profesional. Se prevé que el PERTE consiga certificar a cerca de 5.000 empleados.

Habrá además una línea de apoyo específica para el I+D+i y la digitalización a través del programa Misiones Ciencia e Innovación presentado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), del Ministerio de Ciencia e Innovación. Estas Misiones específicas para el sector naval contarán con 30 millones de euros de fondos públicos que se espera movilicen otros 30 millones de inversión privada.

En estas Misiones se esperan proyectos, por ejemplo, para buques de cero emisiones, biocombustibles, hidrógeno renovable, estructuras flotantes, sensorización y conectividad o nuevos vehículos marinos tripulados y no tripulados de inspección e instalaciones. Seguramente en junio salga la primera convocatoria.

Los 3 bloques del proyecto transformador que exigen al menos un proyecto primario obligatorio:

  • Diversificación. Pretende impulsar la colaboración de empresas de distintos sectores, como construcción, naval y energías renovables marinas, además de subsectores como la eólica marina, la energía de las corrientes y de las olas o la producción de hidrógeno renovable en alta mar. Se trata de incorporar al sector naval al desarrollo de las energías renovables.
  • Digitalización. Son las iniciativas que buscan la transición digital en toda la cadena de valor del sector naval mismo, a través de proyectos de investigación, desarrollo e innovación.
  • Sostenibilidad. Hablamos de los proyectos de investigación, desarrollo e innovación, inversiones en mejoras medioambientales o de eficiencia energética, que contribuyan a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, a la circularidad de sus actividades, a la reducción de residuos y la contaminación y a la mejora de la eficiencia energética.
Los 3 bloques del proyecto transformador

¿Cómo son los consorcios?

  • Las agrupaciones de empresas deben incluir al menos seis entidades, una de las cuales ejercerá como líder.
  • El 40% de estas empresas tienen que ser Pymes.
  • Debe haber al menos una entidad de I+D+i (como socio, no se admite que sea una subcontratación). No tiene por qué ser universidad o un centro tecnológico, puede ser por ejemplo una Pyme con capacidad innovadora.
  • La agrupación no tiene personalidad jurídica, pero sí debe haber un acuerdo firmado entre los socios.
  • Tienen que ser de ámbito nacional y el proyecto debe estar presente en 2 o más Comunidades Autónomas.
  • No todos los socios tienen que participar en cada proyecto primario que cuelgue del proyecto tractor.

¿Qué lecciones hemos aprendido ya de otros PERTE?

  • Hay que identificar la naturaleza de los gastos de los proyectos. En los proyectos primarios tenemos que saber qué gastos tienen pensados, lo que nos permitirá orientarlos hacia I+D+i, por ejemplo, o a sostenibilidad. Si se tienen gastos de personal es mejor ir a I+D+i, que sí permite incluirlos.
  • Hay que priorizar los proyectos que implican una certificación ex ante previa. Anticiparse y ponerlos en el calendario porque llevan tiempo y tienen un coste.
  • Ver si los proyectos que presentamos, por el tipo de inversión o por la forma en que se articula la propuesta, puede ser más interesante derivarlos a otros instrumentos de financiación. Por eso es tan importante que consultores experimentados asesoren a los consorcios.
  • Contar desde el principio con una entidad de conocimiento identificada y capaz de implicarse en el proyecto. Es un requisito imprescindible y no se puede subcontratar, Por tanto, no se debe dejar para última hora.

Del imperio naval español a la gran armada eólica del siglo XXI

Del imperio naval español a la gran armada eólica del siglo XXI

Los astilleros españoles son una referencia mundial. Hablamos de una de las industrias más antiguas de la península ibérica que hizo posible el dominio marítimo español a partir del siglo XV y patentó el galeón, la gran aportación hispana a la historia de la navegación. El primer astillero documentado se remonta a un milenio atrás, cuando el obispo Diego Gelmírez levantó unas atarazanas en Iría Flavia para armar su gran flota compostelana.

En España partimos con una ventaja: la fortaleza de las industrias naval, siderúrgica y energética y nuestro liderazgo en parques eólicos terrestres, como quinta potencia mundial solo por detrás de China, Estados Unidos, Alemania e India. No olvidemos que la eólica terrestre se convirtió en 2021 en la primera fuente de producción eléctrica en España, con una participación del 23,3% en el mix energético nacional.

Los barcos y plataformas petrolíferas españolas han marcado hitos por volumen y por tecnología a lo largo del siglo XX. Pero las nuevas demandas de la industria se dirigen a la construcción de nuevos ingenios, como los parques eólicos marinos, y a una nueva generación de buques propulsados con energías renovables.

De hecho, en 2020 la industria española facturó ya por 350 millones de euros en proyectos de eólica marina. En España se construyen, sobre todo, soportes y subestaciones. Entre los clientes hay parques eólicos emblemáticos como Hywind Scotland y Kincardine, ambos en Escocia (Reino Unido), Windfloat Atlantic en Portugal, Wikinger en Alemania o Saint Brieuc en Francia.

La industria naval: liderazgo internacional gracias a su versatilidad

La industria naval española factura 7.500 millones de euros al año y da empleo a 70.000 personas, con una alta cualificación. Se articula en torno a una veintena de astilleros con capacidad para construir grandes buques (de más de 100 GT). La mayoría están en Galicia y las comunidades del Cantábrico, Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía, Baleares y Canarias.

La relevancia del sector naval está relacionada con su pulso exportador, pero también por su rol estratégico en la economía, al impulsar el comercio internacional (el 60% de nuestras exportaciones parten de los puertos españoles) y vertebrar el país a través de sus seis mil kilómetros de costa. La industria es noticia a menudo por las naves icónicas que es capaz de botar para petroleras, navieras y ejércitos de todo el mundo. El 90% de su producción civil se destina a exportación, lo mismo que el 50% de su producción relacionada con la seguridad y la defensa.

Nuestros mayores clientes, además de la UE, son armadores de Noruega, México, Argentina y Groenlandia. Somos la primera potencia europea y cuarta mundial en construcción de buques OffShore y la segunda europea y quinta mundial en construcción de buques pesqueros. Una fortaleza flotante que recibe ahora el impulso de los fondos europeos para diversificar su oferta y convertirse en referencia mundial en sostenibilidad. Ya lo era en innovación y por su capacidad de adaptación.

Información obtenida a partir del webinar "PERTE Naval: modernización y competitividad para tu empresa” organizado por el CFO Forum de Bankinter. Con la participación de:

  • Emma Montserrat: Responsable de Fondos Europeos y Subdirectora General Adjunta en Bankinter.
  • Aurore Asorey : Líder del sector Industria y Transportes en FI Group.