Quizás uno de los fondos de pensiones más antiguos del mundo surgió en el siglo XVIII en la Iglesia de Escocia cuando dos clérigos decidieron crear un fondo para sus viudas. Para idearlo no oraron sino que recurrieron a las matemáticas. Se dieron cuenta que aunque es imposible saber cuánto tiempo puede vivir un hombre después de cumplir 60 años si se puede saber cuánto tiempo puede vivir la media de hombres después de esa edad. Los dos predicadores utilizaron los datos de las primeras tablas de vida y diseñaron un sólido fondo de pensiones que llevó la tranquilidad a las familias de los clérigos. Sus creadores predijeron que 20 años después el fondo tendría un valor de 58.348 libras, se equivocaron por 1 libra.
Pero predecir hoy con rigor la viabilidad de los sistemas públicos de pensiones en los países occidentales es una cuestión mucho más compleja. El envejecimiento de la población y el descenso de la población activa están provocando un aumento del gasto público en pensiones y una disminución de los ingresos en la Seguridad Social que obliga a aplicar reformas para equilibrar ambas partidas presupuestarias.
Reforma de pensiones en España:
España es un claro ejemplo de país en el que aumenta la población mayor de edad y desciende la población en el mercado laboral. La dinámica que crea el desequilibrio entre ingresos y gasto del Estado lo hemos vivido este mes, la Seguridad Social ha tenido que recurrir dos veces al Fondo de Reserva para tener liquidez y se calcula que este fondo se agotará al final de 2017.
Las reformas del sistema público de pensiones para evitar a esta situación insostenible entraron en vigor en 2013 y se aplicarán de manera gradual hasta 2027.
Una de sus medidas más importantes es la ampliación de la edad de jubilación hasta los 67 años. También ajustan la pensión inicial a la evolución de la esperanza de vida futura y revalorizan las pensiones según la situación económica de la Seguridad Social (Índice de Revalorización de las Pensiones) en vez de según la evolución de los precios.
Consecuencias de las reformas en el sistema de pensiones en España (estudio):
Reducción de las pensiones futuras en España:
El artículo de la Universidad de Granada “Un estudio vaticina que los futuros jubilados españoles verán muy reducidas sus pensiones con las nuevas reformas del sistema” presenta las conclusiones de investigadores de la Universidad de Granada y del IESE Business School sobre el futuro de las reformas del sistema público de pensiones de los años 2011 y 2013. Con independencia de que esta proyección sea correcta o no, es un ejemplo del tipo de investigación que reformas de tanta trascendencia social requieren antes y durante su implantación.
El estudio destaca que estas reformas reducirán en el futuro de forma drástica el desequilibrio presupuestario entre gasto público en pensiones e ingresos de la Seguridad Social al disminuir la partida del gasto en pensiones. El descenso del gasto en pensiones se deberá, primero, al retraso de las edades de jubilación reduce el número de pensiones en vigor, y segundo, y más importante, a que descenderá significativamente el valor de las pensiones al aplicar el Índice de Revalorización de las Pensiones.
Según este análisis, el procedimiento de revalorización de las pensiones de estas reformas producirá una reducción real de las pensiones ya que entre 2013 y 2050 el Índice de Revalorización de las Pensiones, en media anual real, será de un -1 por ciento. Y este descenso real de las pensiones implicará, a su vez, que se reducirá continuamente la relación entre la pensión media y el salario medio.
Esto, señalan los autores, significa que los jubilados actuales más jóvenes así como los futuros jubilados verán reducirse de modo importante el poder de adquisición de sus pensiones lo que, a su entender, obligará en un futuro a volver a revisar la viabilidad de las pensiones españolas. Por todo ello, las conclusiones sacadas de este artículo son:
- la generación que nació en los 50 cobrará en pensión un 73,6% de su último salario,
- la generación de los 60 cobrará en pensión un 60,6% de su último salario,
- la generación de los 70 cobrará en pensión un 56,1% de su último salario,
- la generación de los 80 cobrará en pensión un 51,7% de su último salario,
- la generación de los 90 cobrará en pensión un 49,7% de su último salario.
La importancia creciente del ahorro privado.
En esta situación parece que las pensiones privadas jugarán un papel importante para apoyar los ingresos de la jubilación.
En nuestro país todavía no representan la principal fuente de ingresos de las pensiones, con excepción de las personas con ingresos altos y, de nuevo, las generaciones más jóvenes serán las que probablemente tengan más dificultades para ahorrar y las que más dependan de las pensiones privadas para tener una jubilación digna.
Conclusión: las generaciones jóvenes las que más desistidas.
Las pensiones del futuro
Las prioridades de las reformas en los países occidentales incluyen el aumento de la edad de jubilación, la vinculación de las pensiones a los aumentos esperados en la longevidad y medidas para reforzar la financiación de las pensiones privadas.
Pero hemos observado que las generaciones más jóvenes quedan muy abandonadas con estas reformas. Investigaciones como la comentada no deben olvidarse en este difícil camino para reequilibrar la financiación de las pensiones.
No hay duda que queda mucho por reflexionar y hacer para que los futuros pensionistas disfruten de la tranquilidad de aquellas viudas escocesas del siglo XVIII.
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