Llegada la vejez de los padres, toca a los hijos velar por el bienestar físico y financiero de nuestros mayores.
Antes de tomar el control financiero es importante asumir por parte de los hijos las decisiones de los padres siempre que éstos sean totalmente autónomos (es decir, que no padezcan ninguna enfermedad senil o de demencia o estén incapacitados legalmente) ya que se darán situaciones en las que los hijos no compartan las decisiones de sus padres en torno a cómo invierten o gastan el dinero.
Puede darse el caso que, como hijos, nos preocupe resolver problemas financieros producidos por una administración descuidada. En estos casos, solicitar la mediación de un tercero, como un abogado, asistente social o asesor financiero, podría ser de gran ayuda para interceder con tus padres.
Incapacidad legal de un adulto
El Código Civil dice que nadie puede ser declarado incapaz, sino por sentencia judicial en virtud de las causas establecidas en la Ley. La Ley solo contempla como causas de incapacitación las enfermedades o deficiencias persistentes de carácter físico o psíquico, que impidan a la persona gobernarse por sí misma.
Si no es el caso, lo suyo es acompañar en esta etapa de la vida pidiendo a tus padres que te den poderes o autorizaciones para las gestiones financieras cotidianas y así acceder al dinero, realizar transacciones (mediante transferencias, cheques, ingresos de dinero o retiradas de efectivo), supervisar el gasto que se hace (o detectar que no se hacen pagos extraños) y velar porque se cumple con los compromisos financieros (pago de facturas).
Prevenir: otorgar un poder notarial
En otros casos, sobre todo cuando se vislumbra los inicios de una enfermedad cognitiva degenerativa, conviene recurrir a otras opciones como puede ser un poder notarial.
Un poder notarial es un documento público que una persona física o jurídica firma con el visto bueno de un notario para designar a otra como su representante legal. Conviene hacer este proceso cuando todavía la persona que delegará sus finanzas está en plena facultades y siempre que sea posible es recomendable tomar la decisión junto con el resto de los miembros de la familia. El poder notarial autoriza para actuar en su nombre en distintos actos jurídicos o materiales.
Cómo solicitar un poder notarial
Simplemente basta con acudir a una notaría, presentar el DNI de ambas personas y realizar el pago del importe correspondiente a un poder de pleitos o de un poder general. Aproximadamente, el coste puede oscilar entre los 25 y 50 euros.
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