El Gobierno sugiere trabajar hasta los 75 años para mejorar el sistema de las pensiones

El debate y la polémica sobre el futuro de las pensiones no cesa. La última propuesta la acaba de hacer el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, al indicar que en España “hace falta un cambio cultural” para seguir la tendencia europea de trabajar cada vez más entre los 55 y los 70 o 75 años.

La sostenibilidad del actual sistema está cuestionada. Cada año el déficit de la Seguridad Social es mayor y, por ahora, la solución es realizar transferencias desde los Presupuestos del Estado para tapar ese “agujero”, algo que se antoja insostenible al salir del bolsillo de todos los españoles.

Las previsiones apuntan que este “círculo” se va a agravar más durante los próximos años, ya que en 2025 se comienza a jubilar la generación del baby boom. Este grupo lo va a hacer con pensiones más altas y además, -afortunadamente- la esperanza de vida en España es de las más altas del mundo.

Las propuestas para salir de este círculo se suceden desde muchos puntos, pero algunas merecen ser compartidas por la fuente de la que nacen.

Jubilarse a los 75 años en España

En este sentido, la última sugerencia la acaba de hacer el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. En una entrevista con el diario Ara, el máximo responsable en política de jubilaciones ha indicado que “hace falta un cambio cultural en España” para seguir la tendencia europea de trabajar cada vez más entre los 55 y los 70 o 75 años. “En estas edades, por razones demográficas y de calidad de vida, se puede trabajar más. Y España es una anomalía europea: no solamente no seguimos esta tendencia, sino que reducimos la proporción de mayores de 55 años en activo”.

Para Escrivá acercar la edad real de jubilación a la legal sería una importante solución para la sostenibilidad del actual sistema.

Edad media de jubilación en España

La edad media real de las nuevas jubilaciones en España es de 64,5 años según los datos de agosto de 2020. Se trata de una edad inferior a la edad legal de jubilación, que por aquel entonces era de 65 años y diez meses.

A pesar de las reformas que se han implementado hasta ahora, la brecha entre la edad real y la legal seguirá aumentado ya que la edad media de jubilación no avanza a tanta velocidad como la legal

Para lograr la coincidencia de ambas se puede proceder de tres maneras:

1. Desincentivando las jubilaciones anticipadas.

2. Volver a aumentar la edad de jubilación como ya se hizo en la reforma de 2013 que la dejó en 67 años, edad a la que se llegaría progresivamente.

3. Incentivando el alargamiento voluntario de la vida laboral.

A primera vista la propuesta de aumentar la edad de jubilación plantea varios problemas:

• Supone una “tapón” para el empleo de los más jóvenes que son los que sufren mayores dificultades laborales (paro más alto y condiciones laborales más precarias).
• Los jóvenes en paro no cotizarían a la Seguridad Social con lo que no solo su contribución a la sostenibilidad de las pensiones sería nula, sino que tendrían problemas cuando, a su vez, llegasen a la jubilación (habrían cotizado insuficientemente).
• Afectaría a la productividad del conjunto del sistema ya que la adaptación de los más mayores a las nuevas tecnologías y a otros cambios en el trabajo sería más lenta y esto puede ser un problema gravísimo ya que el factor determinante de la sostenibilidad de las pensiones es el aumento de la productividad.

Nos encontramos, por tanto, con la espada de Damocles sobre el futuro de las pensiones. Un debate que dura ya años y que aun no tiene solución.