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Estrategia Trimestral de Bankinter: ¿Qué podemos esperar para el tercer trimestre de 2019?


25.06.2019

Escrito por: Departamento de Análisis Bankinter


El ciclo económico sigue siendo expansivo, las valoraciones parecen ser sostenibles y los riesgos se están deslizándose a la baja. En su Informe de Estrategia de las perspectivas para 3T 2019, el Departamento de Análisis de Bankinter analiza la situación actual de los mercados y los distintos escenarios.

Estrategia trimestral Bankinter: Perspectivas 3T 2019

 

Principales conclusiones de nuestro informe de Estrategia

El actual ciclo expansivo y las valoraciones de los activos parecen sostenibles

El ciclo económico continúa siendo expansivo, aunque pierda vigor. En la actualidad no se dan las circunstancias, ni afloran los detonantes, que indican una reversión del ciclo. Esto es así porque el nivel de la deuda privada no es excesivo, sino incluso algo inferior al existente antes de la crisis. Y todos los cambios de ciclo vienen provocados por una deuda excesiva.

Es cierto que la deuda pública se ha incrementado significativamente en casi todas las economías, pero también lo es que tenderá a estabilizarse en torno a los niveles actuales. Y se refinanciará sin dificultades en un contexto de tipos como el actual, de manera que no afectará al ciclo económico.

Estos niveles de tipos extremadamente bajos favorecen las valoraciones de las bolsas. Con beneficios empresariales modestamente al alza y tipos de interés bajos y a la baja, las valoraciones ofrecen un riesgo reducido. 

Los riesgos son aceptables e incluso puede que estén moviéndose a la baja

El S&P500 marcó un nuevo máximo histórico (2.954,2) el 20 de junio, gracias a la Reserva Federal (Fed) y a pesar de las tensiones con Irán, de los indicios de debilitamiento de la propia economía americana (ya no solo de la europea) y de la incertidumbre ante las negociaciones con China en el G-20.

El Brexit ya carece de capacidad para hacer daño al mercado, aunque es un asunto que podría introducir cierta tensión en octubre, cuando deberá ejecutarse.

La solidez del fondo del ciclo (economía, beneficios empresariales, bancos centrales, etc) se valora más que los obstáculos y las incertidumbres; más que las dudas sobre los niveles alcanzados, tanto por las bolsas como por los bonos.

El dólar ha pasado a la defensiva (1,139/$ el 24 de junio), perdiendo terreno, tras el reenfoque “dovish” de la Fed. Eso reequilibra algo el actual “juego de divisas”, lo cual ofrece el efecto benéfico de vuelta de reducir la percepción del riesgo. La mejor prueba de ello es que el yen se apreció por la tensión con Irán en la penúltima semana de junio, al igual que el oro, pero enseguida se depreció con cierta energía al moverse el Gobierno americano desde la intervención militar hacia las sanciones económicas. Este es otro indicio de que los riesgos podrían estar deslizándose a la baja.

El contexto favorece que todos los activos estén bien valorados: bolsas, bonos e inmobiliario

Y esto no tiene por qué cambiar. Cuando el ciclo económico pierde vigor, los bancos centrales salen al rescate. Su capacidad para gestionar el denominado “guidance” o credibilidad para dirigir al mercado en base a expectativas sin que sean precisas acciones concretas es enorme y continúa siendo infravalorada, en general.

Creemos que esta es la clave de bóveda para la sostenibilidad del actual ciclo económico expansivo. Los bancos centrales han sufrido una metamorfosis silenciosa muy útil para los precios de los activos: si antes de la crisis financiera su misión era identificar a tiempo la inflación y combatirla con política monetaria restrictiva (básicamente subiendo tipos), ahora lo es promover una inflación suficiente que contrarreste riesgos deflacionistas y favorezca tanto la creación de empleo como el crecimiento económico.

Con este respaldo los precios de los activos quedan más protegidos que nunca. Puede interpretarse como una intervención del mercado en toda regla pero, desde la perspectiva eminentemente pragmática que a nosotros nos corresponde adoptar, esto tiene más ventajas que inconvenientes. Al menos por ahora. Así, todo el mundo está contento aunque nadie esté del tranquilo del todo.

Los nervios y un aumento de la volatilidad podrían aumentar durante el tercer trimestre, pero creemos que la lateralidad sería el peor desenlace entre los razonables. 

En caso de duda, será más acertado mostrarse optimista y elevar la perspectiva

Con volúmenes a la baja en verano debemos estar preparados para alguna corrección sin asustarnos. En septiembre los analistas ya sustituiremos los beneficios esperados para 2019 por los estimados para 2020 y, de acuerdo con nuestros cálculos preliminares, las valoraciones seguirán ofreciendo potenciales suficientemente atractivos (entre +7% Nikkei y +26% S&P500) en un entorno de tipos cero o cuasi-cero, sobre todo en Estados Unidos… que es donde venimos insistiendo hay que estar sobreponderados.

Salvo alguna corrección inevitable, el mercado sigue estando muy bien soportado. El dólar debería tender a estar más bien apreciado en el rango 1,11 / 1,17 por euro, el yen debilitarse limitadamente (122 / 128 por euro) y los bonos incluso apreciarse algo más gracias al giro “ultra-dovish” de los bancos centrales. A pesar de los nervios y los niveles alcanzados, las valoraciones actuales (bolsas, bonos e incluso inmobiliario) tienen sentido.

Descargar el Informe de Estrategia de las perspectivas para 3T 2019.

Documentos relacionados
04-04-2020 Informe_de_Estrategia_de_Inversion_3T19.pdf
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