¿Acabas de incorpórate al trabajo y te sientes mal? No te preocupes, no eres el único y se te pasará pronto.
Lo que está comprobado es que cuanto más largas y gratificantes hayan sido las vacaciones más intensa será la dificultad de adaptarse de nuevo a la rutina laboral pudiéndose provocar síndromes como el cansancio, pérdida del apetito, nostalgia por lo que se ha dejado atrás…. Lo normal es que estos síntomas desaparezcan en pocos días y para ello es bueno que se comparta con los amigos las experiencias que se hayan tenido, realizar algunas de las actividades que se realizaron y comenzar a preparar las siguientes.
En España los trabajadores no tienen muchos días de vacaciones (en nuestro país el período mínimo de vacaciones remuneradas es de 22 días por año frente, por ejemplo, a los 30 días en Finlandia o Francia según el Banco Mundial), pero sí existe la tradición de reunirlos en una época del año en vez de distribuirlos a lo largo de él. El resultado es que tenemos unas vacaciones de verano largas.
Según el estudio realizado por Adecco, en nuestro país 1 de cada 3 trabajadores está sufriendo o sufrirá el síndrome posvacacional de vuelta al trabajo. Del 66% restante, una parte importante padece o padecerá fatiga o estrés que, sin llegar a provocar depresión posvacacional, están directamente relacionados con una mala adaptación al reinicio del trabajo tras el verano.
¿Qué predispone a padecer este síndrome?
Unas vacaciones prolongadas y una baja tolerancia a la frustración, son factores que influyen en la aparición del síndrome.
- Entorno laboral: es el factor que influye más directamente en que los trabajadores tengan el síndrome, los más susceptibles son los que regresan a un trabajo con malas relaciones entre compañeros, con un jefe que no motiva, con tares rutinarias o con cualquier otra circunstancia que hace el entorno de trabajo conflictivo.
- Duración de las vacaciones: un hábito necesita alrededor de 21 días para incorporarse, los trabajadores que disfrutan de más de 3 semanas de vacaciones son más susceptibles de contraer el síndrome.
- Tolerancia a la frustración: la transición de las vacaciones a la rutina del trabajo resulta más difícil para aquellos que no saben enfrentarse a los cambios con flexibilidad.
¿Cuáles son los síntomas?
Son muy variados pero los más habituales son apatía, cansancio, falta de energía y dificultad para concentrarse. También se pueden experimentar trastornos del sueño, nerviosismo, estrés o tristeza. En casos extremos que solo afectan a una minoría pueden padecerse ataques de ansiedad, dolor de cabeza o malestar general.
La duración normal del síndrome va desde pocos días hasta dos semanas, solo en casos extremos se prolonga más.
¿Cómo prevenirlo?
Se debe hacer gradual la transición de las vacaciones al trabajo y eso requiere tener en cuenta la vuelta al trabajo en los días previos.
Aquellos que se han acostado y levantado tarde durante sus vacaciones deben recuperar poco a poco el horario de sueño habitual varios días antes. Además es preferible no volver de vacaciones el día anterior a la incorporación al trabajo para retomar progresivamente la actividad diaria.
Dado que la duración de las vacaciones puede favorecer el síndrome, dividir los días de vacaciones a lo largo del verano para no crear hábitos hará más fácil la vuelta.
Y, por supuesto, tener una actitud positiva hacia el trabajo será fundamental para prevenirlo.
¿Cómo combatirlo si ya se tiene?
- En el trabajo: El primer día de trabajo ir una hora antes de lo normal para afrontar la jornada sin prisas y sin agobios. No cargarse de trabajo el primer día. Dedicar tiempo a la organización del trabajo de modo que la incorporación sea paulatina y sin excesivas exigencias.
- Fuera del trabajo: Aprovechar los descansos y las comidas para relaciones sociales agradables, realizar actividades saludables, como el deporte, y tener una buena alimentación.
No obstante, lo más importante es centrar la atención en los aspectos más motivadores del trabajo y practicar la relajación a intervalos regulares, procurando eliminar pensamientos o ideas irracionales que generen ansiedad.
No hemos de dar demasiada importancia a este síndrome y procurar ver la vuelta al trabajo como una nueva etapa de trabajo llena de posibles momentos satisfactorios, la sensación de que el trabajo no tiene buenos momentos es la principal que causa del síndrome posvacacional.
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