En junio, la deuda pública española superó por primera vez el listón del billón de euros. La cifra supone 10.000 millones más que el mes anterior (mayo) y equivale al 98,4% del producto interior bruto (PIB). Las cifras contrastan con los 737.406 –el 70,4% del PIB- que se encontró el actual Gobierno cuando llegó al poder en los últimos días de 2011. Y mucho más con el 36% con el que España arrancó la gran crisis financiera que ha dado un vuelco a las cuentas públicas del país.
Los analistas dan por hecho que llegar al nivel del 100% del PIB es sólo cuestión de tiempo.
¿Cuáles son las consecuencias del continuo crecimiento de la deuda pública?
Afecta al crecimiento económico y las economías familiares y aumenta la ya de por sí excesiva dependencia del país de los mercados financieros. Todo ello en un entorno en el que la debilidad de los precios no ayuda a la recuperación económica.
Aunque España ha experimentado un crecimiento del 0,6% en el segundo trimestre del año, la mejora es aún insuficiente para que el país pueda reducir a buen ritmo sus desequilibrios estructurales y pagar una deuda que no deja de crecer. Si el Gobierno no consigue parar la hemorragia, tarde o temprano podría tener que afrontar nuevos ajustes del gasto.
España tiene que hacer un esfuerzo extraordinario para reducir el volumen de deuda hasta el 60% en el año 2020, tal y como obliga la Ley de Estabilidad Presupuestaria. La debilidad del crecimiento europeo –Francia está estancada en el segundo trimestre y los PIB de Alemania y Francia han retrocedido- y la baja inflación aparecen como dos duros escollos. Hay que tener en cuenta que el nivel de deuda se mide por la correlación entre el PIB nominal y la deuda. Él peso de esta última es por lo tanto mayor cuanto menos suben los precios.
Si la situación económica se complica, la dependencia de España de los mercados –que ya es muy alta hoy- se disparará aún más. El endeudamiento excesivo también tiene impacto sobre las familias, que podrían tener que enfrentarse a nuevos recortes en sanidad, servicios sociales o educación. Un escenario este último que el Gobierno ha descartado en la confianza de la que España apuntalará la recuperación económica gracias sobre todo al aumento del consumo privado.
Cultura económica: ¿Qué es el PIB?
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