PERTE Chip: 12.000 millones de euros que empezarán a distribuirse en 2024.

Emma Montserrat: Xavier, estamos ante un PERTE que va a movilizar a gran parte de la industria tecnológica española, así como a los centros de investigación. ¿En qué punto estamos y qué convocatorias llegarán en 2024? Porque este es un PERTE muy esperado.

Xavier Gómez: este PERTE se anunció a mediados de 2022 y se articula a través de 4 ejes principales y 11 actuaciones. El primero está orientado al refuerzo de las capacidades de I+D, el segundo a la estrategia de diseño, el tercero -con mayor dotación, más de 9.000 millones de euros- a la instalación de fábricas de semiconductores y, el último, a la dinamización de la manufactura TIC.

Aunque se esperaba para la segunda mitad de 2022 y la primera del 2023, no salió ninguna convocatoria. Sí lo hizo en 2023 con una serie de convocatorias orientadas a investigación y desarrollo, a universidades y formación de personal especializado. Esperamos que 2024 sea un año importante, como comentabas, con publicaciones que realmente empiecen a movilizar las dotaciones de este PERTE. Estamos a la expectativa y monitorizando la situación.

Emma Montserrat: el año, pasado, como dices, las primeras líneas de actuación iban enfocadas a formación y a I+D+i. ¿Quiénes se han beneficiado de esas convocatorias y, sobre todo, nos van a ayudar a paliar la falta de profesionales que tenemos en este país en el mundo de la IA y la microelectrónica?

Xavier Gómez: en 2023 destacó la convocatoria de Misiones PERTE Chip, con 60 millones de dotación, que estaba focalizada en el diseño de microprocesadores de alto rendimiento y arquitecturas alternativas, así como al desarrollo de un ecosistema de fotónica. También se publicó la convocatoria Cátedras Chip orientada a investigación universitaria en semiconductores y formación de personal investigador. Esta última realmente significará la creación de una extensa red universitaria de investigación y formación, hoy ya con 17 Cátedras Chip en las universidades españolas. Es gratificante ver que las distintas universidades han empezado a moverse y ponerse en contacto con el objetivo de colaborar en red de forma más intensa.

En cuanto a la falta de personal especializado que comentabas, es un problema no solo en España sino en Europa y a nivel mundial, con lo cual la convocatoria de Cátedras Chip va a ayudar a minimizar este factor limitante al crecimiento de la industria. Es conveniente abordarlo lo antes posible por el tiempo que se tarda en formar a este personal. El PERTE Chip ha dado en el clavo al priorizar esta convocatoria para poder integrar en el sector este personal especializado lo antes posible.

Emma Montserrat: la figura del Comisionado del PERTE Chip ha alcanzado mucha visibilidad. Es la persona que está trabajando para atraer grandes inversiones internacionales a España. También se ha creado una Oficina para el PERTE. ¿Cómo pueden las empresas españolas integrarse en los consorcios? ¿Es un buen sitio al que acudir para asesorarse?

Xavier Gómez: el Comisionado Especial es un organismo integrado en el Ministerio de Transformación Digital y se encarga de coordinar todo el despliegue de las distintas actuaciones del PERTE y fortalecer la posición de España en esta industria. Entre sus misiones está el mantener un diálogo fluido y constante tanto con la industria española como extranjera. Es el lugar adecuado al que acudir en busca de asesoramiento. Tiene también el objetivo de atraer esas grandes instalaciones que requieren proveedores especializados y es ahí donde las empresas españolas pueden integrarse. Y los otros ejes del PERTE, de I+D y diseño, también van a presentar muchas oportunidades para el sector.

La figura de Jaime Martorell como Comisionado del PERTE Chip está siendo fundamental, dada su experiencia internacional, para que España se convierta en un país atractivo para estos grandes fabricantes de semiconductores ubicados en Taiwán, Corea del Sur o Estados Unidos.

Emma Montserrat: el PERTE se extenderá hasta 2027. Las inversiones que se contemplan llevan bastante tiempo, son complejas. ¿Podemos pensar que los proyectos se tienen que poner en marcha ya en 2024? ¿De cuánto tiempo disponen las empresas realmente para preparar sus solicitudes?

Xavier Gómez: el PERTE Chip comporta una serie de actuaciones a lo largo de los años, por lo cual no es necesario que todos los proyectos se pongan en marcha en 2024 ni mucho menos. Las empresas pueden ir monitorizando las distintas actuaciones que se van a publicar y adherirse a la que realmente mejor les encaje.

Nuestro consejo es nunca perseguir los fondos por sí mismos. Lo que tienen que hacer los fondos es reforzar un proyecto que la empresa ya realmente de una forma clara ha determinado que quiere llevar adelante. Los fondos incluso también pueden llevar a habilitar proyectos que la empresa quisiera desarrollar pero que están a la espera de un refuerzo financiero, como pueden significar las ayudas del PERTE.

Por otro lado, hay un aspecto primordial que no nos cansamos de insistir siempre a la hora de preparar la solicitud con las mejoras garantías y tener las mayores posibilidades de éxito: la anticipación. No conviene esperar a las ayudas sino ponerse en marcha con anterioridad e ir preparando y definiendo el proyecto. Por eso es tan necesaria la colaboración entre empresas y la labor de consultoría que realizamos, por ejemplo, en FI Group.

Las empresas necesitan contar con un respaldo financiero que les permita iniciar estos proyectos hasta que posteriormente les lleguen las ayudas, tanto si es en forma de préstamos como si son subvenciones, porque suelen tardar. Y es ahí donde por ejemplo una entidad como Bankinter da en el clavo con sus productos específicos para los fondos Next Generation.

Emma Montserrat: durante años se ha hablado de impulsar en España una especia de Silicon Valley. Hay regiones y ciudades que lo han intentado y, de hecho, algunas las podemos tener en mente porque se han convertido en auténticos hubs de innovación. Pero las convocatorias de este PERTE no las gestionan las Comunidades Autónomas. ¿Podemos hablar más de un proyecto de país donde se busca poner a todo el sector a trabajar en red?

Xavier Gómez: el negocio de los semiconductores es tremendamente global. La construcción comprende una serie de etapas donde cada país tiene un cierto nivel, más o menos intensivo, e incluso algunos países no cumplen ninguna de esas etapas. Por ejemplo, en la etapa de diseño EEUU es muy fuerte. O en la propia realización del diseño, en la que España destaca. Le sigue la etapa de fabricación: las materias primas y una maquinaria sofisticada, donde Europa es líder con ASML, una empresa holandesa que es la única a nivel mundial capaz de fabricar esas máquinas con una alta escala de integración. Después llega el proceso de fabricación, que requiere de plantas sofisticadas y que demanda una cantidad ingente de capital. Y la última etapa es la comprobación de calidad del producto fabricado y su empaquetado.

En esta fase de fabricación es donde dominan los países asiáticos y crean esa dependencia tan relevante en Europa. Por eso Europa decidió poner cartas en el asunto y aprobó la Chips Act para dotarnos de una soberanía para eliminar al máximo esa dependencia con respecto a los países asiáticos. Y fue resultado de la etapa de sufrimiento que pasó Europa al no disponer de semiconductores por los países asiáticos. El objetivo es que Europa asuma para 2030 el 10% de la fabricación mundial. Significa un reto enorme porque implica multiplicar por 4 la capacidad de producción actual.

El ecosistema de microelectrónica en España es realmente modesto, se compone de unas 200 empresas y centros de investigación y, si bien las actuaciones del Eje 3 están muy focalizadas en las grandes fábricas, todo el resto de las actuaciones del PERTE Chip -investigación, diseño y dinamización- ofrecerán una serie de oportunidades muy importantes a las empresas del sector españolas.

Sin duda alguna estamos hablando de un proyecto país que pretende potenciar las entidades existentes, crear nuevas y fomentar la colaboración entre ellas y con la administración y con los centros públicos de investigación.