El segundo PERTE Agro movilizará 610 millones en 2024.

Emma Montserrat: Carmen, el PERTE Agroalimentario ha adjudicado 183 millones en 2023, en su primera fase, y por tanto no se han ejecutado todos los fondos que se habían previsto. ¿Entiendo que aún quedan muchos fondos de los que se pueda beneficiar el sector agroalimentario?

Carmen Ovejero: efectivamente, Emma, hemos tenido una convocatoria compleja, que ha tenido un 34% de éxito. Por tanto, hay muchas empresas y grandes proyectos que han quedado fuera de la convocatoria. Hemos tenido una curva de aprendizaje, tanto las administraciones como las empresas e incluso quienes las acompañamos en este viaje, para mejorar y optimizar los fondos Next Generation. Animamos a las empresas e intentamos articular una interlocución ante el Ministerio para que la nueva convocatoria de 2024 sea más favorecedora y flexible en función de todo ese aprendizaje.

No hay que olvidar sin embargo que 233 empresas agroalimentarias han conseguido beneficiarse del PERTE, sobre todo del eje de fortalecimiento industrial. Todo ello lo vamos a poner en práctica, con el apoyo indiscutible de las asociaciones y federaciones, para desarrollar todas las inversiones.

Emma Montserrat: ¿qué tipo de convocatorias esperamos para 2024? En la adenda se asignan 610 millones de euros adicionales para el sector. ¿Cómo se van a canalizar esos nuevos fondos?

Carmen Ovejero: lo primero a tener en cuenta es la distribución de esos fondos: esos 610 millones están repartidos en 460 millones en forma de préstamos y 150 en subvención. En un contexto de tipos de interés muy altos, es un bueno momento para financiar cualquier inversión que haya que realizar para la modernización del tejido industrial.

¿Qué convocatorias veremos? El PERTE Agroalimentario tiene tres ejes fundamentales: por un lado, la modernización, la digitalización y, sobre todo, la apuesta por la innovación, el I+D+i, para ser más competitivos a nivel sectorial y a nivel global. No hay que olvidar que el agroalimentario es uno de los sectores más afectados por los factores externos: el cambio climático y la situación geopolítica. Aunque venimos de un período de amortiguación en la inflación de precios dentro de la cadena de valor, sí que es verdad que tenemos una seria preocupación por el conflicto en el mar Rojo y sus efectos en las cadenas de suministro. España apuesta por el sector estableciendo una estrategia nacional alimentaria para que todos los actores involucrados en la cadena de valor ayuden y siga siendo una industria crucial y resiliente.

Emma Montserrat: una de las críticas más escuchadas en torno a los fondos europeos es que favorecen a las grandes corporaciones y no tanto a las pequeñas empresas. ¿En vuestra experiencia ha sido así? ¿Cómo creéis que la Pyme puede optar a los fondos dentro de este PERTE?

Carmen Ovejero: quizá la parte más visible ha sido la gran empresa, porque el primer eje del PERTE -el fortalecimiento industrial- buscaba a esas entidades tractoras. También por el elevado volumen de inversión que se necesitaba para levantar esos proyectos transformadores. Pero también ha servido para que haya arrastre. No olvidemos que han presentado expedientes en diferentes convocatorias 5.000 empresas pequeñas y medianas que han conseguido estos fondos y canalizarlos bien en estrategias de inversión en digitalización o en apuestas por nuevos productos para ser más competitivas.

Hay convocatorias específicas incluso dentro del PERTE Agroalimentario que van dirigidas a la Pyme, incluido el Kit Digital. Como especialistas y consultores de financiación llevamos un recorrido desde 2020 y ayudamos a traducir en proyectos concretos estas nuevas convocatorias, algo complejas para lo que estábamos acostumbrado en este sector.

Emma Montserrat: en esa línea, ¿crees que las empresas que han visto rechazados sus proyectos en 2023, o que no se animaron a presentarse, tienen oportunidades para las nuevas convocatorias? ¿Qué les recomendaríais desde FI Group?

Carmen Ovejero: en el caso el caso de las empresas que se han presentado y han visto desestimados sus proyectos, lo primero es hacer un buen diagnóstico: cuál ha sido la causa por la cual el Ministerio no ha concedido esa ayuda. Puede ser por un motivo burocrático, una falta de justificación o una causa de índole técnica. Por tanto, nosotros planteamos estudiar qué ha ocurrido y ver si esa inversión sigue siendo estratégica para la empresa, qué hito de ejecución tiene y dónde se va a localizar. A partir de ahí hacemos un mapa de financiación.

Por otro lado, sigue la opción de acudir al PERTE Agroalimentario, pero hay que ver qué alternativas tiene la empresa, si es candidata de forma individual o consorciada o si es más favorable presentarse al sinfín de ayudas que tiene el sector, en los Next Generation o en la Política Agraria Común (PAC). Siempre se asesorará en función de esas condiciones y, sobre todo, de las intensidades máximas de las ayudas. Hay empresas que quieren más la fórmula de préstamo y otras a las que les interesa la subvención a fondo perdido.

Emma Montserrat: hemos hablado de 2024. Quizás parece un horizonte lejano, pero ¿qué esperamos con los fondos europeos para 2025 y 2026? ¿Seguirá siendo el agroalimentario un sector favorecido por la llegada de ayudas?

Carmen Ovejero: siempre va a serlo, porque el sector agroalimentario es un sector industrial estratégico para el país. Tanto por su aportación al PIB como por el factor social, por tanto, sí va a ver destinados fondos. En este sentido, en 2024 veremos otro PERTE más flexible, con todo el aprendizaje que se ha tenido durante todo 2023 y la complejidad eliminarla un poco. De hecho, creo que es relevante que consultoras como FI Group, que tenemos un largo recorrido, podamos asesorar y dar a conocer las necesidades del sector y cómo capilarizar esos fondos para que lleguen a la Pyme y a la gran empresa.

Para 2025 y 2026 se sigue apostando por la industria. En 2024 el PERTE seguirá dirigido a la modernización, la sostenibilidad y la digitalización, pero se espera para las siguientes convocatorias que se tenga en cuenta que el sector se tiene que adaptar a nuevas necesidades de consumo, al cambio climático y a nuevas plagas. Para ello es relevante que consultoras estratégicas como nosotros, que conocen bien el sector, nos podamos posicionar y dar visibilidad a las diferentes administraciones para que articulen las nuevas ayudas orientadas a los retos estratégicos que tienen las empresas.