PERTE ERHA: El maná renovable de los fondos europeos.

Emma Montserrat: Hola, Daniel… ¿Qué es el PERTE ERHA?

Daniel Ramos: es la respuesta que ha dado el Gobierno de España, a través del mecanismo de transformación y recuperación, al objetivo de descarbonización que tiene la Comisión Europea para 2050. Al final este PERTE ERHA apoya el cumplimiento de los hitos plasmados en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 con los que España se suma al Green Deal.

Emma Montserrat: ¿quién puede participar en el PERTE ERHA?

Daniel Ramos: tienen cabida todo tipo de empresas. De hecho, está configurado a través de medidas transformadoras y facilitadoras. Las facilitadoras traccionarían todo el PERTE hacia abajo, enfocándose en el consumidor final. Y las transformadoras serían las verdaderas convocatorias que van a traccionar a nivel empresarial.

Emma Montserrat: las empresas que quieran presentarse, ¿qué deben tener en cuenta?

Daniel Ramos: tiene una configuración distinta al resto de PERTE, no es una gran convocatoria como tal, sino que está dividido en muchas convocatorias, cada una con una temática distinta. De biogás, eólica, fotovoltaica, hidrógeno, almacenamiento y flexibilidad del sistema eléctrico. Todas estas convocatorias tienen unos requerimientos distintos. Las hay muy técnicas y requieren proyectos muy desarrollados: cuanto más aterrizadas estén las solicitudes, mucho mejor. Pero sí es verdad que hay convocatorias en distintas fases de implementación. Hay convocatorias en la parte de I+D, con tecnologías muy novedosas, otras que están en fase de despliegue y otras que ya están en la fase de inversión total, donde podemos desarrollar esos grandes proyectos que pueden atraer ayudas bastante altas.

Emma Montserrat: si soy una empresa con un proyecto susceptible de optar a los fondos europeos, ¿qué puedo hacer para presentarme al PERTE ERHA?

Daniel Ramos: lo primero: asesorarte correctamente. Los requerimientos que tienen las convocatorias de ayudas, en cuanto a avales, garantías, documentación técnica, repercusiones, e incluso la formalización de consorcios requiere un apoyo a nivel legal, financiero y un desarrollo tecnológico y técnico.

Emma Montserrat: ¿qué beneficios puede tener para una empresa presentarse a este tipo de PERTE?

Daniel Ramos: Todas estas convocatorias al final llevan un riesgo tecnológico. Estamos hablando de tecnologías que muchas de ellas no están suficientemente probadas. Las ayudas pueden mitigar ese riesgo cuando se hace una inversión. Hablamos de convocatorias, por ejemplo, donde se apuesta por proyectos de hidrógeno renovable, ya de por sí con un riesgo de tecnología, y donde también debe haber unos usuarios detrás que consuman ese hidrógeno. Esos consumidores necesitarán también adecuar sus instalaciones para poder consumirlo, también con los riesgos consecuentes.

Emma Montserrat: ahora tenemos la experiencia de funcionamiento de otros PERTE, como el VEC. Pero este PERTE ERHA no es un PERTE al uso. En esas circunstancias es vital contar con asesoramiento especializado para poder aprovechar las distintas convocatorias. ¿Es así?

Daniel Ramos: correcto, ha sido un ejemplo muy claro la primera convocatoria de hidrógeno renovable, de proyectos pioneros y singulares, que requería que estuviera asegurada tanto la producción de hidrógeno mediante energías renovables, con lo cual ya era necesaria una inversión previa para alimentar los electrolizadores, como el propio consumo de ese hidrógeno. Esto requería de unos ciertos memorándums de entendimiento, preacuerdos de consumo, etc. donde había que tener en consideración bastantes cosas, como el posible precio del hidrógeno, el transporte, la existencia de contratos PPA o los sistemas de autoconsumo. Todo eso tenía unos requerimientos técnicos con ciertos riesgos. Con cuestiones muy técnicas es aconsejable el apoyo de empresas de consultoría y la gestión de avales financieros para desarrollar los proyectos correctamente y mitigar mucho los riesgos.

Emma Montserrat: ¿qué oportunidades hay para los sectores industriales en los PERTE ahora en vigor?

Daniel Ramos: tenemos distintos PERTE abiertos. El de descarbonización va ligado a este de la energía. Y otras convocatorias desde IDAE (Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía), como proyectos de eficiencia energética en la industria, y otras más que llevan tiempo abiertas y que pueden ser igualmente atractivas para determinados proyectos. La diferencia que tenemos ahora con respecto a otros años es que un mismo proyecto puede llegar a entrar en distintas convocatorias. La clave es hacer una buena hoja de ruta para ver cuál es la convocatoria más idónea y que más retorno podría tener la inversión.

Emma Montserrat: han pasado bastantes meses desde que empezamos a hablar de los fondos europeos. En todo ese tiempo, ¿se han producido cambios en el reglamento? En ese caso, ¿dónde se han producido?

Daniel Ramos: todos los días en el BOE tenemos aproximadamente entre 5 y 7 publicaciones relacionadas con normativa energética. Todavía queda incluso normativa de la Comisión Europeo que tenemos que aterrizar en España, de forma que siga dando seguridad a las empresas para desarrollar estos proyectos.

Emma Montserrat: antes hacías referencia a que hay diversas alternativas en ayudas europeas. ¿EL PERTE ERHA es la única ventana para los grandes proyectos?

Daniel Ramos: tenemos otras posibilidades. Por ejemplo, las ayudas traccionadas directamente desde la Comisión Europea, fuera del ámbito de los estados, con sus propios órganos de evaluación. Pero con tasas de éxito mucho más bajas. Es el caso de los Fondos de Innovación o los FEDER que también pueden financiar proyectos energéticos potentes.

Emma Montserrat: se habla mucho estos meses de la formación de consorcios. ¿Es necesario siempre ir acompañado de otras empresas y entidades para abarcar toda la cadena de valor y poder presentarte a este PERTE?

Daniel Ramos: es otra de las diferencias de este PERTE con otras convocatorias que sí exigían cubrir toda esa cadena. Es el caso, por ejemplo, de las primeras convocatorias para el hidrógeno renovable, pero hay otras en marcha donde no será necesario. Habrá ocasiones en que el consorcio sea necesario, pero en otras se pueden presentar las empresas de manera individual y ser igualmente atractivas para los proyectos.

Emma Montserrat: ¿crees que estas figuras se mantendrán en el tiempo o desaparecerán tras este período extraordinario que estamos viviendo?

Daniel Ramos: es una figura, la del consorcio, que lleva tiempo asociada a las convocatorias europeas. En programas como Horizon Europe se habla específicamente de esa máxima de 3 empresas de 3 países distintos. Se puede mantener. Es habitual en convocatorias de I+D, con participación de universidades y centros de investigación, pero también cuando se quiere abarcar la cadena de valor sería lo suyo, que vaya desde quién produce un bien hasta quién lo consume.

Emma Montserrat: es decir, conviene que nos vayamos familiarizando con ese concepto de consorcio…

Daniel Ramos: Sí, yo creo que va a ser bastante común.

Emma Montserrat: ¿qué diferencias tiene este PERTE con otros PERTE? Ya tenemos la experiencia de otros planes ejecutados como el del vehículo eléctrico, el agroalimentario y el naval.

Daniel Ramos: en este caso se abren dos áreas bien diferenciadas: las medidas facilitadoras y las transformadoras. Y en las transformadoras, en particular, hay un gran abanico de convocatorias distintas: 25 en vez de una sola. Estamos pendientes aún de algunas convocatorias, como las de los valles de hidrógeno, donde se espera además que se eleven los topes de ayuda. Lo principal del PERTE ERHA es que tenemos sobre la mesa muchas tecnologías y los compromisos para desarrollarlas. Con dotaciones importantes, pues hablamos de 150 millones de euros, por ejemplo, para una sola convocatoria.

Emma Montserrat: ¿cuáles son las principales tecnologías que se quiere apoyar con este PERTE?

Daniel Ramos: Podríamos dividir el PERTE en 3 grandes bloques: el apoyo a las energías renovables, el hidrógeno renovable, que ha sido el protagonista este último año, y el almacenamiento y flexibilidad del sistema eléctrico. En este último caso, con las ayudas para la industria de las baterías y nuevos sistemas de gestión eléctrica de la oferta y la demanda, promoviendo nuevos agentes como las comunidades locales de energía. Tenemos actualmente convocatorias abiertas para biogás o eólica offshore.

Emma Montserrat: ¿cuál es el grado de madurez tecnológica que se le exige a los proyectos?

Daniel Ramos: aquí hay mucha diferencia entre las convocatorias. Desde convocatorias que van a apoyar proyectos en fases muy iniciales, de I+D pura, hasta proyectos de despliegue tecnológico y proyectos en fase final de ejecución de obras, ya a nivel de inversión. En el hidrógeno, por ejemplo, hemos estado trabajando con centros tecnológicos y universidades, pero también en fases más avanzadas como la utilización del hidrógeno en vehículos, la producción en planta con nuevos electrolizadores y el consumo final por la industria pesada, que son proyectos de inversión pura.

Emma Montserrat: vamos terminando, Daniel. ¿Cómo encaja este PERTE en las políticas energéticas nacionales y europeas?

Daniel Ramos: claramente nuestro objetivo es la neutralidad en carbono en 2050. Esta neutralidad se hace de dos formas: con la descarbonización de la industria y el transporte, pero también con el aporte de las energías renovables. Estamos desarrollando ciertas capacidades en tecnologías que ya están plasmadas en el PNIEC. Tenemos una responsabilidad y un compromiso con la UE para crear estos parques renovables, con un nivel determinado de potencia instalada, además de otros mecanismos como las subastas renovables. Es una forma de conjurar claramente la incertidumbre cuando se apuesta por tecnologías innovadoras.