La economía española crece a un ritmo superior al que lo hacen otros países de su entorno. Esto parece responder a una tendencia general por la que, cuando se desata una crisis a nivel mundial, la economía española cae con más fuerza, pero cuando llega la recuperación también crece con más vigor.
Crecimiento de la economía española
Si nos fijamos en el crecimiento del PIB en la Unión Europea vemos que en el cuarto trimestre del año pasado creció solamente un 0,2% mientras que el de nuestro país lo hizo un 0,6%.
Como se puede ver en los gráficos anteriores esa tendencia se viene repitiendo durante varios trimestres seguidos.
El último dato publicado hoy por el INE la confirmaría ya que la economía española creció en el primer trimestre del año un 0,7%. Aunque aún no se han publicado los datos europeos lo previsible es que los referidos tanto a la UE como a la Eurozona sean inferiores a los de España porque probablemente confirmen que Italia está en recesión y el crecimiento alemán haya sido muy magro ya que el propio Gobierno estima que este año su economía crezca un 0,5%.
El PIB de los últimos doce meses ha crecido un 2,4% y ha mejorado una decima respecto al registro del último trimestre de 2018.
El crecimiento trimestral de la economía española se ha debido fundamentalmente al consumo interno que justificó el 2,2% del mismo, mientras que las exportaciones solo contribuyeron con el 0,2%. Este último dato hay que vincularlo al bajo crecimiento de la Unión Europea ya que la mayor parte de nuestras exportaciones van destinadas a los países que la integran.
El dato más relevante es sin duda el de la inversión en maquinaria, bienes de equipo y sistemas de armamento se incrementa 4,0 puntos al presentar un crecimiento del 6,8%, frente al 2,8% del trimestre anterior. Este dato nos indica que la confianza de los empresarios en el futuro es alta ya que una mayor inversión indica expectativas de una mayor demanda en el futuro, algo que aparentemente contradice dos circunstancias: el bajo crecimiento europeo y la elevación de los precios del petróleo de cuya importación nuestro país es muy dependiente.
Evolución del precio del barril de petróleo Brent
A partir de aquí es obligado pensar que la economía española no tardará en sentir esos efectos negativo. Así, aunque su crecimiento es mejor que el europeo, desde el último trimestre de 2017 arrastra una tendencia descendente. Frente a esta situación, una de las salidas de la economía española es el aumento de la productividad.
Si bien los augurios de crecimiento de la economía mundial, y de la europea en particular, no son buenos, cabe una ventana al optimismo si finalmente se resuelven dos temas pendientes: que haya un acuerdo entre China y EE.UU. y que se llegue a un Brexit pactado. Si estas dos expectativas se cumpliesen probablemente también cambiaría el pesimismo que reina en la actualidad.