“Fabricar chips es el problema más fascinante de la Humanidad”. Lo dice Chris Miller, autor del libro “Chip War”. Europa se dispone a recuperar el protagonismo perdido en las dos últimas décadas en favor de Asia. Prueba de ello es el PERTE Chip, que movilizará en España 12.250 millones de euros entre 2023 y 2027.
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El objetivo de los fondos Next Generation es que España cuente con una o dos fábricas de semiconductores, las llamadas foundries, en su propio territorio. Pero el PERTE no se centra solo en esas megafactorías: pretende impulsar toda la cadena de valor, desde las pymes a las startups y a la industria electrónica que consume esos chips.
Los chips son el nuevo petróleo: sin ellos no funciona la industria
Europa solo fabrica hoy en torno al 10% de los chips que se producen en el mundo. El objetivo de la Ley Europea de Chips es alcanzar un 20% de cuota de mercado en 2030. Los grandes fabricantes, como TSMC y Samsung, se están moviendo para captar ese interés europeo y estadounidense. También España quiere atraer esa inversión a través del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Microelectrónica y Semiconductores, conocido como PERTE Chip.
La crisis de los semiconductores ha llegado a paralizar en los dos últimos años la industria europea, en particular la automoción, la electrónica y la informática. A la búsqueda de la autonomía energética se suma ahora el objetivo estratégico de una mayor independencia tecnológica. El grueso de la producción de chips está en Asia y en concreto en China, Japón, Corea del Sur y Taiwán. Preocupa que una crisis en Asia afecte seriamente a las economías occidentales.
Como muestra, la fábrica de chips más grande del mundo está en un territorio sometido a una gran tensión geopolítica. Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), la principal proveedora de Apple, controla el 55% del mercado global. Ahora se dispone a abrir dos fábricas en Arizona, con una inversión de 40.000 millones de dólares, derivando así buena parte de su producción hacia Estados Unidos.
El PERTE Chip: las primeras convocatorias saldrán en 2023
El PERTE Chip quiere ser un polo de atracción de la inversión privada nacional e internacional. ¿Cómo funciona? En el artículo El PERTE de los microchips moviliza a la industria electrónica española: así funciona, publicado en CFO Fórum de Bankinter, explicamos el alcance de esta convocatoria para la industria española.
En este vídeo, la Subdirectora General Adjunta de Bankinter, Emma Montserrat, responsable de Fondos Europeos, resume las principales claves del PERTE Chip.
El PERTE se aprobó el pasado mes de mayo, aunque las primeras bases reguladoras y convocatorias se esperan para el primer semestre de 2023. La complejidad del proyecto ha llevado a crear la Sociedad Estatal de Microelectrónica y Semiconductores (SEMYS) bajo la dirección de Jaime Martorell, que acaba de mantener una primera reunión con 50 compañías y centros de investigación.
El plan presenta una elevada complejidad, de ahí la importancia de acudir a sus convocatorias en consorcio y de la mano de asesores en la tramitación de los fondos europeos, como FI Group, la consultora con la que trabaja Bankinter para facilitar a sus clientes empresariales el acceso a los Next Generation. El PERTE se articula en torno a 4 ejes:
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Refuerzo de la capacidad científica. Dotado con 1.165 millones de euros, impulsará la investigación sobre microprocesadores de vanguardia, fotónica integrada y chips cuánticos.
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Estrategia de diseño. Son 1.330 millones de euros para favorecer la creación de fabless (fábricas de diseño) que produzcan chips de vanguardia y arquitecturas alternativas, pero también para la fase de pilotos de pruebas que permita validar esos microprocesadores y para impulsar la formación de profesionales del sector.
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Construcción de plantas de fabricación. Es la piedra angular del PERTE, con una inversión pública de 9.350 millones de euros. Se trata de poner en marcha tanto foundries de chips de menos de 5 nanómetros, con una primera planta que pueda estar operativa en 2027, como fábricas de gama media (de más de 5 nanómetros) para responder a la creciente demanda de la industria nacional.
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Dinamización de la industria de fabricación TIC. Con 400 millones de euros de los fondos europeos se busca potenciar startups, scaleups (startups más maduras) y pymes innovadoras del sector de semiconductores e impulsar la fabricación en España de productos electrónicos que consuman esos semiconductores.
Durante años muchas regiones y centros tecnológicos pugnaron por emular Silicon Valley en España. Con el PERTE Chip esa aspiración puede empezar a hacerse realidad. ¿Estás preparado?
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