En nuestra sociedad se habla poco de la función social y del escudo económico que ejercen los seguros de vida. La reticencia para hablar de un posible fallecimiento futuro -que ahora nos puede parecer improbable- nos frena muchas veces a tomar decisiones que permitirían proteger a nuestras familias de un quebranto patrimonial y económico que agravaría una dolorosa situación personal si se produce un desgraciado e inesperado fallecimiento de alguno de los generadores de ingresos de la unidad familiar. Sin embargo, conviene abstraernos, aunque sea puntualmente y por un buen objetivo, de esa especie de tabú y pensar en la mejor elección posible.
Seguro de vida
La consideración de que un seguro de vida es un producto complejo y que existen demasiadas clausulas en ellos son dos populares mitos que nos provocan pereza para empezar a estudiar la conveniencia de un seguro de vida.
Para tratar de vencer esos frenos, conozcamos varios datos:
- En España a cierre de 2019, y según datos de ICEA, había más de 21 millones de personas aseguradas de vida
- El pasado año, se atendieron prestaciones de seguros de vida por un valor aproximado de 1.150 millones de euros.
- De hecho, se estima que en 2018 unas 67.000 familias fueron indemnizadas por un fallecimiento de una persona cercana.
O lo que es lo mismo, cada día los seguros de vida transfieren más de 3.000.000 euros de media a asegurados y familias.
Estas cifras describen una red de protección de alto valor para la sociedad en su conjunto y en concreto para las familias de los asegurados fallecidos. Dichas prestaciones han permitido a dichas familias seguir adelante aliviando sus problemas económicos, compensando su caída de ingresos y seguir atendiendo sus deudas contraídas antes del inesperado y trágico fallecimiento.
¿Qué es un seguro de vida?
Lo primero que debemos saber es que un seguro de vida es una póliza que garantiza al asegurado que, en caso de que se produzca su propio fallecimiento o se genere una situación de incapacidad que le impida mantener su actividad profesional, se le indemnizará con una cantidad económica determinada a sus familiares directos o a las personas que él mismo elija como beneficiarios de la póliza.
Es decir, es una especie de salvavidas económico ante una inesperada situación como puede ser un fallecimiento o una incapacidad.
6 motivos para contratar un seguro de vida
- Para proteger a la familia de las consecuencias económicas de un fallecimiento.
- Para que se cubra una hipoteca o deuda en caso de que ocurra un percance grave a la persona titular de la hipoteca.
- Para protegernos del riesgo de invalidez total o permanente y/o ante enfermedades graves.
- Para pagar los gastos de fallecimiento en caso de no existir un seguro de decesos.
- Para pagar el posible impuesto de sucesiones necesario para heredar (especialmente si hay inmuebles y poca liquidez).
- Para garantizar el futuro de nuestros hijos (estudios, por ejemplo) en caso de fallecimiento.
Adicionalmente y como resumen, para tener la tranquilidad de que un percance inesperado no truncará los planes futuros que dependan del dinero y aportará estabilidad a nuestros seres queridos.
¿Qué cubrir con un seguro de vida?
Aunque cada situación y familia es muy distinta, los expertos consideran que lo razonable además de cubrir las deudas pendientes, es que el capital asegurado del seguro de vida cubra también un importe equivalente a entre 3 y 5 años de ingresos de la persona asegurada, así en caso de pérdida ese importe debería ayudar a la unidad familiar a compensar la caída de ingresos y ganar tiempo para recuperarse.
Como hemos visto, los seguros de vida no solo permiten cubrir el riesgo de fallecimiento, sino que también se pueden cubrir otras garantías como puede ser la invalidez. Las pensiones por incapacidad permanente media fueron en 2019 de 962 euros/mes. Por ello, pensar en contratar un producto que nos aporte un complemento a esa pensión de incapacidad puede ser también un motivo para pensar contratar un seguro de vida.
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