Por quinto año consecutivo, Estonia repite como el país número uno del Índice de Competitividad Fiscal, una publicación de la Tax Foundation de Estados Unidos divulgada en España por Foro Regulación Inteligente, que analiza las reglas fiscales de los 35 países de la OCDE. ¿Cuáles son los países con mayores y menores índices de competitividad fiscal?
Ranking del Índice de competitividad fiscal
Según este Índice de competitividad fiscal, las primeras posiciones del Índice aparecen también Letonia, Nueva Zelanda, Luxemburgo, Países Bajos, Suiza, Suecia, Australia, República Checa o Austria. España ocupa el puesto 27 de competitividad fiscal entre 35 países de la OCDE. Y Francia (35 puntos) e Italia (34) cierran el ranking.
Estonia país báltico limita el cobro del Impuesto de Sociedades al reparto de dividendos, dejando libre de cargas tributarias el reparto de beneficios. Tanto en dicho supuesto como en el Impuesto sobre la Renta, Estonia aplica una tarifa plana o flat tax del 20%.
“Este sistema recauda un volumen similar de recursos al observado en España, puesto que la presión fiscal del país báltico es del 33% del PIB frente al 34,5% registrado en nuestro país. La diferencia entre un modelo y otro radica, por tanto, en la eficiencia con la que Estonia genera sus ingresos públicos”, señalan los autores del informe que no entra a comparar el nivel del estado de bienestar generado en cada país a raíz de los ingresos públicos (Estonia se encuentra entre los países de la UE que menos invierte en protección social).
Cómo se mide la competitividad fiscal
La competitividad fiscal se mide en base a un Índice que analiza las reglas fiscales de los 35 países de la OCDE. Los cuarenta parámetros estudiados terminan resumidos en cinco grandes categorías:
- Impuesto de Sociedades.
- Impuesto sobre la Renta.
- Impuestos al Consumo.
- Impuestos sobre la Propiedad.
- Las regulaciones que miden el tratamiento fiscal de rentas y beneficios obtenidos en el extranjero.
Nuevos impuestos en España
El Ejecutivo de Pedro Sánchez planea nuevos impuestos (tasa sobre determinadas transacciones financieras, impuesto aplicado a ciertos servicios digitales, etc.), así como el refuerzo de diversos impuestos (aumentos en el Impuesto de Sociedades, el Impuesto sobre la Renta, los impuestos especiales aplicados al diésel, etc.).
En el caso de que se aplicasen las modificaciones, los autores del informe estiman que España caería un escalón más hasta el puesto 28 de la tabla, en ausencia de cambios por parte del resto de países que se mueven en un nivel de competitividad fiscal similar al de España.
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