Biografía de Alberto Ruiz-Gallardón
Pocos saben que a los 24 años Alberto Ruiz-Gallardón tomó posesión como fiscal de la Audiencia Provincial de Málaga después de haber ganado las oposiciones con el número dos de su promoción. Esta anécdota temprana revela muchas cosas del político que todos conocemos: su brillantez intelectual, su sólida formación jurídica, y la juventud con la que fue alcanzando diferentes puestos de responsabilidad política.
En 1983, con 25 años, ocupa su primer cargo electo, concejal del Ayuntamiento de Madrid, donde pronto se hace notar por sus capacidades oratorias.
En 1986 sufre la única derrota electoral que se le conoce, no es elegido senador por Palencia.
Apenas un año después, en junio de 1987, es elegido diputado de la Asamblea de Madrid. Este cargo lo compatibiliza con otros de carácter orgánico: vicepresidente y portavoz de AP.
1995 es el año más decisivo en su trayectoria política: es elegido presidente de la Comunidad de Madrid después de ganar las elecciones por mayoría absoluta. Tiene 37 años.
Vuelve a ganar las elecciones a la Comunidad de Madrid, también por mayoría absoluta, en 1999.
A pesar de la comodidad parlamentaria de la que goza en esos dos mandatos, sus políticas se caracterizaron por el diálogo y la concertación principalmente con los agentes sociales logrando un amplio consenso en torno a su gestión.
Probablemente, la seña de identidad más importante de sus mandatos es el impulso que dio a las infraestructuras de trasporte de la Comunidad de Madrid. Un ejemplo: en 2003 inauguró el “metrosur” que convirtió a la zona sur de Madrid en la tercera ciudad española. Hoy todavía se puede apreciar su grandiosidad: un anillo de 41 kilómetros de largo y 28 estaciones que une Alcorcón, Fuenlabrada, Getafe, Leganés y Móstoles, entre sí y con la capital.
En 2003 se presenta como candidato a alcalde de Madrid y gana las elecciones por mayoría absoluta. Lo mismo vuelve a suceder en las elecciones de 2007 y 2011.
Los que viven, llegan o pasan por Madrid se encuentran fácilmente con la gran huella que Gallardón ha dejado en la ciudad: el soterramiento parcial de la M-30, la carretera que circunvala Madrid.
En noviembre de 2011 se produce otro cambio radical en la trayectoria de Gallardón. Después de sus éxitos apabullantes en Madrid, tanto en las elecciones autonómicas como municipales, se presenta como candidato a diputado en las elecciones generales. Sale elegido y en diciembre es nombrado Ministro de Justicia. Uno de sus empeños al frente del departamento fue cambiar la forma de elección del Consejo del Poder Judicial. No consiguió sacar adelante su reforma.
En septiembre de 2014 dimite como ministro y desde entonces ha llevado una vida política discreta centrando sus esfuerzos en el despacho “Ruiz Gallardón abogados”, lo que no quiere decir que haya dejado de interesarse por los asuntos públicos, algo inconcebible en una persona como él.
En el plano personal hay que decir que el brillante político Ruiz Gallardón es superado con creces por el cercano Alberto, simpático, ingenioso, muy culto, con una memoria prodigiosa de sus muchas lecturas.
Opiniones de Alberto Ruiz-Gallardón
Seguridad jurídica y competitividad
“El factor de competitividad más importante que tenemos en estos momentos es la seguridad jurídica, por encima de otros asuntos que han sido clave en otras épocas, como las infraestructuras o la cualificación profesional. Todo lo que sean legislaciones que nazcan de grandes acuerdos entre los que gobiernan hoy y los que previsiblemente pueden gobernar mañana es un factor extraordinariamente positivo para la competitividad de España”.
Y un marco de “seguridad jurídica” no es otra cosa que un conjunto de normas claras y suficientes que se aplican con las debidas garantías judiciales. Si España quiere ser competitiva tiene que tener una estabilidad normativa, de lo que más huye la inversión es de los cambios normativos.
La competitividad alcanza hasta el último rincón, Hoy cualquier ciudad española no solo compite con las de nuestro país, también lo hace con las que están más allá de nuestras fronteras, cercanas o lejanas, se llamen Singapur o Helsinki.
“Un marco regulatorio estable se consigue con grandes consensos. Al inversor hay que asegurarle que la inversión que hace hoy, sea cual sea el resultado de las elecciones en España, sigue siendo perfectamente válida”.
Necesidad de grandes pactos nacionales
Para Gallardón es imprescindible que las principales formaciones políticas reconozcan que para que España sea atractiva para la inversión, deben transmitir a los inversores globales la garantía de que, independientemente de quién gobierne en los próximos tres, cinco o diez años, las condiciones pactadas se mantendrán firmes. “Este enfoque podría posicionar a España como un destino excepcional para la inversión durante la próxima década”.
En coherencia con lo anterior, Gallardón es partidario de grandes pactos nacionales. "Necesitamos grandes acuerdos entre aquellos que piensan distinto, entre aquellos que históricamente han alternado el poder, y que son los que pueden ofrecer una garantía de seguridad a los inversores en un mundo globalizado".
Seguridad energética
Probablemente, el problema estructural más importante de nuestro país es la seguridad y autonomía energética. “Esto tiene dos salidas: hacer una clara apuesta por las renovables y conservar la producción nuclear que tenemos para que sirva de backup.
Desglobalización
Ya hace tiempo que Gallardón había advertido que el efecto más importante del conflicto bélico en Ucrania es que ha cuestionado el concepto de globalización. “Rusia que era el gran suministrador de energía para una parte importante de Europa ha quedado dibujado como un socio de no confianza. Por eso, la globalización irá menos orientada a intereses económicos y más a espacios de confianza”.
Pero desde que hizo el anterior pronunciamiento han sucedido más cosas que confirman su opinión, sin duda la más importante la guerra de Oriente Medio, que, de nuevo, pone en jaque la seguridad energética de Europa, entre otras cosas. La globalización “en la que todos confiábamos, que nos permitía tener energía barata o componentes de fabricación sin valor añadido producidos muy lejos, como podían ser los chips que venían de Asia, ha demostrado su fragilidad”.
Autonomía estratégica de Europa
Si el mundo ha entrado en una era de desglobalización., los acontecimientos que se han ido sucediendo han demostrado la dependencia de Europa en cuestiones estratégicas como el comercio de materias e insumos esenciales. Por ello, y a partir de estos momentos históricos, Europa está obligada a tener en cuenta y a preserva la seguridad por encima de otras consideraciones más “economicistas”.
En este sentido, es prioritario que Europa recupere su autonomía en campos estratégicos como la energía, la alimentación, la salud y la tecnología. "Europa no puede externalizar la tecnología; quién controla la tecnología, controla el mundo".
Fiscalidad
“Un Gobierno que hace excepciones con subvenciones y ayudas directas está reconociendo que la presión fiscal puede acabar siendo insoportable para el crecimiento económico”. Ruiz-Gallardón es partidario de una bajada de impuestos que deje el dinero en “los bolsillos de los ciudadanos”.
Independencia del Ministerio Fiscal
Cuando repasas la Constitución, te das cuenta de que garantiza la independencia de los jueces. Y, sin embargo, el artículo 124, que es el que regula el Ministerio Fiscal, establece los principios de legalidad y de imparcialidad, pero la independencia que le garantiza a un juez no se la garantiza al Ministerio Fiscal… En estos momentos, España es prácticamente el único país de nuestro entorno en el que la instrucción la siguen llevando los jueces. Y eso habrá que corregirlo y trasladarla al Ministerio Fiscal. De hecho… los fiscales ya ejercen en fase de instrucción funciones que antes estaban reservadas exclusivamente a los jueces. Si hemos tenido una evolución, el legislador debería dar garantías de independencia al Ministerio Fiscal que no eran necesarias en 1978, pero que sí lo son en 2020. El Fiscal General del Estado es el único cargo de nuestra arquitectura constitucional en cuyo nombramiento participan los tres poderes del Estado, pero solo uno tiene carácter vinculante (Ejecutivo).