Las ciudades hoy:
Las ciudades concentran más de la mitad de la población mundial, producen el 80% del PIB mundial, requieren dos tercios de la demanda de energía y emiten el 70% total de dióxido de carbono.
Las ciudades del futuro:
En 2050, si continúan las tendencias actuales, la población urbana constituirá dos tercios de la población mundial, alcanzará el 85% del PIB mundial, aumentará la demanda de energía en un 60% e incrementará las emisiones de carbono en un 50%.
Con estos datos se entiende que la 21ª Conferencia de París atribuyera a las ciudades un protagonismo decisivo en la lucha contra el cambio climático.
La mayoría de las ciudades, con mucha inercia, se inician en actuaciones inéditas para favorecer el bienestar de sus ciudadanos sin aumentar el impacto ambiental.
Algunas ciudades, sin embargo, se han ido transformando de modo espontáneo en las últimas décadas y muestran al resto cómo hacerlo para procurar a sus habitantes una vida mejor y más sostenible.
Además, las ciudades se han convertido en laboratorios en que nuevas tecnologías (por ejemplo, vehículos eléctricos, edificios fotovoltaicos integrados, redes energéticas inteligentes) pasan de una fase experimental a otra de madurez comercial y favorecen innovadores modelos de negocio.
Pero, en cualquier caso, la transformación de las ciudades hacia su sostenibilidad requiere que los responsables locales y nacionales se comprometan decisivamente con ella.
Perspectivas de la tecnología en las ciudades:
El estudio “Perspectivas de la tecnología de la energía 2016” de la OCDE, examina las posibilidades tecnológicas y políticas que pueden acelerar el menor consumo de carbono de las ciudades.
El Informe, recién publicado, se caracteriza por análisis claros y detallados de los consumos energéticos de las ciudades y de los efectos en ellos de tecnologías de bajo consumo.
El trabajo, que se ha convertido en lectura obligada para expertos, políticos, empresarios e inversores ya que:
1) contempla un primer escenario de las ciudades con las políticas energéticas en vigor y su transición, impulsada por la tecnología, a un segundo escenario en 2050 de baja emisión de carbono,
2) valora con detalle los costes de inversión para reducir las emisiones en el segundo escenario y
3) calcula el ahorro energético que conllevaría estos costes de inversión.
El Informe considera que el ahorro energético de las ciudades se puede realizar principalmente a través del suministro de energía, los edificios y el transporte.
Hacia nuevas tecnologías para el suministro de energía:
Suministro bajo en carbono. Los tratamientos de los residuos sólidos urbanos y de las aguas residuales ya son rentables para dar cobertura de electricidad a las ciudades. También la energía solar puede abastecer significativamente a las ciudades, en 2050 las azoteas solares fotovoltaicas podrían contribuir con un 32% a la demanda eléctrica urbana y con un 17% a la demanda eléctrica mundial.
Suministro inteligente. Las redes energéticas urbanas controladas a través de las TICs pueden rendir al máximo, reducir costes y aumentar su flexibilidad energética.
Hacia edificios con eficiencia energética:
La calefacción y la refrigeración continúa siendo un área crítica de las construcciones urbanas. Para lograr un ahorro energético significativo se debe potenciar el uso de tecnologías de calefacción y refrigeración eficientes tanto en los edificios existentes, que deben ser renovados, como en edificios nuevos, altamente eficientes.
En las ciudades los proveedores de tecnología pueden tener acceso a una gran base de clientes y las redes urbanas pueden difundir rápidamente las mejores prácticas.
Hacia un transporte bajo en emisiones:
Los diferentes patrones regionales de movilidad urbana determinan diferentes opciones para aumentar el ahorro energético del transporte urbano. Pero en la mayoría de las ciudades la movilidad se produce en vehículos privados y es vital favorecer el desplazamiento en ellas con el transporte público, la bicicleta o el caminar.
Las ciudades son también bancos de pruebas para las tecnologías de transporte (como los vehículos eléctricos privados, compartidos o públicos).
Las actuaciones en el transporte urbano pueden ahorrar la mitad de la energía consumida por el sector y reducir dos quintas partes sus emisiones actuales.
Hacia nuevos modelos de negocio sostenibles.
Se necesitan nuevos modelos de negocio innovadores para la integración de sistemas energéticos eficientes en las ciudades.
Por ejemplo, las "micro-redes para servicios" convierten a los productores en consumidores ("prosumidores") y rinden muchos beneficios en el entorno urbano, reduce de los costes de la energía, facilita su acceso, hace más seguro su suministro y reduce su impacto ambiental.
Recomendaciones a responsables locales y nacionales.
El Informe invita a los responsables de las políticas nacionales y locales a:
- Reforzar su diálogo y coordinación,
- Aumentar el poder legislativo de los gobiernos locales para políticas eficaces de energía sostenible, especialmente sobre el uso del suelo, la planificación del transporte y la planificación energética sostenible,
- Mejorar los marcos regulatorios para incentivar la adopción de nuevas tecnologías y modelos de negocio innovadores,
- Aumentar la capacidad de las ciudades para generar ingresos y financiar proyectos de infraestructuras de energía sostenible.
La labor de los políticos en las ciudades:
Los políticos locales tienen muchas palancas disponibles para aumentar la sostenibilidad del transporte urbano con el entorno propicio acelerar el despliegue de tecnologías de energía limpia en el entorno urbano y el apoyo a los cambios de comportamiento de los ciudadanos urbanos pueden disminuir significativamente la relación actual entre el crecimiento del consumo de energía urbano y las emisiones de carbono al tiempo que garantiza el acceso continuo a servicios de uso final.
El estudio deduce que la clave será incrementar un sector energético libre de carbono y la electrificación en usos finales (edificios, industria y transporte) a través de bombas de calor y los vehículos eléctricos.
