Las amenazas a las que nos exponemos en el mundo digital son cada vez mayores al trasladar cada vez más nuestra vida a dicho entorno. Una de las que está en auge es la suplantación de identidad. A continuación, te contamos de qué se trata, qué riesgos entraña y qué medidas de seguridad podemos adoptar para intentar evitarla.
Imagina estas tres diferentes y posibles situaciones que pueden pasarte cualquier día:
1) Alguien se hace pasar por ti y realiza una compra online con tu tarjeta bancaria.
2) Alguien envía un mensaje desde tu correo electrónico para obtener información confidencial de otra persona o empresa.
3) Alguien hace comentarios inapropiados en tu nombre en una red social.
¿Te parece imposible? Pues aunque a ti no te haya pasado, es algo que ocurre todos los días y son solo algunos ejemplos de las acciones fraudulentas o ilegales que alguien podría cometer si suplantase tu identidad digital, con las consecuencias financieras, reputacionales o, incluso, legales que ello podría conllevar.
Cómo consiguen los ciberdelincuentes suplantar nuestra identidad
Los ciberatacantes utilizan diferentes estrategias y técnicas para conseguir suplantar la identidad de una persona y cometer fraudes u obtener un beneficio en su nombre.
Algunas de las más comunes son:
1) Recopilación datos personales y bancarios:
A partir de fuentes abiertas, como redes sociales, sitios web públicos u otros lugares de la web, en los que compartimos mucha información sin darnos cuenta y que dejamos al alcance de cualquiera. ¡Incluso de los ciberdelincuentes!
3) Acceso no autorizado a cuentas reales, de correo electrónico, redes sociales o servicios en línea, a las que los ciberdelincuentes pueden acceder a través de contraseñas robadas o débiles.
Con esta información pueden crear perfiles o personalidades falsas utilizar la información personal de la víctima.
Cómo podemos protegernos
A continuación te dejamos algunos consejos:a) Publica información con moderación. Y si se trata de información sensible, evítala al máximo. Ten especial cuidado con información como números de tarjetas bancarias, contraseñas y nombres de usuario, pero también con direcciones de correo electrónico, números de teléfono, direcciones físicas, fechas de nacimiento, nombres de familiares y amigos cercanos, etc.
b) Mantente alerta ante mensajes y llamadas sospechosas, y nunca compartas información sensible antes de verificar la legitimidad de la fuente. Recuerda que los ciberdelincuentes pueden intentar obtener tu información por distintos canales como correo electrónico, SMS, mensajería instantánea o, incluso, a través de llamadas telefónicas.
c) Asegúrate de configurar adecuadamente las opciones de privacidad y seguridad en tus cuentas. No asumas que las configuraciones predeterminadas son las más seguras.
d) Usa contraseñas seguras. Crea contraseñas robustas, cámbialas regularmente y no las compartas con nadie.
e) Activa la verificación en dos pasos en tus cuentas, siempre que sea posible, para añadir una capa adicional de seguridad. Y nunca compartas códigos de verificación con nadie, aunque parezca que la petición viene de un amigo, familiar o una persona de confianza.
f) No aceptes peticiones de amistad de desconocidos o perfiles falsos. Ten cautela al aceptar solicitudes de amistad en redes sociales.
Y si has sido suplantado, es importante actuar rápido y denunciar el incidente a las autoridades competentes.
¡Y recuerda, seguridad somos todos!
