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Los desbocados precios del gas natural y el impacto en la inflación


07.10.2022

Escrito por: Redacción


Los precios mayoristas del gas se han duplicado desde enero de 2022 y  multiplicado por nueve desde principios de 2021. En este complejo contexto, el último Informe trimestral de la economía española del tercer trimestre del Banco de España ofrece una primera estimación del impacto —tanto directo como indirecto— que este encarecimiento del gas habría tenido sobre la evolución reciente de la inflación en España y en la UEM.

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Recordemos que los incrementos del precio mayorista del gas natural pueden trasladarse a los precios de consumo a través de efectos directos e indirectos.

  • Los efectos directos se derivan del aumento de los precios que los consumidores afrontan en su consumo de gas en el hogar. Dichos efectos pueden aproximarse a partir de la evolución de la rúbrica de gas en el índice armonizado de precios de consumo (IAPC). El peso de esta rúbrica dentro del IAPC asciende al 2 % para el conjunto de la UEM y se sitúa en el 1,4 % para la economía española.

Los efectos indirectos son los asociados al encarecimiento de aquellos productos que utilizan el gas natural en sus procesos productivos o cuyo precio está muy influido por el de esta materia prima1. Así, el precio mayorista del gas natural influye muy especialmente en la determinación de los precios mayoristas de la electricidad, debido a que la tecnología marginal de producción de electricidad suele emplear gas natural.

Estos precios mayoristas acaban trasladándose también al precio final de la electricidad que afrontan las empresas y los consumidores, con una intensidad que varía en función de la regulación y de los tipos de contratos en el mercado minorista de la electricidad en cada país.

El encarecimiento de los precios del gas habría supuesto en torno a 3,1 puntos porcentuales (pp) y a 3,4 pp de la inflación total observada en agosto de 2022 en la UEM —del 9,1 %— y en España —del 10,5 %—, respectivamente. Pero veamos cómo se llega a este dato.

Tres modelos econométricos de estimar el impacto del gas natural en la inflación

El informe del Banco de España utiliza tres modelos econométricos diferentes:

  1. Cuando el modelo econométrico para cuantificar los efectos directos e indirectos del aumento reciente del precio mayorista del gas natural sobre la inflación se estima utilizando el IAPC general como medida de inflación (lo que permite aproximar el efecto «total» de un encarecimiento del gas sobre los precios de consumo), los resultados apuntan a que un incremento permanente del precio de esta materia prima del 10 % estaría asociado con un aumento máximo de la tasa de inflación en la UEM de 0,19 puntos porcentuales (pp) tras diecinueve meses —de 0,16 pp tras dos años—. Por su parte, en la economía española los efectos son similares, aunque algo menos persistentes, y la inflación se elevaría en un máximo de 0,20 pp catorce meses después de que se materializara la perturbación y en 0,13 pp tras dos años. 
  2. Si se usa como medida de inflación la rúbrica del gas natural del IAPC en lugar del índice general. De esta forma, puede aproximarse el efecto
    «directo» que un encarecimiento del gas provoca sobre los precios de consumo. Los resultados de este ejercicio alternativo sugieren que este efecto directo explicaría un21 % y un 5 % de los efectos totales identificados,al cabo de un año, para la UEM y para la economía española,
    respectivamente. El menor efecto observado en España estaría asociado tanto al menor peso del gas natural en el gasto de los hogares como a la existencia de una tarifa regulada del gas natural5 desde 2008, por la que los
    precios minoristas del gas son fijados por el Gobierno con una frecuencia trimestral.
  3. En un tercer modelo econométrico se estima utilizando como medida de inflación la rúbrica de la electricidad del IAPC. Con este enfoque, es posible aproximar la magnitud del efecto «indirecto» que un aumento del precio mayorista del gas genera sobre los precios de consumo a través de
    su impacto directo sobre los precios minoristas de la electricidad. En este sentido, este canal explicaría un 17% y un 23% de los efectos totales identificados al cabo de un año en la UEM y en la economía española, respectivamente.

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La existencia de una tarifa regulada para el precio minorista de la
electricidad en España, en la que, a diferencia de la mayoría de los países de la UEM, los precios horarios del coste de la energía de la factura se vinculan al precio horario del mercado mayorista (el denominado «precio
voluntario para el pequeño consumidor» —PVPC—, en vigor desde 2014), explicaría este mayor efecto observado en el primer año y también su menor persistencia.

“Combinando los resultados de los tres ejercicios anteriores, dichos efectos indirectos cobran una especial importancia una vez que han transcurrido seis meses desde que se produce la perturbación en los precios del gas, y que estos efectos son relativamente persistentes, especialmente en el caso de la UEM”, señala el estudio.

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Las estimaciones anteriores se han realizado sobre la base de un incremento permanente en el precio del gas del 10 %. Si se tiene en cuenta el aumento en el precio mayorista del gas que realmente se ha producido desde enero de 2021, los ejercicios presentados en este estudio apuntarían a que dicho encarecimiento habría supuesto en torno a 3,1 pp y a 3,4 pp de la inflación total observada en agosto de 2022 en la UEM —del 9,1 %— y en España —del 10,5 %—, respectivamente.

Una lectura cautelosa

No obstante, el regulador hace sus salvaguardas. Así, considera que algunos aspectos específicos de la coyuntura actual podrían provocar que los efectos de un encarecimiento del gas sobre la inflación tuvieran, en estos momentos, una intensidad diferente de la estimada según las relaciones históricas
observadas.

Por un lado, los efectos durante el actual episodio inflacionista podrían ser inferiores a los estimados, debido a que en algunas jurisdicciones, como la española, se han introducido medidas fiscales muy significativas (en términos históricos) para limitar el alza de los precios de consumo y/o se han modificado
ciertos aspectos regulatorios clave para reducir la vinculación entre los precios del gas y los de la electricidad.

Por otro lado, los efectos podrían ser mayores que los estimados, debido a posibles no linealidades derivadas de la magnitud y la persistencia del actual repunte de los precios del gas, sin precedentes en la historia reciente.

En la medida en que parte de dicho aumento del precio del gas  revierta en el futuro, los efectos sobre la inflación a medio y largo plazo serían
inferiores. Por todo ello, es aconsejable interpretar con la debida cautela las estimaciones presentadas en este trabajo.

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