¿Quién es Miguel Sebastián?

¿Quién es Miguel Sebastián Gascón?


15.04.2024

Escrito por: Redacción


Miguel Sebastián es economista, doctor por la Universidad de Minnesota y profesor de Economía en la Universidad Complutense de Madrid. Fue ministro de Industria, Turismo y Comercio en el periodo 2008 – 2011 y director de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno de 2004 a 2006.

Su carrera profesional en el sector público comenzó en el Ministerio de Hacienda y de ahí pasó al Servicio de Estudios del Banco de España.En su faceta privada ha sido director de Intermoney y director del Servicio de Estudios del BBV, primero, y del BBVA después. 

En 2002 fue uno de los pocos que supieron anticipar el riesgo de pinchazo de la burbuja inmobiliaria, su negativo ‘efecto riqueza’ y sus consecuencias para nuestro sistema financiero.

Sus opiniones son siempre muy interesantes y polémicas, nada que tenga que ver con la economía le es ajeno, y están siempre impugnadas de buenos y medidos argumentos.

Veamos algunos de sus pronunciamientos más recientes.

Política monetaria del BCE

Miguel Sebastián es bastante crítico con la política monetaria del BCE. Sostiene que los cuatro motores de la economía mundial son Estados Unidos, China, India y la zona euro que, en conjunto suponen el 60% del PIB mundial. De esos motores, tres están funcionando bastante bien y “el que falla es la zona euro”, debido en parte a “muchos problemas estructurales” y en parte a la política monetaria del Banco Central Europeo, que “que no es adecuada para la zona euro, es excesivamente restrictiva”.

Espera que el BCE baje en los tipos de interés, pero “el daño económico que han tenido estos tipos de interés en la zona euro ha sido bastante alto, sobre todo en Alemania y en otros países”.

Efectos económicos de la guerra de Ucrania

Al coincidir el conflicto armado con el final de la pandemia que había paralizado buena parte de la economía mundial, fue inevitable la sensación de “prolongación de la crisis”. Sin embargo, la naturaleza del choque económico sufrido por las diferentes economías mundiales fue bien diferente en uno y otro caso. La Covid19 supuso un choque simultáneo negativo de demanda y de oferta… La guerra de Ucrania, por el contrario, fue de entrada un choque de oferta negativo, principalmente energético, para los países importadores, y un choque de demanda positivo para los exportadores.

Es indudable que (la guerra ha producido) un frenazo en el volumen de comercio mundial. Aunque no ha sido tan grave como el que ocurrió en la crisis financiera de 2008-2009, ni en la pandemia, sí se ha registrado una desviación significativa.

En el caso de la inflación el impacto es menos discutible. Tanto en el total mundial como en la UE se detecta un aumento muy significativo de la inflación durante los años de la guerra.

El crecimiento real promedio en lo que llevamos de siglo hasta la guerra de Ucrania ha sido un 3,6%. Esta cifra supone que la economía mundial se duplica cada 20 años. Si excluimos los dos años del Covid19 y calculamos el crecimiento desde 2000 hasta 2019, el crecimiento ha sido, lógicamente, superior: un 3,78%. Dado que en los dos años de la crisis de Ucrania ha crecido en media un 3,22%, estamos hablando de un impacto negativo en el rango de -0,4 a -0,6.

Pero el impacto sobre el PIB ha sido bastante asimétrico entre países. En el caso de EE.UU. su crecimiento no ha sido inferior al promedio del siglo registrado hasta los años de la pandemia. El caso de China es el contrario. Incluso metiendo 2022 en el período Covid19, y no en la guerra, ha sufrido un fuerte impacto negativo con la crisis de Ucrania, probablemente por su dependencia energética y sus vínculos con los intercambios comerciales internacionales.

En el lado de los ganadores se encuentra Latinoamérica, con un crecimiento casi un punto superior durante la guerra.

La Unión Europea aparece como uno de los “ganadores” de este conflicto, con un crecimiento durante la guerra medio punto por encima de su crecimiento tendencial. En el grupo de los beneficiados se encuentran, en primer lugar, los “mediterráneos”. Todos tienen una desviación al alza de más de 2 puntos y, en el caso de Grecia y Portugal de cerca de 4. A este grupo mediterráneo habría que unir Malta (+3), Croacia (+2) y Chipre (+1).  

Prorroga de los PGE

Una prórroga presupuestaria no tiene por qué ser un fracaso político. Por el contrario, se puede interpretar como una “inversión” en la que, se reduce la incertidumbre tanto de las instituciones como de las empresas. La prórroga acaba recuperando el calendario “normal”, es decir, el de tener los presupuestos listos el 1 de enero.

La prórroga no tiene por qué perjudicar el cumplimiento de los objetivos de déficit. Por el contrario, podría incluso favorecerlo en un año que es crucial, pues se termina la suspensión de las reglas fiscales de la UE. Ello podría generar una favorable acogida de los mercados financieros, porque no sólo se reduce la incertidumbre política, sino también la económica. 

Sobre la relación euro/dólar

En sus primeros 5 años de existencia, el euro se mantuvo en torno a la paridad con el dólar, e incluso llegó a valer menos que un dólar desde 2000 a 2003.

A partir de ahí comienza una escalada coincidiendo con el fuerte crecimiento de la zona euro y las burbujas de crédito e inmobiliaria en parte de los países periféricos de la zona euro. Al llegar la crisis financiera (Gran Recesión de 2008) se produce la máxima fortaleza de la divisa europea, que llegó a cotizar cerca de los 1,6 dólares por euro.

A partir de 2015 el euro se depreció y volvió a niveles “normales”, en torno a 1,1 frente al dólar, y eso contribuyó decisivamente a la recuperación de nuestra economía.

Desde entonces, y con fluctuaciones, aunque ya no tan intensas, el euro se ha mantenido en el rango de 1,12. 

¿Después de 25 años de euro, hemos conseguido recortar distancias con el amigo americano? La respuesta es un rotundo NO.

Y la respuesta puede estar en que la economía real de EEUU ha crecido un acumulado cercano al 70% en estos 25 años, mientras que la de la eurozona lo ha hecho por debajo del 38%, algo más de la mitad. Es decir, que EEUU le ha sacado a Europa una distancia de “más de una Alemania” con respecto al PIB real de 1999. Lejos de recortarse las distancias, se han ensanchado, y mucho.

Deuda y déficit públicos

El brote de la Covid-19 hizo evidente (para la UE) que tanto los déficits como la deuda pública iban a dispararse si se quería afrontar no sólo el gasto sanitario, sino el gasto social para proteger a la población más castigada por la paralización de la actividad, y el gasto económico para apoyar a las empresas y que aguantaran para no cerrar definitivamente.

La Comisión Europea, el BCE, el FMI... prácticamente dieron “barra libre” a aumentos de gasto y bajadas de impuestos.

España, que cerró 2019 con un déficit público del 3,1%, muy cerca de los límites marcados por el (Pacto de Estabilidad y Crecimiento), lo elevó hasta el 10,1% del PIB en 2020, pero lo fue reduciendo de forma gradual: un 6,7% en 2021 y un 4,7% en 2022. Paralelamente, la deuda pública, que se había situado en el 98,2% en 2019, se disparó hasta el 120,3% en 2020, pero luego se redujo hasta el 116,8% en 2021, el 111,6% y probablemente termine en torno al 109% en 2023.

Después de haber vivido estas situaciones la UE acordó la actualización de Pacto de Estabilidad y Crecimiento que supondrá lo siguiente:

  • Cuando el déficit público exceda el 3%, se exigirá un ajuste anual mínimo del 0,5 % del PIB. Y se añade una novedad: a los países que registren un déficit entre el 1,5% y el 3% se les va a exigir una reducción del déficit del 0,4% anual (en caso de que el plan sea a 4 años) o del 0,25% (si el plan es a 7 años).
  • Para la deuda también habrá dos ritmos de ajuste:si se parte de una ratio superior al 90% (caso de España, Francia e Italia), se tiene que reducir un 1% del PIB cada año. Si se sitúa en el rango 60-90% (caso de Alemania) habrá una reducción de medio punto del PIB anual.

Para el caso de España “nos hallamos ante una revisión de las reglas fiscales que... presentan un grado de flexibilidad suficiente como para poder cumplirlas. El objetivo de deuda parece más fácil de conseguir (1 punto al año es sencillo), pero el de déficit requerirá un esfuerzo superior al que se está considerando actualmente. Llegar a un déficit del 1,5% va a ser complicado incluso en 7 años…”.

Ver debate Bankinter: Cara a cara entre Miguel Sebastián y Manuel Pimnetel

 

Ver otros cara a cara de Bankinter:

Debate Bankinter: Daniel Lacalle vs Gonzalo Bernardos (Blog Bankinter)

Debate Bankinter: J. María Gay de Liébana vs Carlos Rodríguez Braun (Blog Bankinter)

Debate Bankinter: Daniel Lacalle vs José C. Díez (Blog Bankinter) 

Debate Bankinter: Cara a cara entre José María O’Kean y Josu Ugarte

Debate Bankinter: J.M. O´Kean Vs J.M. Gay de Liébana (Blog Bankinter)

Debate Bankinter: Cara a cara de los economistas José María Gay de Liébana y Lorenzo Bernaldo de Quirós

Debate Bankinter: Cara a cara del ex ministro Manuel Pimentel y el economista José Carlos Díez

Debate Bankinter: Cara a cara de los economistas Daniel Lacalle y José Carlos Díez

BK-167x150_cuentanomina.jpg

¡NUEVO CANAL EN TELEGRAM! Suscríbete ya y recibe en tu móvil noticias y consejos para mejorar tus finanzas.

Suscribirse

Introduzca su correo electrónico para suscribirse.

Introduzca un correo electrónico válido para suscribirse
Por favor, seleccione resumen diario o semanal
simpleCaptcha
Rellena el captcha correctamente
Por favor escribe las letras de la imagen superior.
Debe aceptar la Cláusula de Protección de Datos