El departamento de Análisis de Bankinter actualiza su informe de Cartera Acciones Dividendo y los cambios en sus composiciones. En este artículo compartimos las claves del informe y las acciones seleccionadas en su informe.
Cambios en la selección de empresas
En este contexto de fuerte incertidumbre geoestratégica, nuestra cartera de perfil claramente defensivo presenta una evolución muy positiva tanto en el mes (+4,45%) como en el acumulado del año (+13,5%) y, por lo tanto, optamos por no realizar ningún cambio en la composición de la misma de cara al mes de abril.
La tabla siguiente muestra las acciones seleccionadas en la cartera modelo Acciones Dividendo de nuestro equipo de análisis:
Compañía |
Rentabilidad dividendo 2025 estimada |
Unicredit |
5,8% |
Iberdrola |
4,3% |
Intesa |
7,7% |
Mapfre |
6,2% |
Allianz |
4,7% |
Redeia |
4,4% |
Aedas Homes |
8,9% |
Telefónica |
6,8% |
Naturgy |
6,2% |
Caixabank |
5,9% |
Enel |
6,3% |
E.ON |
4,1% |
>> Consulta el calendario de próximos dividendos
Recuerda siempre que "rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras" y que antes de invertir conviene conocer bien toda la información del fondo o de las empresas.
Estilo de gestión y objetivo del equipo de Análisis de Bankinter
El objetivo es entregar una rentabilidad anual mínima entre +2,8% y +3,3% procedente directamente de los dividendos abonados por las compañías en cartera, pero conservando al menos intacto el patrimonio (i.e., manteniendo intacta la inversión inicial) en mediciones de 3 años móviles. Es decir, entregar una rentabilidad anual de +2,8%/+3,3% sin que la inversión pierda valor en un periodo móvil de 3 años. Si esta se revaloriza, proporcionará una rentabilidad implícita adicional a la obtenida por dividendos, pero no será un objetivo por sí mismo, sino una consecuencia indirecta… ¡aunque deseada! La rentabilidad anual mínima objetivo de +2,8%/+3,3% se justifica partiendo de la inflación esperada a 5 años para la Eurozona (+2,3%), que sería la pérdida de valor nominal anual de la inversión por la erosión de precios, más un diferencial real de entre 50 y 100 pb anuales como objetivo autoimpuesto. En definitiva, el objetivo es obtener una rentabilidad nominal anual equivalente a la inflación esperada a inicio de cada año, más 50/100 pb.