Hemos hablado en varias ocasiones entre las diferencias entre ahorrar e invertir, en Popcoin Magazine. Mientras que ahorrar supone reservar una parte de los ingresos para el futuro, invertir consiste en colocar nuestro dinero en un producto financiero para obtener una rentabilidad. Dos variables, ahorro e inversión, que hay que tener en cuenta y que la web Finanzas para todos, una iniciativa del Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ha resumido en un simple cuadro.
Ahorro | Inversión | ||||||
Objetivo | Emergencias o necesidades a corto plazo | Crecimiento a largo plazo | |||||
Productos típicos | Depósitos a plazo, libreta de ahorro, cuentas a la vista... | Renta fija (letras, bonos, obligaciones...), renta variable (acciones), fondos de inversión, derivados... | |||||
Nivel de riesgo | Nigún riesgo de perder el capital (hasta cierto límite -en la Unión Europea hasta 100.000 euros están asegurados en la mayoría de países-) | Depende del producto | |||||
Tipo de rendimiento | Intereses | Intereses, dividendos y revalorización del capital | |||||
Ventaja principal | El dinero está seguro y fácilmente disponible en caso de necesidad y se conoce el tipo de interés que se va a cobrar | Existe una gran variedad de productos con diferentes combinaciones de rentabilidad y riesgo que permiten a cada persona elegir el producto que mejor se adapte a sus necesidades y preferencias | |||||
Mayor inconveniente | Menor rentabilidad (a veces, incluso por debajo de la tasa de inflación) | Existe riesgo, según el producto y se puede no conseguir la rentabilidda esperada y perder el capital invertido | |||||
Fuente: Finanzas para todos
Los expertos de Finanzas para todos explican que cuando una empresa o un organismo necesita fondos para un proyecto tienen dos posibilidades.
- Endeudarse: piden el dinero prestado a una entidad financiero o emiten títulos de deuda que reconoce una deuda en favor de los compradores, que se convierten en acreedores.
- Ampliar capital social: en el caso de las sociedades anónimas, estas pueden emitir títulos (acciones) que convierten a los compradores en propietarios de dicho negocio.
Tanto la deuda como las acciones son activos financieros negociables; es decir, que se pueden volver a vender o comprar en los mercados financieros.
En este punto es en el que entra el inversor, que según uno u otro puede asumir el papel de:
- Prestamista: presta su dinero a una empresa privada o institución pública y se convierte en acreedor. El inversor espera que le devuelvan el dinero invertido, principal, más unos intereses previamente pactados. Esta deuda se negocia en los mercados de renta fija.
- Empresario/accionista: aporta capital a una empresa y se convierte en propietario de una parte proporcional a la inversión. El objetivo es obtener beneficios con el reparto de dividendos, pero también con la revalorización de su inversión. Estas acciones son las que se conocen como renta variable.