En Davos (Suiza) se reúne cada año el Foro Económico Mundial, en el que estadistas, empresarios y economistas analizan la situación económica en el mundo y discuten posibles soluciones.
Allí se ha presentado una investigación, realizada en 93 países, de las condiciones económicas y sociales que permiten el desarrollo del conocimiento humano y la tecnología, factores determinantes para el éxito de las empresas de cada país. Este estudio sobre las condiciones para desarrollar innovación, crecimiento y competitividad ha sido elaborado por Adecco en colaboración con la escuela de negocios Insead y el Human Capital Leadership Institute.
Según el trabajo, actualmente existen 8,4 millones de puestos de trabajo ofertados por empresas que no se ocupan por desajustes con las capacidades de los trabajadores o por la lejanía geográfica.
Los directivos de las empresas están centrados en cultivar y retener los talentos más valiosos de sus compañías para competir con sus rivales y consolidar su liderazgo. El talento se ha convertido en la nueva divisa de la economía mundial y hay una gran pugna por los mejores candidatos.
El Índice Global de Competitividad del Talento (GTCI), valora la capacidad de los países para gestionar el talento a través del crecimiento, la atracción, y la retención del mismo. Este índice diferencia dos niveles de talento:
- habilidades de nivel alto (conocimiento global)
- habilidades de nivel medio (laborales y de vocación)
El trabajo ha ordenado los Índices nacionales en una clasificación. Los veinte primeros puestos del ranking están dominados por países europeos, en los que solo seis no son europeos (Singapur, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Japón en la segunda, cuarta, quinta, novena, decimosexta y veinteava posición, respectivamente).
España en el ranking
El Índice en España es de 51,25 puntos, por lo que ocupa el puesto 30 del ranking de los 93 países estudiados y se encuentra más de 6 puntos por debajo de la media del Índice (57,13).
Fuente: Adecco
Entre los 30 países europeos que se analizan, España se sitúa en la posición 19, una buena posición con respecto a todos los países europeos pero no tan buena si se compara solo con los países de rentas altas de Europa Occidental.
En el grupo de países europeos cercanos a España por su índice, Italia es el país más parecido en términos de tamaño y nivel de PIB per cápita y Portugal tiene una puntuación muy semejante.
Fuente: Adecco
Según este documento, los aspectos que deberían mejorarse en España para desarrollar la competitividad son:
- Presenta una buena capacidad en crecimiento y retención de talento, ligeramente por encima de la media europea y similar a los países de rentas altas en general. Esto significa que España desarrolla sus propios talentos. Sin embargo carece de un mercado con un marco regulador que promueva la innovación, la competencia, y los negocios. Bulgaria, Polonia, Portugal y Eslovaquia (todos ellos con menor PIB per cápita) ofrecen mejores condiciones de mercado y regulatorias. Suiza y Dinamarca son los países que presentan las mejores prácticas en este aspecto en Europa.
- Desarrolla su propio talento, con un buen rendimiento en educación formal y un rendimiento aceptable en formación permanente, incluida la formación en la empresa y la calidad de las escuelas de gestión. El desarrollo del conjunto de capacidades altas es bueno, aunque no siempre se transforman en una mayor innovación y emprendimiento. Pero el desarrollo de las capacidades medias de formación profesional y técnicas no es adecuado. Alemania es un buen ejemplo en esta área.
- Tiene una regulación muy rígida para la contratación de trabajadores. Este parámetro mide la dificultad de contratar a trabajadores de larga duración, por los impuestos, la duración máxima acumulada de contratos permanentes, la relación entre el salario mínimo de trabajadores en su primer empleo y su productividad. España ocupa el lugar 85, compartiendo media con Luxemburgo, Panamá, Eslovenia, Bolivia, Brasil y Costa Rica.
- La tasa de empleo de las mujeres en el mercado laboral español se sitúa en el 52%, por debajo de la media de la Unión Europea de los 27 (58,5%), aunque ha experimentado una de las mayores mejoras en el ratio mujer/hombre en los últimos nueve años. La participación de las mujeres en los niveles jerárquicos es dispar: el porcentaje de mujeres en consejos de supervisión (11%) es menor que la media de la UE de los 27 (14%), mientras que el porcentaje de mujeres en puestos de dirección (36%) es superior a la media de la UE de los 27 (33%).
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