La elección de un seguro para el coche es un trámite que todo conductor debe pasar a la hora de comprar un vehículo o simplemente si desea cambiar su póliza de compañía dado que la legislación vigente impone la contratación, al menos, de un seguro obligatorio de responsabilidad civil. A partir de esa cobertura mínima que asume los daños tanto materiales como personales a terceros, las compañías de seguros ofrecen mejoras en las pólizas hasta llegar al seguro a todo riesgo.
Aunque cada aseguradora comercialice sus pólizas bajo diferentes nombres e incluya en cada producto unas coberturas adicionales que varíen de unas a otras, los tipos de seguro que hay en el mercado se pueden englobar en tres grupos:
A terceros: Sería el más básico después del seguro obligatorio. El seguro a terceros incluye el seguro de responsabilidad civil obligatoria y añade el de responsabilidad civil voluntaria, seguro para el conductor, defensa jurídica y gestión de multas, y asistencia en viaje.
terceros ampliado: Es frecuente que las aseguradoras ofrezcan una opción a terceros con coberturas adicionales, por ejemplo, haciéndose cargo de los daños en el vehículo en caso de incendio, de la rotura de lunas, del robo o incluso de daños provocados por el atropello de animales cinegéticos.
A todo riesgo: Es la póliza más completa. Se caracteriza porque cubre los daños propios del vehículo en caso de accidente. Dentro de las pólizas a todo riesgo existe también la modalidad denominada “con franquicia”, según la cual, el asegurado tendrá que asumir una parte del coste de los daños en el vehículo de acuerdo con las condiciones pactadas en su póliza.
Si comparamos las pólizas de seguro de automóvil que hay en el mercado podemos ver que cada compañía ofrece unas prestaciones complementarias. Pueden ir desde la cobertura de las averías mecánicas ofrecida por Mutua Madrileña en su seguro Todo Riesgo Integral hasta el diseño de pólizas dirigidas a mujeres como las de Penélope Seguros que cubren el robo del bolso o prestan asistencia a embarazadas.
