Disciplina presupuestaria y crecimiento: el difícil equilibrio.


13.07.2012

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Las reformas anunciadas el miércoles 11 de julio por el Gobierno español consisten en un ajuste presupuestario por importe de 65.000 millones de euros, que incluye importantes medidas de ahorro de gastos y de incremento de ingresos de carácter coyuntural. 

¿En qué se consisten y qué implicaciones tienen para el mercado? 

Entre las medidas de ahorro más importantes destaca la reforma de las Administraciones Públicas, con una reducción en un 30% del número de ayuntamientos y concejales, la suspensión del abono de la segunda paga extraordinaria a funcionarios durante los años 2012, 2013 y 2014 y la revisión a la baja de las prestaciones por desempleo para nuevos receptores. 

Además se elimina la desgravación a la compra de vivienda y se eliminará el déficit de tarifa eléctrica aplicando más impuestos. En materia de aumento de los ingresos fiscales, la medida más relevante es el aumento del IVA, desde el 18% al 21% en el tipo general y desde el 8% al 10% en el tipo reducido. Todos los detalles se pueden consultar en el informe especial publicado por Análisis, accesible en el Broker de Bankinter. 

¿Qué objetivos se pretenden alcanzar con estas medidas? La meta más inmediata es el cumplimiento de los objetivos de déficit, que han sido prorrogados por Bruselas esta semana un año más (-6,3%  en 2011, -4,5% en 2013 y -2,8% en 2014). 

¿Cuáles son las consecuencias de este ajuste? El resultado más inmediato es moderadamente positivo. La reducción del déficit es imprescindible para recuperar la credibilidad internacional y limitar el ascenso de los costes de financiación de la deuda española. En este sentido, el mercado de renta fija ha reaccionado de forma moderadamente positiva, y la rentabilidad del bono español a 10 años ha caído, alejándose de la preocupante barrera del 7%. 

Además, la bajada de las cotizaciones sociales y el aumento del IVA tendrá el efecto combinado de una especie de devaluación fiscal, ya que encarece el coste de los productos importados y reduce el coste de los bienes producidos en España, lo que debería mejorar nuestra competitividad e impulsar el sector exterior como fuente de la recuperación económica.

Sin embargo, el aumento de los impuestos puede hacer más difícil la salida de la crisis. La experiencia más reciente demuestra que aplicar un proceso acelerado de consolidación fiscal en un país sin crecimiento puede acentuar la fase recesiva de la economía. En este sentido, el FMI ya advertía en su informe Fiscal Monitor publicado en abril de 2012 de que una consolidación fiscal insuficiente preocupa a los mercados, pero un esfuerzo excesivo de reducción del déficit daña el crecimiento y ello también causa incertidumbre en el mercado. Nuestras previsiones macroeconómicas prevén una caída del PIB español de -1,6% en el año 2012 y de -0,2% en el año 2013, debido fundamentalmente a la debilidad de la demanda interna, que puede verse acentuada por estas medidas de aumento del IVA.

Por lo tanto, en los próximos meses podríamos asistir a la puesta en marcha de algunas reformas estructurales que fomenten el crecimiento, entre las que podrían destacar el redimensionamiento del sector público, una reforma del Pacto de Toledo sobre las pensiones, una reforma laboral más profunda o la liberalización de algunos servicios profesionales. En definitiva, el futuro a medio plazo dependerá de la capacidad de España para superar un difícil reto: compaginar el imprescindible esfuerzo de consolidación fiscal con un conjunto de reformas que no dificulten la salida de la crisis y sean el cimiento de la recuperación económica.

Por último, cabría preguntarse si la ampliación del plazo para cumplir los objetivos de déficit y el acuerdo entre España y Europa para la concesión de la asistencia financiera a la banca implican una mejora del contexto del mercado. Recordando nuestras clases de matemáticas, podríamos decir que se trata de una condición necesaria pero no suficiente. La progresiva estabilización del mercado de  deuda es un factor clave pero hacen falta más elementos de impulso para que la bolsa recupere el pulso, como demuestra la fuerte caída experimentada por el Ibex-35 en la jornada del jueves. La salida de la crisis de deuda europea y los avances en la integración bancaria y fiscal de la UEM serán un proceso lento no exento de riesgos, por lo que continuamos reafirmando nuestra estrategia conservadora.

Fotografía de  dok1 | Flickr

 

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