El informe de inflación del BoE refleja una visión más negativa sobre el crecimiento a corto plazo (2017) pero mantiene una visión constructiva para 2018 y 2019.
La economía británica ha dado muestras de resistencia pero los indicadores de actividad se han debilitado recientemente en un entorno marcado por la celebración de elecciones en junio y el inicio de las negociaciones con la UEM para la salida del Reino Unido de la UEM (“Brexit”).
El BoE confía en que la recuperación del comercio internacional permita una mayor aportación del sector exterior y favorezca un aumento de la inversión. Estos factores permitirán compensar la desaceleración de la demanda interna británica que acusa el aumento de la inflación y la debilidad de la libra esterlina.
Así el BoE ha revisado una décima a la baja su perspectiva de crecimiento para 2017 hasta +1,9% pero incrementa su estimación para 2018 y 2019 hasta +1,7% (frente a 1,6% anterior) y +1,8% (frete a +1,7% anterior). En relación a la tasa de paro, el BoE espera una mejora desde el 4,7% estimado en 2017 (frente a 4,9 anterior estimación) hasta el 4,7% en 2018 (frente a 5,0% anterior) y 4,6% en 2019 (frente a 4,9% anterior).
El BoE revisa al alza su perspectiva de inflación a corto plazo (2,7% en 2017 frente a 2,4% anterior) pero llama la atención la revisión a la baja para 2018 hasta 2,6% (frente a 2,8% anterior) y 2019 hasta 2,2% (frente a 2,5% anterior).
La libra cotiza a la baja (0,8443 frente a 0,8397 en la apertura)