Contratar un seguro para el hogar
La adquisición de la vivienda es la inversión más importante que muchas personas realizan a lo largo de su vida. Protegerla con un seguro de hogar puede evitar que tengamos que realizar desembolsos inesperados para hacer frente a daños ocasionados por imprevistos como incendios, robos o averías. Cuando pagamos por un seguro de hogar estamos pagando por obtener tranquilidad, pero elegir el seguro adecuado puede ser una ardua tarea si tenemos en cuenta la variedad de pólizas que podemos encontrar en el mercado y la diversidad en las condiciones que ofrecen.
Para empezar con la búsqueda del seguro de hogar que más se ajusta a nuestras necesidades debemos tener claros algunos conceptos sobre aquello que podemos asegurar:
El continente, hace referencia a la edificación en sí misma. Si aseguramos el continente estamos protegiendo la construcción de la vivienda así como las instalaciones fijas, por ejemplo, de agua, gas, electricidad o calefacción.
El contenido, son los bienes que se encuentran dentro de la vivienda como muebles, ropa o joyas y también pueden estar cubiertos por el seguro.
La responsabilidad civil, es la cobertura que se hace cargo de la indemnización por daños causados a terceros, un ejemplo muy común es la gotera que puede aparecer en casa del vecino de abajo por un escape de agua en nuestra vivienda y cuyo coste de reparación tendríamos que asumir.
Además de saber qué bienes están cubiertos por nuestro seguro de hogar, tenemos que prestar mucha atención a la valoración que se hace de esos bienes en la póliza del seguro ya que el capital asegurado será la cantidad máxima que recibamos como indemnización en caso de siniestro. Por lo tanto, si la valoración que aparece en la póliza es inferior al valor real, la aseguradora no asumirá la totalidad de los gastos ocasionados.
Además, hay que prestar atención a las limitaciones que se establecen en la póliza para determinadas coberturas, es decir, las cantidades máximas que la compañía aseguradora está dispuesta a pagar por daños en determinados bienes y para diferentes supuestos.
Y por supuesto, si queremos evitar sorpresas en el momento de dar un parte, lo que tenemos que hacer antes de la contratación es leer hasta la última letra de la póliza para conocer todas las condiciones que plantea nuestra aseguradora.