PERTE de Descarbonización Industrial.

Emma Montserrat: hola, Carlos, vamos a empezar por lo básico. ¿Qué es el PERTE de Descarbonización?

Carlos Fernández: es un PERTE dirigido al sector manufacturero español. Plantea que aquellos proyectos que permitan la descarbonización de la industria reciban financiación pública. Se trata de facilitar el retorno de esas inversiones y hacerlas posibles.

Emma Montserrat: ¿quién puede participar en este PERTE?

Carlos Fernández: está orientado a las industrias que tengan un código nacional de actividad (CNAE) del 10 y el 32, incluidos. Es decir, toda la industria agroalimentaria, de automoción, farmacéutica, cementera, metalúrgica, etc. Cualquier empresa que realice actividades de producción industrial con grandes emisiones puede acudir a este PERTE. La primera gran convocatoria se espera para finales de 2023.

Emma Montserrat: desde tu punto de vista, ¿qué destacarías principalmente de este PERTE?

Carlos Fernández: es una gran ventana de oportunidad para impulsar la transición ecológica, para favorecer sobre todo aquellas plantas industriales que tienen asociadas grandes emisiones, con grandes consumos energéticos de combustibles fósiles, o cualquier otra actividad que derive en una generación de emisiones. Se trata de conseguir reducirlas, ser más competitivos en el mercado y, por supuesto, ser más sostenibles.

Emma Montserrat: si yo soy una empresa que tiene un proyecto, ¿qué debería tener en cuenta para poder presentarme al PERTE de Descarbonización?

Carlos Fernández: lo primero es la anticipación. Estamos hablando de inversiones que implican un grado de madurez previo a la concesión de las ayudas. Es muy importante tener en cuenta que este PERTE va orientado a grandes inversiones. Primero, plantéate si a nivel estratégico para tu empresa es interesante ese volumen de inversión para reducir las emisiones. Y, por otro lado, también hay que tener claro que ese proyecto que te permite una reducción de emisiones de alguna forma esté alineado con tu estrategia empresarial y también que cumpla los criterios de este PERTE.

Emma Montserrat: y llegado a ese punto, ¿por dónde debería empezar?

Carlos Fernández: lo primero es tener claro cuál es tu objetivo de descarbonización a largo plazo. Cómo de estratégico puede ser reducir tus emisiones y, a partir de ahí, planificar acciones que permitan llegar a esos objetivos. Esas acciones pueden ser susceptibles de acogerse a esa financiación. Es importante plantearse si cuentas con un desarrollo de ingeniería básica que te permita alcanzar un grado de madurez suficiente para cuando se abra la ventana de presentación.

Emma Montserrat: ¿qué beneficios puede reportar para la empresa el hecho de presentarse a estos fondos?

Carlos Fernández: en la medida principal incluida en la convocatoria se ha optado por un régimen de concurrencia simple. Te puede aportar hasta un 30% de ayuda a fondo perdido, si es un proyecto de eficiencia energética, o hasta el 40% si supone una reducción de emisiones, por ejemplo.

Pero no solo es ese beneficio de financiación pública, porque para aquellas empresas obligadas al régimen de comercio de derechos de emisiones puede ser totalmente estratégico presentarse a esta convocatoria. Les va a ayudar a reducir sus emisiones industriales, lo cual les permite también ser más competitivas en el mercado, bien comercializando esas emisiones generadas adicionales, como producto financiero, o bien mejorando el retorno de sus proyectos.

Emma Montserrat: con el paso de los meses hemos adquirido cierta experiencia en los fondos y los PERTE y hemos visto la necesidad de contar con el asesoramiento adecuado, especializado para poder presentarte a una convocatoria de estas características. ¿Por qué crees que es tan necesario?

Carlos Fernández: todas las ayudas y los instrumentos que derivan de los fondos Next Generation traen consigo unas obligaciones, como cumplir con el principio de DNSH, de no causar un daño significativo al medio ambiente, o tener elaborado un plan de descarbonización a largo plazo. Una consultora especializada te puede ayudar a tener una mayor probabilidad de éxito. Además, el propio proceso de presentación y evaluación de la solicitud implica una serie de requisitos y conocimientos de la norma que tiene muchísimos matices.

Este PERTE es una figura distinta de lo que hemos visto hasta ahora, donde siempre teníamos una ventana reducida de presentación de unos dos meses y donde se buscaba un modelo de proyectos muy competitivos. El PERTE de descarbonización va a optar por la vía de ser una ventana abierta durante aproximadamente un año, a través de concurrencia simple, donde será muy importante presentar cuanto antes para ser de los primeros proyectos evaluados.

Hay otros instrumentos y ayudas que ya han funcionado bajo esta modalidad y cuyo funcionamiento ha sido parecido, como por ejemplo las ayudas a la eficiencia energética para la gran industria y pymes, que se asemejan al funcionamiento de este PERTE.

Emma Montserrat: ¿qué oportunidades hay para estos sectores además del PERTE de descarbonización?

Carlos Fernández: llevamos dos o tres años en que se ha apostado muy fuerte por la industria. Tenemos abiertas hasta mitad de año, junio de 2023, las ayudas de eficiencia energética para el sector industrial. Serán una ventana para proyectos que por nivel de inversión no tengan acceso a este PERTE. También desde el Ministerio de Industria hay otros instrumentos de ayuda, con un porcentaje más bajo para las grandes empresas, pero que también pueden ser muy interesantes para mejorar el retorno de determinadas inversiones.

También están las ayudas a la digitalización o las específicas para la industria manufacturera. Esto en el ámbito de la inversión. En el ámbito de la I+D hay determinados instrumentos de CDTI para la innovación y otras ayudas temporales que pueden ayudar a mejorar ese retorno. Ahora mismo el espectro para la industria es bastante amplio y promete serlo todavía más a lo largo de este año.

Emma Montserrat: el PERTE de Descarbonización ha sido el último en llegar a la familia. Durante todo este tiempo, ¿se han ido produciendo cambios en la reglamentación que le afecten?

Carlos Fernández: obviamente, los organismos encargados de gestionar estos PERTE han ido cogiendo experiencia con el procedimiento de ensayo y error. En este caso, la principal novedad, no tanto a nivel jurídico como de estructuración, es que han optado por la concurrencia simple. Antes teníamos una ventana muy pequeña de presentación y, sin embargo, aquí nos van a dar más tiempo para la preparación de proyectos.

Sobre todo, tendremos una ventana de presentación más amplia para que aquellos proyectos que, en el momento de apertura de la convocatoria, no estén maduros y requieran más tiempo puedan disponer de más tiempo para asegurarse de presentar una propuesta que cumpla los requisitos. El orden de presentación va a ser muy importante.

Emma Montserrat: ¿y es esta la única ventana para la presentación de los grandes proyectos?

Carlos Fernández: como hemos dicho, el espectro para la industria es muy amplio. Hay otros instrumentos que van a permitir una buena financiación y mejorar el retorno de las inversiones. Pero bien es cierto que este PERTE de descarbonización, por el objetivo al que está apuntando, tiene una intensidad de ayuda: las inversiones mínimas pueden alcanzar 1, 2 o 3 millones de euros por lo menos. Al final, para ese tamaño de proyectos nosotros no tenemos constancia de que se vaya a producir otra figura con esa oportunidad de financiación y de mejora del retorno de los proyectos de descarbonización, que a veces no se ejecutan por falta de rentabilidad.

Emma Montserrat: hemos visto, Carlos, sobre todo con el PERTE del Vehículo Eléctrico, cómo ha sido la experiencia del concepto de consorcio. ¿Va a ser necesario siempre ir acompañado de otras empresas o entidades para abarcar toda la cadena de valor y acceder a las ayudas?

Carlos Fernández: es una de las grandes novedades del PERTE de Descarbonización: en función del tipo de industria puede ser necesario que requieras un partner tecnológico o que te permita abarcar una cadena de valor, pero habrá ocasiones en que no sea necesario. Porque se disponga de una tecnología madura o porque la empresa tenga perfectamente identificadas cuáles son las vías de reducción de emisiones asociadas. Por tanto, este PERTE va a permitir tanto presentarse de manera individual, como único solicitante, como de forma consorciada. No va a ser necesario atraer a toda la cadena de valor alrededor del proyecto, lo cual es muy ventajoso de cara a la presentación de una propuesta.

Emma Montserrat: sin duda, y simplifica mucho, también.

Carlos Fernández: la figura del PERTE exige muchos requisitos, pero, al no ser obligatorio ir en consorcio, te puede ayudar mucho a simplificar y marcar los objetivos y así conseguir esa reducción de emisiones donde eres el único involucrado.

Emma Montserrat: ¿y crees que estas figuras van a ser recurrentes en el tiempo o desaparecerán después de este período extraordinario?

Carlos Fernández: esta figura del PERTE no ha dejado de ser un mecanismo donde se han englobado instrumentos de regulación, con nuevos marcos normativos, con convocatorias para la financiación pública. Modelos como estos es posible que se difuminen con el paso de los años, pero de forma diferenciada o individual se seguirá produciendo esta tipología de ayudas. Se irán replicando. Va a ser necesario seguir velando por los objetivos que nos hemos fijado para 2030 o 2050 y, aunque no sea con estas figuras, saldrán instrumentos similares, aunque no se llamen PERTE ni tengan la misma reglamentación.

Emma Montserrat: en este PERTE es de los más transversales, abarcando muchas empresas y sectores diferentes. ¿Cuáles son las tecnologías que va a apoyar este PERTE?

Carlos Fernández: la casuística de la industria manufacturera es muy variada: acerías, cementeras, químicas, etc. Pero hay un denominador común: reducir las emisiones. En la publicación se dan unas tipologías muy concretas, pero el abanico de proyectos que pueden acogerse a este PERTE incluye cualquier empresa que plantee reducir las emisiones. Siempre sujeto a que sea un volumen de inversión considerable. También todo lo que sea sustitución de combustibles fósiles, como gas natural o diésel, por combustibles renovables, es susceptible de acogerse a este PERTE. Y tecnologías más novedosas, como la captura de carbono, el hidrógeno o la sustitución de materias primas por otros materiales sin emisiones asociadas.

Emma Montserrat: y, por último, ¿qué grado de madurez se exige a los proyectos para poder presentarse? ¿Tienen que estar muy avanzados o pueden estar en fases más embrionarias?

Carlos Fernández: en este caso, a la vista de cómo se ha definido esa figura de PERTE, se diría que va orientado a tecnologías suficientemente avanzadas, de una madurez muy cercana al mercado. Pero al igual que en otros PERTE, no se deja de lado la I+D. Puede haber sectores que requieran de una investigación previa y potente para asegurar esa descarbonización, Por tanto, hay margen para llevar esa tecnología a un grado de madurez que se pueda incorporar al mercado.