Empecemos por el principio. El Banco Central Europeo (BCE) es el organismo que marca los tipos de interés, que es la tarifa que los bancos deben pagar cuando le piden prestado al organismo. Por este motivo podríamos decir que los tipos de interés son los que marcan el precio oficial del dinero.
A ti también te afectan estos cambios de precio, ya que cuando vas a tu banco a pedir un crédito o una hipoteca, tú también pagas en función de cómo esté ese tipo de interés.
Una de las misiones del BCE es tener bajo control la inflación, de modo que el precio del dinero se mantenga siempre por debajo, pero cerca del 2%. Para controlar que estos precios no estén muy altos ni excesivamente bajos lo que hace el BCE es aumentar o disminuir el dinero en circulación.
Ventajas cuando el precio del dinero baja
Te baja la hipoteca
El euríbor, el índice de referencia de la mayoría de hipotecas, reacciona cuando se tocan los tipos de interés. Por esta razón el euríbor está actualmente en terreno negativo. Es una buena noticia si te toca revisión de tu hipoteca próximamente, ya que el precio de la hipoteca depende del Euribor (más una cantidad fija) y si este baja tu hipoteca disminuye también.
Pedir un préstamo es más barato
Cuando los tipos oficiales disminuyen los préstamos son más económicos. Así, pedir un crédito hoy no es tan caro como hace unos años cuando los tipos superaban el 4%. Si el crédito se reactiva, también debería hacerlo el consumo y la economía del país.
Desventajas de que disminuya el precio del dinero
Los depósitos no son una opción de inversión atractiva
Cuando prestas dinero a un banco mediante un depósito, la entidad te remunera con un tipo de interés. Sin embargo, con los tipos en el 0%, la rentabilidad de estos productos financieros es muy escasa, casi nula. Ese es el motivo por el que hemos visto reducirse tanto el interés de los depósitos en los últimos años.
Disminuye el valor del euro y con él, tu poder adquisitivo en el extranjero
Una consecuencia de la bajada de tipos es la devaluación de la moneda. Esto hace que al viajar a un país fuera de la Eurozona tengas que pagar más euros para adquirir sus divisas, disminuyendo tu capacidad de compra en el extranjero.
